No me dejes caer- Fin de la primera parte

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[Tres meses después]

Corre a la morgue con el corazón latiendo dolorosamente. Entra sin prestar atención, sus ojos puestos en un objetivo, una ala. Se desliza con rapidez y sin elegancia alguna por los pasillos grises y esterilizados, se encuentra a médicos por el camino mirándole. Podía sentir que sentían lástima por él. Llega a la habitación.

-Señor Richardson, le aviso de que el cuerpo está muy dañado...

Empuja a un lado al forense sin contemplaciones mientras entra en el cuarto. Un montón de cuerpos en camillas, pero él sólo puede ver uno. Entonces, las imágenes llegan:

La primera vez que la vio, con su dulce mirada puesta en él aunque fueran demasiado pequeños para comprender qué era el amor.

El primer día que se quedó a dormir, que él se quedó despierto, admirándola a la luz de la luna.

La primera vez que rio gracias a Zop.

Cuando rozó la guitarra y tocó la primera canción, su favorita aunque siempre se lo ocultara.

El primer concierto.

El primer abrazo el día que volvió del hospital y fue al fin libre de su encierro.

El primer beso.

Cómo se reía suavemente en su oído cuando decía alguna cosa sin sentido.

La primera vez que estuvieron juntos.

Esa mañana.

Se odia tanto por no haberla insistido, por no haberla llevado él en coche. Quería decirla tantas cosas: lo mucho que la amaba y lo mucho que le ardían las entrañas cuando ella no estaba.

El cuerpo calcinado que tenía delante era como le había dicho el forense: irreconocible. Donde antes había una bella sonrisa, un guiño o un pequeño tic nervioso, ahora se haya sólo la nada. Y a su lado, en una bolsa, un guardapelo. Abre la bolsita y agarra el objeto, abriéndolo. Un fuerte y agudo dolor: una foto de Zop y él juntos de pequeños.

El tesoro de ella eran ellos dos.

Las lágrimas de pesar caen sin parar, sin cesar, y se muere. No puede respirar, muere de pensa al darse cuenta de que nunca podría despedirse de ella como quisiera, que nunca la volvería a ver, no podría volver a besarla. Un frío trozo de piedra será lo único que quede y nada más. Sólo su recuerdo.

Estando juntos los dos amantes, ellos solos, le había pedido que no la dejara caer. En cambio, la había dejado hundirse en la fría oscuridad.

Llora, solo en aquella habitación estéril y tan blanca como ella, llora porque su corazón jamás podrá pertenecerle a nadie más, su vida carece de sentido.

Llora porque Dios ese día apagó toda luz llevándosela consigo. 

Dulce y fría oscuridad a su alrededor, llevándoselo consigo.

FIN de la primera parte

No me dejes caer (Gate to hell #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora