Nunca fui buena para las festividades y Navidad no sería una excepción.
Había dejado de creer en Santa cuando tenía 6 años y me había alejado de la religión a los 15. No era creyente pero respetaba y admiraba la fe de las personas.
Navidad me era indiferente y creo que en este punto, no tenía nada que festejar ni nada que agradecer. Se supone que en estas fechas es época de familia y esas cosas... pero jamás me permití creer que yo tenía una familia. A veces pensaba que éramos simples extraños viviendo bajo un mismo techo. Nada más.
Supongo que lo único por lo que debo estar feliz es que mañana Sofí volverá a casa. Al menos ella se salvó de este ridículo evento al que fui arrastrada.
Noche buena en otro evento de sociedad... que raro.Caminé hacia la barra cuando vi a Normani con un Martini en su mano.
-¿Apenas son las nueve y ya estas bebiendo?-
-Intento matar el tiempo.- respondió ella con una sonrisa. -¿Quieres uno?-
-No, gracias.- respondí y me senté a su lado en un alto taburete.
-¿Ya le pediste tus regalos a Santa?-
-Sí, seguro. Le pedí un balde de agua y una esponja para lavar tu ridículo auto.- me burle. Ella sonrió y le dio otro sorbo a su bebida.- ¿tú ya hiciste tu lista de obsequios? Oh, espera... sé lo que habrá en tu calcetín mañana por la mañana: Carbón.--He sido buena niña este año. Santa me adora.- dijo tan engreída como siempre.
Yo reí en voz alta y ella achicó los ojos en forma de amenaza.
Agradecí que ella estuviera aquí. El aburrimiento es menor cuando está a mi lado.
Lástima que esta no sería mi noche de suerte.
Terminó su Martini y se levantó de su asiento.
-Debemos ir por mi abue al aeropuerto, Mila.- dijo mientras me abrazaba. De inmediato vi a los padres de mi mejor amiga tras nosotras.
-Espera, ¿tú volverás?- pregunté esperanzada.
-No prometo nada.- dijo sincera.- pero te deseo una Feliz Navidad, cariño.-
-Feliz Navidad, Mani.- susurré cuando se acercó por otro abrazo. La vi marcharse con su increíble y hermoso vestido plateado.
Volví la mirada a las botellas al otro lado de la barra, sintiéndome tentada a pedir algo para "matar el tiempo" pero una persona que no esperaba hasta más tarde tomó asiento junto a mí.
-¿Quieres algo de beber?- preguntó él un poco asombrado.- No creí que acostumbraras a hacerlo.-
Ahí estaba él con una hermosa sonrisa, su cabello increíblemente acomodado y su traje siempre a la medida. Lucia muy apuesto.
-Beber no es mi fuerte.- respondí sincera.- pero intentaba matar el tiempo con...-
Detrás de Aarón sentí la intensa mirada de Lauren sobre mí. Ella caminaba en dirección a los baños, cuando nuestras miradas conectaron ella sonrió antes de desaparecer tras la puerta del tocador.
-¿Con alcohol?- completó Aarón mis palabras. Yo asentí dudosa aun sin mirarlo. Seguía mirando hacia la puerta del tocador en espera de que ella saliera.- Si me lo permites puedo invitarte un trago.-
-Sí, está bien.- dije sin prestar atención a sus palabras. -Me disculpas, iré al tocador.-
Lo escuché llamar al barman por unas bebidas mientras yo me abría paso hasta cruzar la puerta de la cual Lauren seguía sin salir.
-Te estabas tardando.- comentó ella sentada junto al lavamanos. Parecía una pequeña niña agitando sus piernas en lo alto del mueble.
Yo sonreí.
-¿Qué haces ahí sentada?- pregunté divertida. Me acerque a ella pero me quede a una distancia prudente.- ¿Sabes los problemas en los que te meterás si alguien te encuentra aquí?-
-Posiblemente.- respondió sin más. Creo que era su respuesta favorita a todo. Ella volvió a sonreír.
-Sabes, tienes una manera peculiar de cumplir con tu trabajo.- comenté mientras sacaba el labial de mi bolso y volvía la mirada al espejo para colocármelo.
Sentí la mirada de Lauren sobre mí todo el tiempo.
-Yo... - dijo ella con pesadez aun con su mirada en mis labios. Agitó la cabeza antes de responder.- Ya te lo había dicho antes. Solo ayudo a Ally pero ella tiene todo bajo control ahora.-
-¿Cómo es que Ally pasó de atender la cafetería de su padre a encargarse del servicio de Cátering esta noche? Y la noche anterior.- recordé.
-Su padre tiene una cadena de cafeterías por todo el país.- respondió ella aun agitando sus pies.- y su madre el servicio de Catering. Ally solo ayuda a sus padres.-
-Y Dinah y tú ayudan a Ally.-
-Así es. - dijo bajándose por fin del mueble para quedar a mi altura.- No estoy aquí por el dinero. Solo intento ayudarla.-
-Sigo creyendo que el tocador no es un buen lugar para ofrecer ayuda.-
-Claro que si.- dijo ella con una sonrisa mientras se acercaba.- te lo demostrare.- dijo acercándose un poco más para llegar a mi oído. Pude sentir su enloquecedor aroma a vainilla antes de que ella susurrara. -Ven conmigo, Camila. Déjame enseñarte algo.-
Retrocedió para mirarme a los ojos y vi en su mirada un rastro de súplica. Como si de manera silenciosa me estuviera pidiendo que aceptara.
-¿Cómo me ayudará el aceptar ir contigo?-
-Ven conmigo y lo sabrás.- dijo con su hermosa sonrisa de lado.
¡Maldición, ella iba a acabar conmigo!
-No puedo irme, alguien espera por mí.-
-Pero tú no esperarías por el.- dijo Lauren empezando a caminar hacia la puerta. - estaré en el estacionamiento si cambias de parecer. Esperaré cinco minutos, si no llegas lo entenderé.- ella sonrió antes de abrir la puerta y salir del tocador.
Salí y miré a Aarón aun en el bar con dos copas frente a él.
No podía irme y dejarlo por segunda vez.
Suspiré antes de hacer lo que creía correcto. Fingí una sonrisa antes de volver a su lado.