Adaliah
Thiel vuelve de la ducha con el pelo mojado y el pijama que consistía en unos pantalones de deporte y una camiseta vieja de publicidad. Me ruborizo cuando me pilla mirándole con intensidad. Sus ojos negros brillan y me recuerdan a un cielo estrellado. Se acerca a mí y, agarrándome de las caderas, me alza y me besa. Agarro con fuerza de su pelo y él acaricia mi espalda.
-Hada, cariño, había pensado...- Lilian, la madre de Thiel, entra en la habitación con una cesta con ropa. Thiel me deja caer, y no sabía lo alta que estaba hasta que me pego contra el suelo.
-Ouch- grito.
-Lo siento, lo siento, lo siento- grita Lilian, roja como un tomate, mientras vuelve a cerrar con rapidez la puerta. Thiel se agacha a recogerme, mientras yo me froto el trasero, sobre el que he caído.
-Perdona, me sorprendí- me dice, ayudándome a sentarme en la cama.
-Tranquilo. Es más el susto que el golpe- le contesto, poniéndole una mano en su enorme brazo. Él se pone en cuclillas delante mío y besa mis labios de nuevo. Es sólo un roce, pero no puedo evitar estremecerme.
-Ahora no se nos hará tan difícil decirlo.
-Pero Thiel, nos echarán la bronca...
-¿Por querer salvarte? No lo creo- me aparta el pelo de la cara, que sin querer he dejado caer como una cortina.- Ahora bajaremos allí y nos plantaremos y les diremos como son las cosas.
Asiento, convencida, me levanto y bajamos. Nos encontramos a Mike leyendo el periódico y a Lilian desayunando. Thiel es igual que su padre pero en una versión más joven. El doctor Richardson es un hombre muy reconocido en la ciudad por las muchas obras de caridad que lleva con su mujer. Lilian, en cambio, es todo lo contrario a sus hijos físicamente hablando. Su pelo es rubio claro y tiene los ojos azules. El carácter, en cambio, es idéntico al de Zop. Es la jefa de psiquiatría del hospital, y es gracias a ella por lo que estoy tan “bien”. Me ayudó mucho cuando tuve que superar mis problemas.
Nos miran los dos, pensando creer que ya saben lo que les vamos a decir. Me dan hasta lástima, los pobres.
-Lilian, Mike...- empiezo.- Tenemos algo que deciros.
-Sí- dice Lilian, dándome ánimos. Siento dos miradas negras en mi nuca.
-Vamos a casarnos- dice Thiel de sopetón. Le miro con la boca abierta.
-¿Qué...?- hago un aspaviento.- ¿No se lo íbamos a decir con tacto?
-Es mejor quitar la tirita rápido- dice, convencido.
-Espera... espera...- dice Lilian.- ¿Os casáis?
-Sí- decimos los dos a la vez. Mike nos mira horrorizado y Lilian cae al suelo como un fardo. Todos nos apresuramos donde ella, asustados.
Después de una hora de explicaciones, esquemas y tener que repetirlo dos veces porque Zop se había despertado más tarde, todos han acabado aceptándolo.
-Pero... pero...- seguía diciendo Lilian.- Mañana es muy pronto.
-Mamá, esto es serio.
-Si sólo casándote te puedes salvar, hazlo- dice Mike, entonces.- Pero habérmelo pedido primero a mí, que yo te quiero más que Sel.
Me ruborizo mientras Thiel mata con la mirada a su padre.
-Maldito viejo verde, tú ya estás casado- suspira, cansado.- Mamá, acompaña a Hada a comprar un vestido.
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No me dejes caer (Gate to hell #1)
RomanceCuando los integrantes del grupo de heavy metal Gate to Hell llegan a su casa después de cada gira, acaban revolucionando su propio pueblo. Eso lo comprueba Sel, el hermano pequeño de la cantante de la banda. Y es que no puede dejar de pensar en cie...