Capitulo 3

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-¡¿Cómo es posible que hayamos perdido?!-

-¿Quieres que te diga cómo?- preguntó uno de mis compañeros realmente enojado.- ¡Abanicaste la bola más veces de las que tu pequeño cerebro puede contar!-

-¿Estás diciendo que esto fue mi culpa?- preguntó acercándose hacia Shawn con una mirada amenazante.

-¡Te lo repito o…-

-Es suficiente, chicos.- el entrenador se colocó en medio de ellos, evitando que siguieran avanzando. – Vayan a los vestidores ahora y los veré en el autobús en veinte minutos.- Nos ordenó a todos.

Caminamos en silencio deseosos de tomar un merecido baño para marcharnos a casa. Al llegar, los chicos entraron en la puerta izquierda y nosotras en la puerta derecha. El silencio permaneció hasta que la última chica ingresó al vestuario y la comprensión de lo que teníamos en frente nos hizo estallar.

-¿Pero qué carajos?- soltó Cecily horrorizada.

-Mierda, mi móvil.- soltó Blair para correr hacia su bolso y con completo asco tratar de encontrar su teléfono. Entre arcadas de vómito, logró sacar el dispositivo totalmente mojado e inservible.

El resto de las chicas hicieron lo mismo, incluyéndome. Traté de que el líquido viscoso y los pedazos de comida no tocaran mis manos pero era imposible y una vez que tome mi celular para revisarlo, estaba tan fundido como el de mis compañeras. Deje mi móvil sobre el banco antes de, suplicar porque mi iPod siguiera con vida.

La ira me envolvió por completo al ver que no funcionaba.

Mi música, mi vida entera estaba en ese aparato y lo había perdido por culpa de…

-Hay una nota.- murmuró Vanessa mirando el bote de basura en donde nuestras maletas habían estado nadando.

“Te dije que no ganarían. Buena suerte al volver a casa con las manos vacías y las maletas mojadas.  XOXO”

Y gracias a la nota, supe quien había sido la responsable.

Solté mi iPod y con paso firme salí de los vestuarios, seguida por el resto de chicas que querían “agradecer” el generoso gesto de nuestros contrincantes. Me dirigí hacia el campo de juego en donde el otro equipo seguía festejando su victoria. En menos de un minuto tenía el blanco en la mira y al llegar junto a ella tomé su brazo con fuerza para hacerla girar causando que me mirase.

-¿Qué mierda fue lo que hiciste?-

Y con estas simples palabras ambos equipos se posesionaron tras nosotras, listas para iniciar una pelea que mis chicas no comenzaron.

-¿No te gustó la sorpresa?- pregunto ella con indignación.- Y nosotras que nos esforzamos tanto.-

-¡Acabas de joder mi iPod!- exploté golpeando con ambas manos su pecho con fuerza, haciendo que la alta chica retroceda unos pasos para mantener el equilibrio.

-No te metas con ella, niña mimada.- me advirtió Lauren regalándome un nuevo apodo a la vez que se colocaba delante de Dinah para protegerla.

-Aléjate de ella, loca.- Normani se colocó frente a mí para cuidarme.

-Te vas a arrepentir de esto.- me dijo Dinah con sus ojos echando chispas.

-Acércate y lo averiguaremos.-

Y ante mis últimas palabras cada chica empezó su batalla.

Salté sobre Dinah en cuanto Normani lanzó su primer golpe en el rostro de Lauren. En cuestión de segundos, golpes, empujones, mordida y patadas eran lanzadas al aire y un mar de gente se reunió a nuestro alrededor para mirar el espectáculo.

-¡Jodiste – mi – iPod!- repetía histérica con cada golpe que lanzaba. Dinah bajo mi cuerpo solo trabaja de esquivar mi ataque. Dos de tres golpes acerté en su rostro. Pensé que tenía la situación controlada pero en el menor descuido ella subió su rodilla para pegar un golpe directo a mi costado arrancándome el aire que tenía en los pulmones. Caí de inmediato y ella aprovecho mi debilidad para posesionarse sobre mi cuerpo.

-Espero que te estés divirtiendo.- me dijo. Miré su rostro manchado con la sangre de su labio inferior antes de sentir el primer golpe en mi ojo.

-¡Sepárenlas!- escuché a Shawn a lo lejos y con un ligero giro de mi cabeza miré como mi equipo de chicos corría hacia la pelea. 

Volví a mirar a la chica sobre mí antes de sentir otro golpe sobre mi labio. No podía moverme, estaba totalmente bloqueada. Mis compañeros seguían separando al resto de chicas y sabía que nada me salvaría del tercer golpe. La miré volver a levantar el brazo así que de manera inconsciente cerré los ojos en espera del golpe pero no sucedió.

Abrí los ojos solo para comprobar mi plegaria, alguien había sujetado su muñeca impidiendo su tercer impacto pero para mi sorpresa no era uno de mis compañeros quien la detenía.

-Es suficiente, Dinah.-  su voz era firme y sus ojos estaban clavados en mí.

La miré y su labio inferior sangraba. Vi sus ojos mirar mi labio y supuse que el mío hacía lo mismo.

-Mila.- gritó Normani acercándose por lo que Lauren ayudó a su amiga a levantarse.

-¡BASTA!- una voz firme interrumpió en el campo causando que cada chico detenga su acción y se incorporara. -¿Qué significa todo esto?- era el director de esa secundaria. Lo sabía por el respeto que impuso al tan solo presentarse.

-Sus estudiantes lo iniciaron.- dije mirando con odio a Dinah.

-Pruébalo.- se defendió ella sin rastro de intimidación.

-¡Basta!- volvió a gritar el hombre.- Será mejor que recojan sus cosas y se vayan, solucionaré esto con mis estudiantes y llegaremos a un acuerdo con su directora.-

-Espero que expulse a esta bola de salvajes.- dijo Georgina antes de dar la vuelta para salir del campo. Dinah iba a refutar pero la mirada severa del director se lo prohibió.

-Pronto recibirá una agradable visita.- ese fue Shawn mirando al director. No sé si él entendió lo que eso significaba, pero en mi instituto esas palabras representaban una demanda segura. Shawn empezó a caminar y el resto de mis compañeros siguieron su camino. Normani, sin embargo tenía la mirada fija en Lauren mientras sus dedos tocaban con dolor su pómulo inflamado por el golpe.

-Vamos, Mani.- pedí cansada de esta situación.

-No te preocupes, nos volveremos a ver.- aseguró Lauren con una sonrisa confiada en su rostro.
-Tenlo por seguro.-

-Acabaré contigo, niña mimada.- expresó Dinah mirándome fijamente.

-Pago por ver.- la reté antes de tomar la mano de Normani para ir en buscar lo que quedaba de nuestras manchadas pertenencias.

El regreso a nuestra secundaria fue una completa tortura, no pude escuchar música por lo que ignorar a mis enojados compañeros resultó imposible.

Mi cabeza tenía hermosos pensamientos asesinos pero de cierto modo, todas mis ideas eran calladas por un par de intensos ojos verdes que en más de una ocasión volví a sentirlos familiares.

Loca por ti (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora