Capítulo XV

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Cartas y planes.

Era exactamente 13 de febrero, y faltaba solo mañana para que el más ansiado día de todos los alumnos se hiciera presente y con él, el baile que se daría en la noche para todos los jóvenes enamorados que por obligación debían llevar pareja para ello.

An se encontraba en una divertida charla con su amigo Eric, desde hacía unos días tuvo que faltar hasta que por fin el color de su cabello volvió a la normalidad y así no levantar sospechas aún más porque no encontraron al culpable de la destrucción del salón. Sin embargo, todo el salón cayó en silencio al momento que la puerta del grado es abierta y entra la profesora de lengua y literatura que dejó sus libros en la estancia junto con una extraña caja que todos miraban con curiosidad y algo de miedo.

   —Bueno días, por lo visto todos quieren saber que hay en esta caja-dice la profesora con tranquilidad que solo crispaban los nervios de algunos estudiantes. La maestra tomó la caja entre sus manos-. Como sabrán mañana es San Valentín, y pensé que sería una perfecta idea que todos escribamos una carta en esta hora de clases para su enamorado o enamorada y la dejen en este pequeño buzón y mañana a primera hora serán entregadas a la persona que la escribieron-explicó con una sonrisa casi gatuna.

Para la castaña eso era un receta para el mal en todos los sentidos, más con una profesora que le encantaba molestar y hacerse de los rumores de parejas y líos amorosos de los estudiantes de toda la academia, en definición era una hija de satanas encarnado que se regocijaba en el sufrimiento ajeno. A los pocos minutos todos comenzaron a hacer una carta porque perderían clase fácilmente y habían algunos aún ingenuos de la doble cara que tenía esa mujer, la castaña no tuvo de otra que hacer una también sin muchas ganas hasta el momento que se aburrió y la dejo a medias; por qué sus manos fueron mejor a su cuaderno donde comenzó a dibujar en la parte trasera de este un pequeño petirrojo, pasó toda la hora de clases dibujado y cuando llego el momento de entregar las cartas, y específicamente su turno esta se levanto a donde la profesora pero está con malicia le dijo:

   —Señorita Fernandez, ¿Para quién es la carta de enamorados?-la pregunta la dejo un poco helada a la chica. Ella sabía que el remitente aunque no le puso todo el empeño del mundo en hacerla, podía ver cómo la profesora le miraba con una satisfacción enorme al ver su sufrimiento interno junto con las miradas de los demás de su clase.

   —Fíjese maestra White, que no es para nadie-dijo de la forma más fría y distante posible An. Con ello dicho, enfrente de la profesora rompió la carta en varias partes y se encaminó a paso lento a donde el basurero donde voto los pedazos.

Toda la clase se sumió en un profundo silencio y los ojos de los alumnos saltaban entre la maestra y la castaña, An tenía ya contado que debía ir por su mochila e ir a la dirección ya que la mujer como típicamente diría que ella es una indisciplinada que le faltó el respecto en la clase. Fue en dirección a su escritorio y logró escuchar perfectamente cómo la mujer le gritaba:

—¿¡Qué clase de falta de respecto es esa señorita Fernandez, váyase a la dirección en este mismo instante!?-se escucho como la mujer de mediana edad golpeó el escritorio e hizo que un bote de lapiceras que había en este se cayera.

An tomó su mochila y sin mediar palabra salió del salón ante la vista de todos sus compañeros, camino por las pasillos con total parsimonia ignorando todo a su alrededor y al llegar a la dirección se sentó en una de las sillas de espera mientras dejaba su mochila en la otro silla que tenía a la par y vacía. A los pocos minutos llego la profesora y entro de lleno a la oficina del director, no tardó mucho para pedir la presencia de la castaña y menos cuando estos dieron su castigo que no inmutó en nada a la chica que se marchó de la academia con tranquilidad.

¿Qué podria salir mal...? [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora