Capítulo V.

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¿Interés o solo curiosidad?

Su mirada no se apartaba del techo, como si fuera de lo más interesante del mundo, no sabía a ciencia cierta cuánto tiempo llevaba viendo aquel sitio en específico pero lo único que tenía seguro era que sus pensamientos no lo dejarían conciliar el sueño, sueño que deseaba al tener una larga y maldita noche de patrullaje. Resopló molesto, y se levanto de la cómoda cama y se encaminó hasta la ventana no sin antes tomar su cajetilla de cigarrillos que reposaban en la mesita de noche. Se recargó en el marco y saco uno de los cigarrillos para prenderlo, odiaba sentirse de esta forma, lo confundía y no comprendía el porque no podía sacarse de la mente aquel encuentro con una de las muchas amigas de Tim.

—Solo es una enana, gruñona, idéntica a esa pulgosa-comentó Jason, mientras daba una calada a su cigarro. No miraba un punto fijo en ningún lugar, su mente lo tenía ocupado por completo.

Él conocía de ante mano el carácter de An, chica la cual se llevaba como perro y gato respectivamente y siendo el inicial de los apodos de Jason hacia la castaña, con referencias a los gatos por tener un carácter idénticos a estos sin contra que él podía jurar, que sus uñas eras casi idénticas a las garras de Alfred (el gato de Damian), de las muchas de las peleas en las que se metió y salió herido de estas.

—Aunque, tiene un buen gacho derecho esa niña-halago y pasando su mano por su mejilla que ostentaba un leve hematoma, y que le recordaba aún el porque lo tenía y eso era por burlarse, pero era parte de él hacer eso-. Esas dos parecen hermanas ahora que lo reflexionó, solo les falta el que me odien... [...] Espera, Jason... [...] Ella ya debe de odiarte, por tu comentario-hablando consigo mismo, y termina su cigarrillo.

Al día siguiente, un Jason Peter Todd, se encontraba desayunando con unas enormes ojeras haciéndole de adornos por debajo de los ojos. El pobre no había logrado consolidar el sueño, y se la pasó dando vuelta en su habitación y había intentado todo lo posible para lograr dormir, aunque fuera unos minutos, sin embargo sus plegarias fueron ignoradas y ahora se encontraba desvelado y con un humor del mismo diablo reflejado.

—¿Littlewing, otra vez te pasaste despierto en un caso?-preguntó Dick con preocupación hacia su hermano. Un gruñido fue la respuesta que recibió Dick, dando clara señal de no querer comentar nada al respecto-Jason, ya es suficiente con que Timbo no pueda salir a patrullar por estar enfermo... -empezó a sermonearle Grayson.

Jason solo lo ignoro y se enfocó en terminar de desayunar y regresar de nueva cuenta a su habitación, y quizás dormir por fin de una buena vez, antes de que la noche llegara y no pudiera enfocarse en el patrullaje por la fatiga. Pero todo estaba en su contra, terminó su desayuno y subió a su cuarto y sus ojos aún se negaban en cerrarse y que lo dejaran descansar de una santa vez. Gruño furioso por ello, se revolvió el cabello de frustración.

—Yo no soy un maldito stalker, y no lo haré... -Se dijo así mismo múltiples veces como un mantra, tratando de negar sus impulsos de salir de la cama e ir, ya sea a la baticomputadora o bien a su laptop, se mordía la lengua ignorando inútilmente su curiosidad mal sana que empezaba a brotar.

Se maldecía así mismo por no lograr controlarse, y justo en ese momento estaba con su portátil revisando y buscando todo lo relacionado con la chica que recién había conocido ayer, y la que le decía internamente que algo escondía, su paranoia se lo indicaba y esta lo incitaba a la curiosidad de investigar.

—Raitzi Miranda Astilleros, española y de 15 años... -murmuro mientras veías los datos y registros de nacimiento y nacionalidad y demás de la susodicha. Alargó su mano y agarro la lata de cerveza que había traído de la refrigeradora, para darle unos sorbos y seguir con su trabajo- No hay nada extraño, todo está limpio y en regla. Aún así, sé que algo ocultas pero ¿Qué es...?-se preguntó sin despegar su mirada de la pantalla del portátil.

¿Qué podria salir mal...? [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora