Capitulo 33

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-… ¿Lo dices en serio?- preguntó Ally entre una risa incontrolable.

-Lo fue.- aseguré avergonzada.- tenía solo cinco años y mi mejor amiga me hizo creer que el Come Galletas ingresaba a mi casa por las noches en busca de comida, por lo que solía esconder las galletas en mi cuarto. Martha, la señora encargada de la cocina solía volverse loca buscando las galletas que compraba y siempre desaparecían. Hasta que una mañana noté como un camino de hormigas ingresaba por mi ventana y hacían su recorrido hasta el cajón de mi cómoda. Dormí en el cuarto de visitas por una semana mientras fumigaban mi habitación. Las hormigas estaban por cada rincón de mi cuarto y Martha jamás me perdonó que robara sus galletas.-

Ally volvió a reír, esta vez un poco más fuerte. Yo seguía sintiéndome avergonzada por creer en las bromas de Normani.

-Ya podemos irnos.- dijo Lauren llegando hasta mí y depositando un pequeño beso en mi mejilla.- ¿De qué te ríes?- le preguntó a Ally.

-De nada, vamos.- dije tomando su mano para sacarla del lugar. Mi humillación ya era demasiado grande como para que mi novia se entere y se ría de lo ingenua que era en ese entonces.

Ally volvió a reír y antes de que saliéramos grito un “Cuidado con el Come Galletas, Mila”

-¿Qué?- preguntó Lauren tratando de voltear pero se lo impedí al tirar de su mano hacia la salida.

Ally era una pequeña malvada.

-¿A qué se refería Ally?- preguntó mientras me abría la puerta de su auto.

-No lo sé.- respondí dándole un beso antes de ingresar al vehículo.

Lauren negó con la cabeza mientras sonreía antes de caminar, ingresando en el asiento del piloto.

-¿Tienes prisa en llegar a casa?- preguntó. Era viernes y no había nadie que esperara por mí.

-No realmente. ¿Quieres hacer algo?- ella se inclinó hacia mí y cerré los ojos pues supuse que me besaría, pero sentí su suave respiración pasar por mi mejilla y alejarse suavemente. Abrí los ojos cuando escuché el típico “clic” del cinturón de seguridad.

Ella solo me ponía a salvo antes de encender el vehículo.

-Por supuesto.- respondió ella con una enorme sonrisa. Odiaba cuando jugaba conmigo y mis inestables hormonas. Pero amaba verla sonreír de esa manera traviesa.

Normalmente suelo desquitarme de diferentes maneras pero por esta vez, deje que su hermosa sonrisa siguiera enamoran…

-Te llevaré a mi casa, ¿quieres ver una película?- preguntó sacándome de mis cavilaciones.

-Me encantaría.- respondí dejando de lado mis pensamientos.

Lauren manejo al lado contrario de mi vecindario, a una zona que no conocía. Las casas de este lado de la cuidad eran más pequeñas a las que acostumbraba a mirar, pero lucían bonitas y con colores llamativos. Lauren estacionó frente a una casa color crema. Era pequeña y pese al desastre que era su jardín, no sentía un ambiente familiar en él. No lucía acogedora.

Ingresamos y pude ver que el interior de la casa era muy elegante comparada a la fachada que tenía por fuera. Miré las fotos familiares que se encontraban en el recibidor.

-Prepararé palomitas, ¿quieres algo de beber?- me preguntó.

-No amor, gracias.- respondí sin mirarla. Seguía observando los retratos de la habitación. 

Vi una foto familiar en donde se encontraba Lauren de unos 15 años tal vez, un niño más pequeño y una niña menor. Supuse que serían sus hermanos. Detrás de ellos se encontraba una hermosa mujer con una enorme sonrisa junto a un impecable hombre con un elegante traje de negocios. De hecho todos lucían muy elegantes.

Loca por ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora