¿Qué podria salir mal...? [Pausada]

Capítulo XII

Desilusión.

Las vacaciones de invierno habían comenzado, junto a ellas la nieve comenzaba a cubrir Gotham y el espíritu festivo no se hizo esperar en sus calles, casas y edificios.

En la mansión Wayne, se encontraban reunidos toda la familia a excepción de un miembro que se había rehusado en poner un pie en la casa desde el incidente pasado con el patriarca de la familia, Dick y Alfred habían intentado convencerle a base de negociaciones de todo tipo pero no cedió ni menos cuando fue amenazado por parte de Bruce, y esto sólo hizo que se agravará más la situación al punto que Damian le había desafiado con una solicitud de trasferencia, de la academia a la escuela que asistía Jon. Jason que veía toda la situación familiar, había desertado y preferido pasar todo ese tiempo de vísperas en el departamento de Roy.

Con las chicas, Raitzi, recibió a su familia para esas vacaciones en la casa de su abuela y ya no era necesario viajar a su país natal; en cuanto a An, ella se quedó en Gotham bajo el cuidado de la familia Astilleros, ya que fue la única de su familia que se resistió a la idea de ir a pasar las Navidades con su demás familia.

   —Hey An, ¿Te parece salir al centro comercial?-sugirió Raitzi, la cual entraba su cuarto (que ahora compartía con su amiga y hermana menor). Pero ella notó que su amiga estaba más concentrada en cómo caía la nieve atrás vez de la ventana, la rubia suspiro antes de acercase a la de ojos avellana- Tierra llamando a An, se le solicita su presencia-

   —¿Porqué salir si afuera está nevando como él demonios?-preguntó sin despegar su mirada del vidrio, la menor medito un rato su pregunto hasta que dio por terminada y decidió agarrar por el brazo a An y arrastrarla.

Sin muchas ganas la mayor acompaño a su amiga y sus hermanos menores al center comercial, ya que la ocuparon como una facilidad al ser la mayor del grupo y así lograr que ningún adulto los acompañara y pudieran divertirse un poco. Al llegar al centro comercial, dieron varias vueltas por todos los locales donde los menores compraron más dulces y algunos pequeños adornos que intuía An que eran para sus padres como regalo; entre tanto su amiga seguía sin comprar nada, y obligaba a la castaña a opinar sobre algunas cosas que la otra pensaba como regalo.

   —Oh vamos, An. No puedes al menos divertirte un poco-le miro un poco molesta y tratando que la mayor sonriera, fallando en su intento.

   —No es por molestar pero no ando con ganas de celebrar-respondió sin mucha emoción An. Esta siguió caminando a la par de su amiga hasta que paro su andar para ver atreves de la vitrina, los peces nadar dentro de su pecera que pertenecían a la tienda de mascotas, y dar un suspiro-¿Oye Raitzi, crees que tengo una oportunidad?-preguntó con algo de miedo y esperanza en su voz.

   —Por supuesto que sí, tú lo conoces mejor que nadie-le dijo acercándose a donde su amiga. Esta le miro fijamente con seriedad y la menor solo resopló molesta-. Mira, el hecho que andes en tus días depresivos y existencialistas, no implica que te mates por eso. Vamos, ¿Qué te parece hacerle un regalo espacial?-volvió a sugerir Astilleros con una sonrisa.

Fernández, se quedo pensativa unos segundos y su mirada se quedaba clavada en los peces de colores en exhibición. Dio un suspiro y asintió con la cabeza, dejando que su amiga española la arrastrara de nueva cuenta por el centro comercial pasaron un par de horas con el trío de hermanos hasta que por fin compraron lo que ellos creían necesario para regalar y regresaron a la casa antes de que una fuerte tormenta se aproximará, como era común en esa época.