Normani era mi compañera en clases de Química pero ella decidió pasar de mí y tomar asiento junto a otro compañero.
No había pasado ni una hora y ya empezaba a odiar esta situación. Ni siquiera sabía cómo manejarlo. No sabía si disculparme, si ignorarla o fingir que todo estaba bien y hablarle de nuevo.
Decidí enviarle un mensaje.
“Mani, ¿podemos terminar con esta absurda pelea?”
Vi como ella saco su móvil para revisar el mensaje, pero solo lo ignoró y siguió conversando con su nuevo compañero de laboratorio.
Mi frustración con ella iba en aumento.
Intenté poner atención en clase pero mi cabeza me ponía en una situación difícil. Absurdamente sentía que debía escoger con quién quedarme. Por un lado estaba Normani, mi mejor amiga desde la infancia y por otro lado estaba Lauren, una chica con la que sentía una galaxia de emociones, el sentimiento que buscaba desde hace demasiado tiempo.
¡Definitivamente ridículo!
No quería elegir, las quería a las dos en mi vida.
Decidí hablar con Normani, no podía perder a mi mejor amiga. Realmente quise hacerlo, pero al salir de mis largas cavilaciones, la clase había terminado y mi mejor amiga había desaparecido.
¡Esta situación iba a acabar conmigo!
Volví a casa caminando, pude tomar un taxi pero mi casa no se encontraba muy lejos y necesitaba un poco de aire para pensar en todo lo sucedido.
Soporté las clases de francés y piano, pero no pude esperar hasta que las clases de cálculo terminan para poder irme. Tomé un sweater y me dirigí a casa de Normani.
Tendría problemas con mi amargado profesor, pero valdría la pena.
Decidí caminar hacia su casa, no deseaba que aun molestas, me retara por haber conducido.
Cuando llegué, toqué el timbre como treinta veces, pero nadie atendió. Al principio creí que no había nadie pero tomando en cuenta nuestra discusión, ella pudo simplemente ignorarme y no abrir la puerta. Cuando mi intento por hablar con ella terminó, caminé rumbo a la cafetería. Iba veinte minutos antes de la hora acordada con Lauren pero volver a mi casa y encontrarme con mi maestro de cálculo no era una opción.
El camino hacia la cafetería era un poco más largo, pero el torbellino de pensamientos que tenía por dentro me absorbió tanto, que ni siquiera pude sentir la distancia. Regresé a la realidad cuando vi el auto de mi mejor amiga en el estacionamiento de la cafetería. Todo se tornó mucho más confuso cuando vi a Normani y Lauren discutiendo junto al auto. Me acerqué sigilosa, tratando de escuchar la discusión.
No fue difícil, los gritos de Normani se escuchaban a tres calles de distancia.
-¡Te dije que no te acercaras a ella!-
-¡Con que derecho me dices lo que tengo que hacer!- respondió Lauren furiosa.
Admito que verla enojada, resultaba increíblemente sexy.
-¡Intento cuidarla!-
-¿De mí?- preguntó Lauren con una risa fingida.- ¿En verdad crees que podría hacerle daño?-
Normani la miró fijamente, como queriendo que su respuesta saliera de su obvia mirada.
-¡Quiero que te alejes de ella, Lauren!-
-Eso es algo que tú no vas a poder evitar. ¡LA AMO, MANI!- grito ella con tristeza.
-¡Tú no puedes decir…-
