Capítulo XIV

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Pintura.

Habían pasado un mes del regreso a clases junto a golpe de las tareas y exámenes hicieron a todos los estudiantes jadear y pedir porque las vacaciones vinieran más rápido, y nadie se salvaba de aquellos pedidos y súplicas, también a todo ese estrés se sumaba el baile de san Valentín que es casi una tradición que se celebraba sin falta y con una cuenta regresiva para ese día festivo.

An se la pasaba esos días alejada con solo Erick y An acompañándole o solo uno de ellos, y rara vez entablan conversaciones largas porque la castaña se sumergió su depresión en literatura y dibujo, convirtiéndose él aula de arte su escapada diaria en cada recreo o almuerzo donde ya llevaba su almuerzo hecho de casa para no ir a la cafetería. Hoy no era la excepción, se encontraba pintando un cuadro con sus audífonos en sus oídos a todo volumen y sin darse cuenta o haciéndolo agrede cantaba las canciones que caían en completo azar; sus ojos solo se fijaban en el lienzo y los colores mientras sus manos se movían al ritmo de la música y sentimiento que provocaban, no capto el sonido de la puerta del aula abriéndose y menos como los pasos de alguien adentrándose sino fue cuando esta se había alejado del lienzo para revisar su trabajo completado.

—¿Qué haces aquí?-preguntó asombrada y quitándose los auriculares. Miro a la persona que había entrado al aula, que quedó igual o más sorprendido al no haber escuchado algún insulto a su persona o apodo molesto- Si vienes a molestar, ve a hacerlo con Raitzi, que no tengo tiempo que perder contigo-le mencionó con tranquilidad y un deje de molestia.

La castaña guardaba sus indumentos con total calma e ignorando la presencia de la persona, pero esto saco de quicio al invitado inesperado que sin espera ni demora se acercó a la chica de baja estatura para detener sus acciones, tomándole ambas manos por las muñecas; la chica le miro molesta dispuesta a gritarle completamente endemoniada pero se contuvo al sentir un leve temor al ver la propia furia emanar en los ojos azules verdoso, y como si el dueño de aquellos ojos comprendiera que ella no hablaría por temor alzó la voz y dijo:

—No se porque cojones te comportas como una reglosa, y no me vengas con estupideces-apretó un poco su agarre en las muñecas de la chica, pero esta no quizo demostrar que le doliera y le miro con más desafío sacando de las casillas aún más su captor-. Vine aquí a verte porque el demonio me lo pidió, cosa extraña de él y lo tome como una broma; pero vaya sorpresa la pequeña garritas pasa por corazón roto. Supéralo mujer, Tim siempre te lo hizo desde el momento que le pusiste ojos bonitos, así que madura por una maldita sea-le regaño para finalmente soltar a la chica de forma brusca sin ningún cuidado.

—¡¿Y eso a ti que, maldita momia viviente?!-le gritó furiosa en respuesta An- Al menos prefiero hundirme y reflejarlo en cosas como un libro o una maldita pintura, y no ir con una pistola matando a cada imbécil que se me cruce el camino, sin olvidar el hecho de comportarme como un hijo de puta sin escuchar y pensar antes bien los acontecimientos-le contraatacó sin fijarse lo que decía conducida por la propia ira.

   —¡¿Te debería...?!-sin terminar la oración por qué estás sobraban al significado que le quería dar. Mientras su manos se dirigieron al cuello de la chica más pequeña y apretándolo un poco.

La chica no se sorprendió de lo que el intentaría hacer, era sabido que él era capas hasta de matar una mujer si se lo proponía, así que An en defensa se agarra de los fuertes brazos y como si fuera un columpio se impulsó y lo golpeó en la entrepierna con ambas piernas; logrando que la liberará pero de paso ambos cayeron al piso con ella encima del mercenario, pero esta lo aprovechó para repartirle más golpes y arañazos cosa que no fue dejada pasar por alto por el contrario que sin demora devolvía los golpes.

¿Qué podria salir mal...? [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora