¿Qué podria salir mal...? [Pausada]

Capítulo III

Una visita.

—¿Qué te pasa? Que tienes la cara larga, desde hace rato ni has tocado tu comida-dijo preocupada Raitzi mirando a su amiga castaña, que solo estaba jugando la comida con el tenedor y daba pocos bocados debes en cuando.

Habían pasado una semana, su castigo había sido levantado como también An había vuelto a casa para revelar las fotografías y guardarlas en un álbum, mientras que solo unas pocas se destinaron al periódico escolar. Las dos chicas para este momento se encontraban en la hora del almuerzo, justamente en una de las mesas de la cafetería junto a un grupo de amigos que las dos chicas tenían en común; todos ellos estaban platicando y pasándose bromas o chismes de último momento sin embargo nadie había caído en el comportamiento de An, todos menos Raitzi. Ella se había visto indicios del estado extraño en el que se sumergía su amiga desde el primer recreo y que no se había esfumado aún.

—Estaba pensando... -susurro en voz casi inaudible, pero recibió un mirada inquisidora de su amiga y An suspiro derrotada-... Estaba pensando, sobre si ir a ver a Tim después de clases-volvió a repetir un poco más fuerte pero solo lo suficiente para que Raitzi escuchará, que le miro de forma maliciosa después de lo comentado haciendo sonrojar de la vergüenza a An-. ¡Eres una pervertida! Yo voy a ir, por qué me preocupa que otra vez se halla roto una pierna o un brazo-exclamó con enojo y dándole una pisada en el pie derecho a su amiga, por debajo de la mesa de la cafetería.

—Claro..., no nos habíamos dado cuenta-comentó una amiga de Raitzi, que miraba la situación divertida. Era una chica de cabello negro corto hasta los hombros y llevaba unos lentes, su nombre era Delphine Lightman. Ella rió tenuemente, mientras evitaba ser pisada por una furiosa castaña-. O vamos, para todos es obvio lo que hay desde hace tres años, An. Hasta los nuevos lo puede ver desde lejos-siguió hablando la azabache con burla.

—Ustedes y sus locuras. Saben que, tengo ir a la biblioteca por un libro, adiós-dijo molesta An. Levantándose de la mesa importándole poco su almuerzo que abandonó, para salir a paso apresurado de la cafetería.

Raitzi y Delphine se carcajadas de la pura diversión, viendo como la castaña huía del lugar. Mientras que el amigo de An, un chico realmente alto pero flaco, Erick Davis era su nombre; el tomo posesión del almuerzo abandono y entre los demás chicos que habían en la mesa se repartieron la comida, pero el postre se lo termino quedando Astilleros.

Las clases siguieron su transcurso, y al salir de la academia An con paso decidido se fue a la Mansión Wayne para visitar a Tim, siendo seguida por Raitzi que quería ver y conocer aquella mansión que solo An había visitado en varias ocasiones, y rara veces le había contado cosas pero eran más que sobre los hermanos, del tercer hijo del multimillonario, Bruce Wayne. Se tardaron una largas dos horas para llegar cerca de la mansión, y al estar frente a las puertas de esta An tocó la puerta e hicieron espera a que las enormes puertas de roble se abrieran, dejando a la vista a Alfred.

   —Señorita An, señorita Raitzi, ¿A qué se debe su inesperada visita?-preguntó con educación y en tono inglés el mayordomo de la familia Wayne, mirando a ambas adolescentes.

—Buenas tardes, Alfred-saludo la castaña acompañada de una sonrisa-. Pues veníamos a ver cómo se encontraba Tim, ya que falto a clases y de paso darle la copia de estas-explicó la de menor estatura con toque de preocupación, mientras Raitzi miraba todo aquello con completa curiosidad y ansiedad de conocer más de aquel lugar.

—Por su puesto, pasen-comentó Alfred, sediento el paso a ambas chicas a adentrarse en la mansión, y tras entrar cerró la puerta.