Al llegar la noche mis ganas de ir a esa fiesta desaparecieron. No entendía como había aceptado con tanta facilidad si el solo hecho de pensar en fiestas me producía dolor de cabeza.
Lo lamento, pero el alcohol, el humo del cigarrillo, la música alta, la gente ebria y que la casa de Brad convertida en un burdel no me causaba ni la más mínima emoción.
Desde que volví, mi vida se vio limitada a seguir las órdenes de mis padres. Siempre haciendo lo que ellos creían conveniente para mí. Jamás tuve una adolescencia normal y nunca supe lo que es no llegar a casa por una buena fiesta, ni salir ebria de un bar porque el licor rodaba por la mesa. Jamás supe lo que era vivir de esa manera.
No era bueno para mi familia estar en los encabezados de farándula por mi culpa.
Pero era tarde para retractarme. Aarón estaba fuera de mi casa esperando para ir a la fiesta.
Por primera vez lo vi sin su habitual formalidad y por primera vez aparentaba tener la edad que tenía. Vestía una camisa blanca, unos jeans rasgados, unas botas cafés y una chaqueta del mismo color.
-Hola.- me saludó con un beso en la mejilla.- luces hermosa.- solo llevaba unos jeans, una blusa rosada y una chaqueta. Me sentía extraña vistiendo de esta manera para una fiesta. Claro que la fiesta no era nada formal pero las costumbres resultaban difíciles de olvidar. Extrañaba mis vestidos.
-Gracias.- respondí al halago.- Luces genial, también.-
No era buena para los cumplidos y creo que él lo noto. Sonrió y lo dejo pasar para ir a la fiesta.
En cuanto llegamos busque a Normani entre el mar de gente que había. No sé porque no empecé mi búsqueda en el pequeño bar que había. Ella estaba ahí bebiendo su típico Martini.
-Hola.- saludé tras su espalda. Ella se volvió de inmediato.
-Hola, Mila… ¿Aarón?-
-¿Se conocen?- pregunté al notar la mirada confundida de Normani.
-Si.- respondió ella. Aarón solo se dedicó a mirarla con una pequeña sonrisa.- nuestros padres son viejos amigos. Nos hemos visto en algunos eventos.-
-Oh genial.- dije encantada. El que ellos se conocieran hacia más fácil esto de presentarlos.
-Es un gusto verte de nuevo, Normani.-
-Lo mismo digo.- dijo ella forzando una sonrisa. La conocía tan bien.
-Iré por una cerveza. ¿Quieren?-
-Sí, una para mí.- respondió mi mejor amiga.
-No gracias.- dije mirando como caminaba hacia la cocina. Las cervezas no las repartía el barman.
-¿Está todo bien, Mani?- pregunté una vez que permanecimos solas.
-Sí, es solo que… no pensé que ustedes dos se conocían.-
-¿Estas bien con eso? ¿Hay algo malo que deba saber de él?-
-No, claro que no.- respondió de inmediato.- Aarón es una buena persona. Créeme, no tienes de que preocuparte.-
-¿Entonces lo apruebas?- pregunté nerviosa.
Su opinión no cambiaba la mía pero era importante que mi mejor amiga aceptara a la persona con la que planeaba salir.
Y digo planeaba porque sabía de sus intenciones de formalizar la relación.
Yo aún no le he dado mi respuesta.
-Lo hago, Mila. Si quieres estar con él, tienes todo mi apoyo.- respondió mientras me abrazaba.
-Gracias, Mani.-
