Capítulo XXXIII.

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Un día ordinario más.

An se fue de regreso a Florencia, Italia, con la compañía de su gatito Snowy, al que no pretendía dejar con nadie por miedo de que le pasara algo en cuanto a su departamento se lo dejo al cuidado de su amiga española, solo se despidió de sus amigos y familia y se fue sin decir fecha ni hora de su partida para evitar a toda costa el cruzarse con Tim.

Raitzi entro a la universidad y con el pasar del tiempo dejo de tener horas libres, pasar de estar estudiando en la universidad, las prácticas, trabajos en grupo y cuando salía de allí iba de forma directa a su empleo en la cafetería; de allí un día a la semana de manera al azar iba a revisar el departamento de su amiga, después de eso iba a su casa donde aún le esperaba más cosas por hacer hasta que finalmente estaba libre y se dejaba caer en su cama para dormir y volver a su rutina diaria al día siguiente.

—Ahhhh....-dijo molesta antes de tomar y lanzar el despertador por la ventana, se pudo escuchar el maullido fuerte de un gato como un insulto de alguna persona. La rubia se levanto con molestia de la cama, hasta dirigirse estilo zombie a arreglarse para otro cansado día en la universidad.

Al estar lista bajo a desayunar como era su costumbre pero por una mala suerte se quemo la boca con el café con leche, y eso no fue todo, era le principio de una mañana llena de mala suerte. Durante su trayecto, casi llegando a la universidad uno de sus zapatos se le despegó gran parte de la suela, maldijo a todo y al llegar al edifico se arregló el zapato con un montón de cinta; luego en sus clases casi se quema el rostro porque uno de sus compañeros idiotas tiro parte del licor que estaba ocupando para cocina la carne sobre la cacerola, lo triste fue que sus dedos si se quemaron por la idiotez del otro. Con eso tuvo que darse el día libre en su trabajo, al tener los dedos lastimados y no poder tomar algo sin chillar del dolor, regreso a casa tirando sus zapatos arruinados en algún lugar de su habitación y se dejó caer en la cama dispuesta a dormirse, cuando siente que alguien la jala de las piernas sacándole un molesto: "Ahhhh", e inútilmente sus manos lastimados tomaron las sabanas de la cama pero cedió por el dolor y pero la persona que jalaba sus piernas dejo de hacerlo, ya con medio cuerpo afuera de la cama pero la rubia lo ignoro y volvió a intentar dormir.

   —¿Con qué esas tenemos, eh?-la persona se encaminó hasta donde la menor tenía mantenía sus bocinas, sacó su celular y conecto el aparato, con todo listo sonrío con total diversión subiendo el volumen a 100% tanto del celular como de las bocinas y dio play a la canción "Working for the weekend".

La pobre Raitzi, se levanto de golpe literalmente salto de la cama del susto por el ruido de la canción a todo volumen no pudo hacer escuchar sus quejas ni mucho menos las carcajadas del mercenario, la chica se acercó al infernal aparato para desconectarlo y arrebatar el celular del mayor para pausar la canción, lanzó el móvil a su cama corriendo suerte este de que sus rebotes no hicieron que terminara besando el piso y destrozarse en el proceso.

   —Hey, vamos que estaba genial... Aunque-se puso en pose pensativa mientras miraba el techo de la habitación y se decía a sí mismo y en voz alta- pensándolo mejor, debí poner "Mississippi Queen" o "Blitzkrieg Bop"-la rubia sólo atinó a golpearlo enfurecida pero Jason detuvo su intento atrapando su pierna y luego la otra, en un segundo intento pero este por liberarse y con las dos piernas atrapadas dejo de cabeza a la menor que se agarraba la camisa para que no le viera el sostén-, ¿Qué sucede? Acaso, ¿ No, me mostraras tú sostén? Adivino que es el de encaje negro-preguntó burlón.

   —¡Bájame en este instante, o te dejo sin hijos!-advirtió la rubia hecha una furia y con un sonrojo en todo el rostro, mientras evitaba a toda costa que se mirara su sostén. Jason se quedo un rato pensando, en cuanto a la otra le lanzaba más amenazas e insultos de todo tipo e índole.

¿Qué podria salir mal...? [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora