Capitulo 44

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Llegue a casa pasado mi toque de queda pero realmente no importaba porque nadie esperaba por mí. Camine a la cocina por un vaso de agua y vi una nota de mi madre en la puerta del refrigerador.

“Tenemos una cena con los socios de tu padre.
Llegaremos tarde.
Mamá

Tan cariñosa como siempre.

Tome el vaso de agua y camine rumbo a mi habitación. Me recosté y aunque intenté dormir, el caos de pensamientos en mi cabeza me mantenía despierta.

Lauren saliendo con Lucy

Dinah volviendo a mis recuerdos

El padre de Lauren recordándome aun en su estado de ebriedad.

Normani mintiéndome

Yo al borde del colapso.

Inconscientemente levante mi brazo derecho para ver la cicatriz vertical que tenía en mi muñeca. Era pequeña pero visible, tenía un color rosado y aun podía ver en donde habían colocado los puntos de sutura.

No recordaba el accidente.

Los médicos dijeron que sufrí de amnesia postraumática. Al caer del caballo tuve un traumatismo craneoencefálico lo suficientemente grave para despertar varios días después con una costilla fracturada y mi muñeca rota.

Al parecer mi caballo se había asustado en medio de la competencia y en un mal cálculo en el aterrizaje de un salto, terminó fracturado su pata derecha y arrogándome violentamente fuera de él. Mi muñeca derecha suporto el peso de mi caída y el fuerte golpe contra el siguiente obstáculo de hípica me fracturo una costilla y me envió al estado de inconsciencia de inmediato.

No lo recuerdo.

Cuando desperté estaba en una habitación lo suficientemente grande, iluminada y limpia. Sabía que estaba en un hospital por su simple olor y el incansable sonido de los monitores que estaban conectados a mi cuerpo. Estaba desorientada y no recuerdo casi nada de las primeras horas después de haber despertado.

Me aseguraron que se debía a mi amnesia postraumática que se caracterizaba por ser transitoria y que afectaba a los recuerdos de mi pasado inmediato y era la responsable de mi incapacidad para almacenar nueva información en mi memoria de largo plazo, por lo que, todo lo vivido en mis 48 horas después de despertar, desapareció al igual que mis recuerdos posteriores al accidente.

Dijeron que era normal no recordar el haber subido a mi caballo, el olvidar mi accidente y olvidar algunas cosas posteriores a ese día. Dijeron que sucedía todo el tiempo. Habían tenido un paciente en mi misma condición. El hombre había subido a su motocicleta y por infortunios de la vida, fue impactado por un auto en medio de la vía. El hombre no recordaba cómo había llegado ahí ni haber tomado su motocicleta, mucho menos haber salido de casa. Dijeron que sucedía todo el tiempo.

Yo les creí.

Cansada de dar vueltas en mi cama, me levante y baje al cuarto de estudio. Papá lo utilizaba más que yo y todas sus cosas estaban por todo el lugar. Posiblemente su desorden era lo que me impedía utilizar esa habitación.

Tome asiento frente al escritorio y encendí el computador, tratando de no desordenar lo que ya estaba desordenado. Parecerá extraño pero papá sabía en qué lugar exacto dejaba cada documento. Por suerte, había adquirido la habilidad de ser muy cuidadosa en eso. Después de ingresar cada noche a su correo electrónico para borrar los mensajes de mi profesor de cálculo, cualquiera en mi lugar se volvería un experto.

Por ser su computadora de escritorio, todas sus redes sociales estaba abiertas o la propia maquina tenia almacenada sus contraseñas. Punto para mí.

Ingrese a su correo electrónico y abrí el mensaje de mi profesor.

Dr. Cabello:

Me entristece volver a escribirle pero la situación con la señorita Camila no ha mejorado. Ha faltado a todas sus clases y sigo esperando una respuesta de su parte, por favor espero…. Bla bla bla”

Pulsé el botón borrar.

Al comprobar que no existía más evidencia incriminatoria, me coloque en la barra de búsqueda y empecé a revisar algunos documentos o alguna señal que me ayudara a descubrir lo que sucedía conmigo.

Camila- fue la primera palabra que escribí y un montón de archivos se desplegaron en la bandeja de entrada. La mayoría eran correos enviados desde mi colegio con los aportes trimestrales. Otros archivos eran notas o comunicados del mismo remitente. Había demasiados documentos.

Volví a intentar con otra palabra.

Accidente.- pero esta vez aparecieron documentos de la empresa como “Accidente en la contabilidad de recursos” “Costes de accidentes de trabajo” “Prevención y seguridad laborar para evitar accidentes y enfermedades…” No podía negar que papá se preocupaba demasiado por sus trabajadores pero esto ¡me estaba desesperando!

Volví a hacer un último intento y esta vez fui más precisa.

Camila Cabello accidente-

Un solo documento apareció en la bandeja de entrada.

Juicio por destrucción a la propiedad privada

¿Qué? Realmente estaba confundida de que mi búsqueda se asociara con el documento que apareció a continuación.

Mi desconcierto creció aún más cuando noté que el remitente del documento era la Rectora del anterior colegio al que asistía. Empecé a leer. 

De: Rectora Rosil Facón
<rosilfalcón@gmail.com> 

Para: Dr. Alejandro Cabello <alejandrocabe12@gmail.com>

Enviado: Miércoles, 08 de junio de 2016

Asunto: Juicio por destrucción a la propiedad privada.

Por el presente medio, hago la entrega a la demanda (Archivo adjunto) por destrucción al vehículo de la institución, realizado el día 05 de junio de 2016, a cargo de la estudiante Camila Cabello.

Ante cualquier requerimiento, comunicarse con el abogado de la institución.

Agradezco la atención prestada.

Atentamente:

Dra. Rosil Falcón
RECTORA THE CHARTERHOUSE SCHOOL

¿Pero qué mierda es esto? ¿Un auto? ¿Una demanda? ¿Un juicio de hace un año?

Sentía que mi cabeza iba a explotar.

Me obligue a abrir el siguiente archivo adjunto y en él, claramente se veía el formalismo de una hoja judicial. Intenté leerla pero encontraba fragmentos como “Los daños que se ocasionen en la propiedad privada, tiene una protección jurídica, así el artículo 2214 del Código Civil…” “El que sustrajere un vehículo, sin ánimo de apropiárselo, será castigado con pena de arresto o una multa acordada en el momento de la sentencia para…”

Me resultaba imposible comprender aquellas palabras.

Fui hasta el final del documento para encontrar los anexos que adjuntaba imágenes del auto en discusión.

Reconocía el vehículo, pues era el medio de movilidad de autoridades, personal de seguridad e incluso de empleados del Internado.

Pero no recordaba haber sido yo, la causante de aquella destrucción.

El auto tenía un fuerte golpe en la puerta del conductor, el parabrisas estaba trizado y con un gran agujero y sus llantas eran inservibles ahora.

Asumí que fue una colisión con algún otro vehículo.

Al parecer fue un gran accidente.

Y al parecer yo estuve ahí.

Loca por ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora