El fin de semana pasó sin más problemas y sin dudarlo evité comentarle lo sucedido a Normani. Lauren tenía razón. Era mejor para todos si Normani no sabía de nuestro acuerdo fuera de los límites de batalla.
Tuvimos que esperar dos días para llevar a cabo nuestra siguiente venganza.
-¿Por qué no has lavado tu auto?- le pregunté cuando entré en el vehículo.
Era lunes por la noche y el auto de Normani seguía pintado de tan ridícula manera. No lo había visto en la mañana ya que su padre la dejó en el instituto antes de ir al trabajo y volvió por nosotras después de clases.
-No lo sé, creo que me gusta.- respondió ella. Yo la miré incrédula, pero dejé que la gente fijara sus ojos en nosotras una noche más, de todas formas la pintura era de agua y se iría con una simple lavada.
-¿Dónde vamos?-
-Por mi venganza.- respondió con obviedad mirándome de forma divertida.
Al estacionar en la cafetería sabía a lo que se refería pero no lo que pensaba llevar a cabo.
-Me gusta tu auto.- escuché una voz tras nosotras mientras nos dirigíamos a la mesa.
-Gracias, a mí también.- le respondió a Dinah con una enorme sonrisa.
Intenté buscar a Lauren pero ella ya nos miraba mientras tomaba el pedido en la mesa del fondo.
-¿Van a comer aquí?- preguntó Dinah divertida.- ¿El café con sal no fue suficiente?-
-Oh, claro que fue suficiente.- respondió Normani con tranquilidad.- pero quiero que sea suficiente para ustedes.- completó totalmente seria.
-Bien, ¿Qué van a ordenar?-
-¿No vas a presentarte?-
Y entendí cuál sería la venganza de mi mejor amiga.
-Ally lo hizo la semana pasada.- completó.
-Ya sabes mi nombre.-
-¿Estás diciendo que no te presentaras? ¿Mila, crees que deberíamos decírselo a su supervisora?-
-Estoy segura de que ella quisiera saber el mal trato que reciben sus…-
-Bien.- interrumpió Dinah mirándome con odio.- Mi nombre es Dinah y seré su mesera esta noche. ¿Qué desean ordenar?-
-Mmm… ¿Qué me recomiendas?- pregunté sin fijarme en el menú.
-Esta será una larga noche ¿no es así?- nos preguntó ella con cara de fastidio.
-Tenlo por seguro.-
Durante toda la noche, Normani y yo nos dedicamos a molestarla. Que el café estaba frio, al pastel de chocolate le faltaba chocolate, al pie de limón le faltaba limón, incluso al agua le faltaba sabor.
-¡El agua no tiene sabor!- nos dijo al cambiar nuestra bebida por cuarta vez.
Y nosotras moríamos de risa.
Normani pensó que ese castigo no era suficiente, por lo que, con una simple llamada todo el equipo de softbol fue invitado a la cafetería para todo lo que puedan comer y todo iba por cuenta nuestra.
En menos de veinte minutos, diez personas más hacían el mismo desastre y el mismo berrinche por el agua sin sabor. Incluso un compañero pidió un tiramisú de chocolate sin chocolate.
Dinah estaba al borde por lo que Lauren se acercó a nuestra mesa para ayudarla.
Sufrió el mismo castigo que Dinah.
Nos quedamos hasta que el lugar cerró y aun así esperamos pacientes hasta que nuestras enemigas salieran de la cafetería.
-Se ven cansadas, ¿quieren que las llevemos?- preguntó Normani mientras conducía lentamente a lado de las chicas.
-Prefiero arrastrarme a tener que subirme en ese auto de circo.- respondió Dinah.
-Oye, me gusta su nuevo color. Tienes buen gusto.-
Y mientras ellas discutían, yo miraba el rostro cansado de Lauren que me miraba fijamente.
Desee bajarme del auto para ir con ella y preguntarle si todo estaba bien, pero Normani no me permitiría dejar el auto y Dinah no dejaría que tan siquiera mirase a su amiga.
Lauren me regaló una imperceptible sonrisa antes de volver la mirada al frente y centrarse en la discusión.
-Ya es un poco tarde para estar fuera de casa, ¿no lo crees niñita de mami?- preguntó Lauren.
-Lo es, pero ver tu cara de cansancio merece mi tiempo.- Normani sonrió.- No te quedes dormida en el colectivo, loca.- y tras estas palabras, mi mejor amiga aceleró para dejar a dos chicas completamente muertas por la espantosa noche que les habíamos hecho tener.
Al llegar a casa seguí pensando en Lauren y Dinah y una parte de mí se sintió mal por todo lo que les hicimos pasar pero habíamos obtenido nuestra venganza. Intenté dejar esa sensación de culpa a un lado y fui a la cocina por algo de beber y sin darme cuenta, mi cabeza no dejaba de recordar la triste y apagada mirada que Lauren intentaba ocultar.
Sin poder evitarlo fui hasta la cama y tome mi móvil para ingresar en Instagram con la esperanza de encontrarla. Había una sola Lauren Jauregui y para suerte mía, su cuenta no era privada.
Ella lucía increíblemente hermosa en su foto de perfil.
Bajé un poco más y encontré varias fotografías con una chica. Ella era hermosa también. Abrí una imagen y la descripción decía “Coachella @lucyvives”. La chica utilizaba lentes de sol y Lauren la abrazaba por la espalda. Lucían muy bien juntas.
¿Pero que estoy haciendo?
Me pregunté con incredulidad al caer en cuenta de que estaba stalkeando a Lauren. Jamás había hecho algo parecido y resultaba muy bajo de mi parte empezar a hacerlo ahora. Cerré Instagram y dejé el móvil lejos de mí, evitando caer en la tentación de seguir averiguando su vida.
Tomé el libro que acaba de comprar y empecé a leerlo.
No sé en qué momento me quedé dormida.