Capitulo 1

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Podría vivir con los audífonos pegados a mis oídos, escuchar canción tras canción para callar el incansable ruido de la cuidad, de mis padres, de mis compañeros, de la vida en sí.

Lo poco que conozco del jodido lugar en donde vivo, me ha demostrado que la gente no merece mi tiempo, y no lo digo con egocentrismo, ni mucho menos con superioridad es solo que al tratar de entenderlos, solo confirmo que somos de mundos completamente diferentes.

Ellos luchan por mantener sus mundos cerrados mientras yo anhelo por abrir el mío en busca de galaxias.

En mi mundo, impuesto por el de mis padres, trágicamente, los errores no tienen lugar dentro de las acciones, las opiniones no necesitan ser consideradas y las voces no merecen ser escuchadas. Cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que solo eres una ridícula marioneta operada a voluntad de terceros. Suena terrible pero resulta fácil acostumbrarse.

Lo he hecho desde que tengo memoria.

Estoy segura de que ahora comprenden porque mi mejor escapatoria de este loco y extraño mundo es...

-Estamos por llegar.- me retira los audífonos como solo ella suele hacerlo. Sin la menor de las consideraciones.

Si hubiera sido cualquier otra persona, puedo asegurar que se arrepentiria de inmediato al tan solo tocarme, o haber tocado mis audífonos, pero estamos hablando de mi mejor amiga. Ella no le teme a la muerte o a mis amenazas.

Retiré mis audífonos pero seguí ignorando a mis compañeros mientras miraba por la ventana.
Traté, pero sus conversaciones me resultaron difíciles de ignorar.

-Este partido es de aficionados.- comentó uno con arrogancia.

-Mi padre habló con el entrenador, furioso de que tuviéramos que venir hasta aquí para jugar con este tipo de personas.-

-No sabía que haríamos trabajo comunitario.- esa fue Normani, tan sarcástica como siempre mientras volvía a llamarme para que me uniera a la conversación.

Volví a ignorarlos.

-Creo que esto es el castigo por haber bebido en la alberca la semana pasada.-

-¿Pero que esperaban que hiciéramos al darle la llaves de ingreso al nuevo del equipo?- miraron con burla al chico delgado que se ubica en los asientos posteriores.

-Me siento un poco mal por él.- sintió Normani sacando la poca humanidad que tiene.

-Nadie lo obligó.- dijo Shawn levantando los hombros para restarle importancia al problema.

Eso era cierto, nadie había obligado al chico nuevo a compartir las llaves con los del equipo pero la necesidad de ser aceptado fue mayor que sus responsabilidades. Ahora el equipo sigue burlándose de él y el entrenador lo suspendió de los partidos por dos semanas.

Hubiera deseado ignorar sus conversaciones pero tuve que soportarlos por diez minutos más hasta que finalmente el autobús escolar se detuvo en un pequeño estacionamiento.

-Hora de la acción, chicos.- habló el entrenador entusiasmado como si de la navidad se tratase.

-Que empiece el trabajo comunitario.- Murmuró Normani volteando los ojos antes de tomar su bolso deportivo para bajar del autobús.

Yo la seguí, tomando mi bolso y volviéndome a colocar los audífonos.

Había tenido un fuerte ataque de migraña la noche anterior y una mañana difícil en casa. Tenía un genio insoportable hasta para mí. En días así ignoraba a todos, incluso a aquellos que no lo merecían.

-Vamos, Mila.- escuché decir a Normani una vez que baje del autobús. Ella tomó mi mano y volteó los ojos sin ganas de ocultarlo cuando notó mis audífonos de vuelta en su lugar.

Ella había aprendido a lidiar con mi indiferencia. Y ella definitivamente no lo merecía.

Caminamos notando la gran desigualdad que existía entre esta secundaria y la mía. Mis compañeros seguían con sus ridículos comentarios mientras yo trataba de concentrarme en la música.

Para llegar a los vestidores teníamos que pasar por un largo pasillo y vaya que fue largo. Tal vez lo sentí así porque ingresamos a la secundaria en el cambio de hora y todos los estudiantes salían de sus clases, el corredor estaba repleto y los alumnos nos miraban de la peor manera posible.

Creo que gané más comentarios inapropiados en un par de minutos que en toda mi vida.

De nueva cuenta, trate de concentrarme en la música.

Para nuestra suerte, la campana sonó indicando que la última clase del día estaba por comenzar y todos los estudiantes empezaron a entrar en los salones, despejando el pasillo y liberando el sentimiento de ser asesinados.

Vale, tal vez exageré pero todo es por culpa de Normani, creo que paso demasiado tiempo con ella y sus dramas, o era la forma por como las chicas de ese lugar nos miraban. Diré que ambas opciones tenían algo de verdad.

Seguimos caminando pero al doblar el pasillo sentí un fuerte golpe contra mi pecho. Al principio creí que había chocado contra alguna pared o una puerta abierta, pero al reaccionar y mirar como Normani lanzaba insultos al aire mientras me levantaba del piso, supe que no fue así.

-¿Pero qué te pasa, estúpida? ¿Acaso no ves por dónde caminas?- esa fue mi mejor amiga.

-¿Acaso tu amiga necesita lentes o su estupidez no le permite ver más allá de su nariz?- esa fue una chica muy alta tratando de levantar del suelo a la persona con la que había chocado.

-Fue mi culpa, Dinah.- aceptó la joven una vez que se levantó.- ¿Estás bien?- me miró directo a los ojos y puedo jurar que su mirada tenía algo familiar en ellos. Me concentré tanto en sus ojos que creo, por un corto momento olvide expulsar el aire de mis pulmones.

-¿Tu?-

-Pero que sorpresa tan... terrible.- dijo la chica de ojos familiares mirando a mi mejor amiga.

-Siento el mismo desagrado al verte.-

La mirada de ambas chicas estaban fijas en la otra, demostrando el odio que se tenían mientras la otra chica alta, me regaló una mirada asesina sin que yo respondiera a esta.

-Señoritas, sus clases ya empezaron. Tendrán una detención si vuelven a faltar.- un maestro habló a nuestra espalda para cortar el raro momento.

-Chicas, ¿qué esperan?- y ese fue nuestro entrenador que apareció en el pasillo al notar nuestra ausencia en los vestidores.

Las tres chicas bufaron de molestia antes de empezar a caminar.

-Ya nos veremos, niñita de mami.- se burló la chica de hermosos ojos mientras caminaba.

-Te estaré esperando, loca.- contraatacó Normani.

-¿¡Que dijiste?!-

Y una enfurecida chica se dirigía hacia mi mejor amiga con las peores intenciones. Normani no se quedó quieta por lo que, sin entender la situación me interpuse en su camino.

-Lauren, no.- la chica alta solo sujetó su muñeca evitando que siguiera avanzando.- debemos llegar a clases. Lo solucionaremos luego.- eso ultimo lo dijo en un susurró que casi se me hizo imposible escuchar.

Aquella chica no retiraba su miraba asesina de mi mejor amiga pero una sonrisa de lado apareció en su rostro haciéndola ver muy confiada antes de lanzar su sentencia.

-Te veré luego.- y con esto dicho, despegó la mirada de Normani solo para dirigirla momentáneamente a mí, antes de girar y seguir su camino.

-¿Pero que acaba de pasar?- fueron las primeras palabras que pronuncie desde que había salido de casa.


Loca por ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora