Capitulo 5

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Tuve que soportar dos días más de limpieza antes de que llegara el fin de semana. Los sábados en la noche podía hacer lo que yo quisiera. Había discutido tanto con mis padres para que no llenaran ese día con más horas de clases.

-¿Qué haremos ahora?- preguntó mi mejor amiga una vez que subí a su auto.

-¿Ir por pizza?- pregunté esperanzada.

-Mila, todos los sábados vamos por pizza. ¿Podemos hacer otra cosa?-

-¿Cómo qué?- pregunté mientras miraba por la ventana las calles que conocía de memoria por  nuestro habitual recorrido.- Ya sé, podemos ir a la librería…-

-Me refería a algo divertido.- cortó mis palabras.- ¿Por qué nunca salimos a fiestas como las típicas chicas de nuestra edad?-

-Odio las fiestas, Mani.-

-Pero siempre estás en ellas.-

-No son fiestas, son reuniones y cenas de negocios.- corregí.

-Brad dará una fiesta esta noche, nosotras podríamos…-

-No me hagas ir.- supliqué.- Por favor, por favor, por favor…-

-Bien.- cedió.- pero no cenaremos pizza esta noche.- sentenció antes de tomar una calle diferente que nos llevó por un camino que desconocía en su totalidad.

-¿Dónde vamos?-

-Mamá siempre habló de una buena cafetería por este lugar.- respondió Normani mirando los locales, tratando de encontrar el que buscaba.- dijo que vendríamos pero su trabajo y sus estudios siempre están primero.- Tal vez, esa era la razón por la que me llevaba tan bien con Mani, sentía en carne propia lo que yo vivía a diario.- Lo tengo.- sonrió triunfante antes de ingresar al parqueadero.

-¿Cómo puedes pensar que un café supera la pizza?- pregunté indignada mientras caminábamos a la entrada.

-¿Por qué rayos no te cansas de la pizza?- preguntó ella frunciendo el ceño.

-¡¿Por qué rayos no te cansas de respirar?!- y lo dije tan seria que ella soltó un carcajada.

-No podrías vivir sin mí.-

-Y sin la pizza.- apunté totalmente de acuerdo.

El ambiente del lugar era genial, sus paredes tenían ridículos adornos, pinturas y uno que otro mensaje divertido en una pared blanca. Habían complicados acertijos sobre las mesas y chiste en las servilletas.

Una camarera interrumpió nuestra conversación mientras buscaba un bolígrafo en su bolsillo.

-Hola, mi nombre es Ally y las aten… ¿Normani?-

-¿Ally?- preguntó mi mejor amiga igual de sorprendida. No había emoción en el hecho de encontrarse pues ninguna de las dos se movió de su lugar por el típico abrazo o alguna acción cordial. Ambas estaban muy sorprendidas. La pequeña castaña me miró pero de inmediato volvió la mirada a mi acompañante.

-Vaya… tanto tiempo sin vernos.- había una sincera sonrisa en ella.

-Lo mismo digo.- Normani parecía incomoda.- ¿Desde cuando trabajas aquí? Creía que te encargabas de la cafetería de tu padre.-

-Lo hacía pero papá abrió esta nueva sucursal y como las clases en la Universidad aun no comienzan, decidí ayudarlo un poco.- respondió y ambas permanecieron en silencio. El ambiente estaba volviéndose increíblemente tenso.- bueno, ¿tienen listo su pedido?- dijo esta vez forzando una sonrisa.

-Aun no lo decidimos, ¿nos das unos minutos?- Ally asintió y nos sonrió a ambas antes de retirarse.

-¿Estas bien?- pregunté cuando estuvimos solas de nuevo.- Parece que viste un fantasma, incluso parecías incomoda. ¿Quieres que nos vayamos? ¿Por pizza?- pregunté con una sonrisa tratando de hacerla reír.

Loca por ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora