Capítulo 14: Una ruptura y una petición (Maratón 3/6)

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Selatiel

Me levanto de la cama con todo el pesar de mi corazón. Es lunes por la mañana. La tarde anterior nos la hemos pasado jugando a la xbox y comiendo como cerdos las cosas que hacía Hada. A la hora de meterme a la cama, mis padres no han dejado siquiera que me acerque al cuarto de Hada, así que he dormido solo.

Aunque no excesivamente bien. Hoy es el día en el que tengo que decirle a Cindy que la he utilizado. Me siento mal por ella, sé que no debería haberlo hecho. Pero es que estaba destrozado. No veía luz en el horizonte, y por mi egoísmo, una gran chica sufrirá. 

Me ducho y me visto con rapidez. Bajo por las escaleras y veo que nadie se ha levantado, entonces abro el frigorífico y me encuentro una pequeña tarta con una notita al lado:

Espero que tengas un buen día,

Te quiere: Hada.

Sonrío como un lerdo y me la como, canturreando una canción de su grupo. Voy al instituto con una tonta sonrisa en la cara y el estómago encogido. Cada paso me acerca más y más a lo inevitable. Por el camino me espera Liam, que me observa con el ceño fruncido y algo en la mano.

-Buenas- le digo alegremente.

-¿Puedo preguntarte por qué golpeaste a Gael Horan en la cara ayer?- me pregunta, mostrándome una revista.

-¿Qué?- digo, asombrado. Pero no hay duda, era una foto de nosotros dos golpeando... bueno, yo golpeándole. En los rótulos ponía: ¿El futuro marido golpeando al amante?.- Están locos.

-No has contestado- comenta, volviendo a su humor de siempre.

-¿Qué quieres que te diga? No sienta bien que el tipo que se tira a tu hermana sea un retrasado.

-¿Él empezó la pelea?- me pregunta.

-Claro- contesto. Entonces se ríe.

-¡Qué mal mientes!

-¡No miento!

-Sip- dice, corriendo adentro. Yo lo persigo, pero algo me hace detenerme. Cindy está apoyada en su taquilla mientras ojea el móvil. Respiro hondo, es la hora de la verdad. Miro hacia los lados, no hay nadie a la vista, me acerco y me quedo quieto delante de ella. ¿Cómo se lo digo? ¿Qué hago? ¿Se podrá volver atrás en el tiempo y darme a mí mismo una paliza para que no le pida salir esa noche?

-¿Vas a romper conmigo, cierto?- me dice sin alzar los ojos de la pantalla. Trago saliva porque no puedo hablar, tengo la garganta seca.

-Lo siento, Cindy.

Por fin, alza la cabeza y me mira directamente.

-¿Por qué lo sientes? Yo ya sabía que esto iba a pasar cuando acepté salir contigo.

-¡¿Qué?!- estoy sorprendido. No sabía que fuera tan fácil de leer.

-Sel, todos hemos visto como la miras- me pasa una mano por el pecho.- Aún así, te dije que sí.

-¿Por qué?

-Porque como tú la miras a ella te miro yo a ti.

-Lo siento tanto...- me he casado con ella. Y, ante mi vergüenza, por primera vez, me siento culpable por todo. Soy un imbécil que ha acabado haciendo daño a alguien inocente y merezco que me odie, que me grite, que me chille. No hace nada de eso. 

-Han sido los mejores seis meses de mi vida, no lo sientas- hace una mueca.- El monstruito no sabe la suerte que tiene.

-Cindy, encontrarás a alguien mejor que yo que te pueda querer a ti por entera.

-No lo dudes, campeón. Soy perfecta, es normal que me persigan los hombres- hace una pausa y se muerde el labio.- Sólo quiero saber... ¿Qué tiene ella que no tenga yo?

Me quedo pensando.

-No es algo que tenga ella y tú no. Es sólo que...

-Has nacido para quererla- dice entonces, empujándome lejos.- Vete Sel, por favor. Puedo aguantar que te vayas, pero no que me veas llorar.

-¿Por qué eres tan buena?- le pregunto al fin.

-Sólo quiero verte feliz.

Me marcho porque eso último le ha salido quebrado, y, como ella dice, no quiere que la vea llorar.

Llego a casa después de un día realmente aburrido de clase y una extraña sensación en el cuerpo.

-Buenas- digo en alto, pero al parecer no hay nadie. Me decepciona que Hada no esté. Escucho entonces unos pasos rápidos en el piso de arriba.

-Thiel- escucho.

-Hola, Hada- digo alegremente. Entonces, tengo que esquivar algo que va directamente a mi cabeza.- ¡¿Pero qué...?!

-Eres lo peor- me chilla. Me entra el pánico. ¿Qué he hecho yo ahora?

-Pero Hada...

-No me lo puedo creer, ¿Cómo has podido? Lo tienes tienes todo.

-Hada...

-¡No te atrevas a decirme que no!- corre a mi cuarto y la sigo. Veo un montón de papeles por el suelo esparcidos y un CD.- ¿Cómo has podido verlo a pesar de que te pedí que no lo hicieras?

-Hada, no he visto nada- le digo.

-¡Mentira!

-Escúchame- la agarro de los brazos y la acerco a mí mientras llora.- No he visto nada, Hada. Te lo juro, te lo prometo. Te quiero.

-Entonces...- hipea.

-Sí siento haber leído los papeles, los trajo ayer Liam porque tu nuevo abogado es su hermano y creyó oportuno que los tuviera. Pero me dijo, y yo le hice caso, que esperara a que tú me dejaras verlo.

Hada llora un poco más.

-¿No lo has visto?

-Te mentiría si te dijera que no estuve a punto, pero no lo hice.

-Menos mal...

-Quiero verlo- le digo. Ella se pone rígida.

-No.

-Por favor, Hada.

-Dejarás de quererme- me grita.- No me querrás más, me repudiarás y te alejarás de mi lado y yo... no podría soportarlo. Me moriría de pena.

La abrazo y la llevo a la cama.

-Eres la mujer más hermosa de la tierra y nada ni nadie me hará dejar de quererte.

-Parece que tengo trece años- maldigo en mi mente al gilipollas del noviete de Zop.

-No parece un tipo que acierte con las edades, ¿cierto?

-No... pero...

-Nada de lo que haya es ese vídeo me hará dejar de quererte- le repito, pero porque quiero que lo comprenda a la perfección.

-Es que es muy...

-Hada, te lo pido por favor.

-¿Me prometes que no harás ninguna locura?

-Todos me decís lo mismo- me quejo.- ¿Qué tipo de fama tengo yo?

-Eres muy temperamental.

-Vamos a ponerlo- protestas.- Vamos, Hada. Quiero hacerlo. Necesito hacerlo.

-¿Para?

-Porque así tengo una excusa factible para matarle. 

No me dejes caer (Gate to hell #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora