La historia

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Peter no te recuerda...
Eso era lo único que sonaba en la cabeza de Francesca.
-¿Cómo... cómo... qué?- La rubia estaba comenzando a llorar, no podía creerlo. Comenzó a agacharse, tenía miedo de desmayarse en cualquier momento.
-Luego de salir de la Cero, Peter perdió la memoria de todo lo que había pasado desde la primera vez que pasó por el portal de su habitación a la de Vit...- Camille trataba de tener tacto al explicárselo, se levantó de su asiento y se agachó junto a Francesca, pero esta estaba descontrolada, no paraba de llorar, estaba hecha bolita en el suelo.- Lo lamento mucho, pero no hay nada que hacer... Mañana te llevaremos a tu hogar, y podrás hablar con Vit.
     Luego de  unos minutos, en los cuales la chica continuó llorando desconsoladamente, por fin pudo decir algo:
-Eso- Francesca levantó la visto, tenía los ojos enrojecidos y su respiración estaba muy agitada-, necesito hablar con Vit...
-Mañana lo harás, esta noche te quedarás aquí, ya es muy tarde. Ve a tu habitación y duerme, ¿o quieres comer algo? ¿Tienes hambre?- Camille se paró y le tendió una mano.
-No.- Francesca se sujetó de la mano de Camille y se levantó: - Quiero tomar aire- Dijo limpiándose las lágrimas.
-Te acompaño al patio.- La chica guió a Francesca hacia una puerta que daba al patio trasero, al salir, Francesca dijo:
-¿Puedo ir sola?
-Claro.- Aceptó Camille comprensiva.- Pero no salgas de los terrenos de la mansión, y vuelve pronto, está prohibido salir de noche. Pero el profesor Xavier no está aquí así que... Bueno, como sea, ya entendiste.- Camille cerró la puerta y volvió a tomar asiento en donde estaba para continuar viendo la televisión.
    Francesca comenzó a caminar en línea recta, y se adentró en un lugar en en el que los árboles podrían esconderla. Se sentó junto a un árbol, y otra vez comenzó a llorar, abrazó sus rodillas y así se quedó por un largo rato, en la oscuridad, si tenía miedo, pero esperaba que ese miedo opacara su tristeza, pero no lo lograba...
Escuchó un ruido, de una rama romperse detrás de ella, rápidamente se volteó a ver en aquel lugar, pero no había nada, sintió un viento pasar.
-¿Estás bien?- Dijo una voz.
Francesca miró hacia el lugar de donde provenía la voz, detrás de un árbol que estaba frente a ella. Se levantó y caminó hacia allí. Lo sentía, lo sabía. Cuando rodeó el árbol se encontró cara a cara con Peter... Una lágrima resbaló por su mejilla. Era él, pero parecía más grande.
-Peter...
-¿Cómo sabes mi nombre? No importa- Corrió y se apoyó en el árbol en el que antes estaba Francesca-  ¿Qué te sucede? ¿Por qué lloras?
     La chica se dio vuelta, lo miró y dijo con un hilo de voz.
-No es nada.- Sabía que no podía decírselo, nunca le creería.
-Claro que no, estás llorando por algo... Por cierto, ¿cuál es tu nombre?
-Francesca...-La chica trataba de aguantarse las lágrimas, pero ya no podría mucho más. Corrió hacia Peter y lo abrazó con fuerza, no quería soltarlo jamás.
-Está... bien.- Peter la abrazó  también- Oye, Francesca, no sé que es lo que te sucede, pero todo se solucionará. - "Enserio dijiste eso idiota?" Pensó Peter.
-Si te dijera que me pasa no me creerías.- Quería decírselo, enserio quería decírselo.
-Claro que sí, dime.- Se soltaron del abrazo. Peter se sentó rápidamente y le hizo palmadas al suelo junto a él para que ella se sentara.
Cuando ella se sentó, lo miró y le preguntó:
-¿Qué has hecho en los últimos diez años?
-Y eso por qué...
-Solo dime, tiene mucho que ver con lo que me pasa.
-Bueno, estuve viviendo en el sótano de mi madre, y no hice nada interesante hasta el año pasado, cuando salvé al mundo... Bueno, yo y otros más, pfff.
-¿Nada más?
-Importante, no.
-Okey, lo que me pasa es que...- Le costaba decirlo pero aquí iba: - Tú y yo nos conocemos.
-¿Qué? Pero yo no...
-Tú no me recuerdas, tu memoria se borró.
-¿De qué estás hablando?
-Sé que suena demasiado extraño, pero tú y yo nos conocemos, es más, de hecho, somos novios, por lo menos para mí.
-Pero no tengo idea de quien eres. Además, eres muy linda, pero, ¿Cuántos años tienes? ¿tú estabas conmigo? ¿De verdad?
-Tengo 18. Sí, Peter, de hecho, tú... hiciste un gran cambio en mí, ya sabes...
-¿Yo qué!? Wow... Cuéntame más, tal ves tu historia no es tan descabellada como parece.
    Francesca se sentía un poco más aliviada, Peter quería que le contara más, tal ves lograría hacerlo recordar.
- Tú, yo y Victoria, una amiga de ambos, nos conocimos por un suceso muy extraño, portales que se abrieron entre diferentes dimensiones y fechas. En mi dimensión y la Victoria, tú solo existías en películas.
-¿Yo un personaje de película?
-Sí, y uno de los más queridos de hecho.
    Peter sonrió al escuchar eso.
-Los tres viajamos entre diferentes portales, queríamos salvar al personaje de otra película, quien descubrimos que era real en otra dimensión, como tú. Él, de hecho, es Quicksilver.
-Yo soy Quicksilver!
-Sí, lo sé, pero hay otra versión de ti, en otra película, bueno, en otra dimensión en realidad, que murió. Pero tú podías salvarlo, con tu súper velocidad. Algo salió mal, y yo morí, bueno, no, como ves, porque la Victoria del futuro hizo no se qué para que unos estudiantes de aquí me salvaran. Se que todo esto es mucha información.
-No, claro que no.
-Cierto que piensas rápido...
-¿Estoy loco si te digo que tal ves te crea?
-¿Qué? -Francesca sonrió.- Claro que no, todo es verdad.- Estaba muy emocionada.
-Y esta Victoria que dices, ¿sabes donde está?
-Supongo que en mi dimensión, mañana volveré allí y hablaré con ella, tengo tantas preguntas.
-También yo. Iré contigo.
-¿Qué dices?
-Que iré contigo, si todo lo que dices es real, y existe tal portal, entonces quiero verlo con mis propios ojos, y quiero hablar con Victoria, ella tal ves pueda decirme más. Y por cierto, te creo porque todo lo que me dices coincide con mis sueños.
-¿Enserio?
-Sí, pensaba que solo eran sueños, pero ahora que me cuentas todo esto creo que más bien son recuerdos.
-Lo son...

Al día siguiente...

-Kurt, iré con ella.-Le dijo Peter al azulado.
-Pero...
-Me lo dijo. Me dijo que perdí la memoria. ¿Es verdad?
-Sí... Vit nos lo dijo, no nos dio mucha información, pero eso... Supongo que es verdad.
-Entonces debo averiguar que fue lo que me pasó, quien es Victoria, qué sabe, y qué sucedió.
    Francesca llegó a la cocina, allí estaban Camille, Kurt, otro chico más (no sabía quien era) y Peter.
-Hola- Camille se acercó a Francesca- Estuviste hablando con Peter. No pensé que pudiera creerle a alguien.
-Al parecer pensaron mal.- Dijo Peter, se sentía contrariado porque no le hubieran contado sobre eso.
-¿Estás lista?- Le preguntó Kurt a Francesca.
-Sí.
-Entonces vamos- Le tendió su mano, ella la tomo.
    Peter se agarró del hombro de Kurt.
-Vamos- Le dijo.
    Y aparecieron, rodeados por una nube azul, en el sótano de la casa de Peter, en su habitación.
-¿Qué hacemos aquí?- Preguntó Peter.
-Aquí está el portal- Dijeron Kurt y Francesca al unísono.
-Debajo de la cama.- Continuó Francesca. Sentía nostalgia, felicidad, y muchas cosas más, una mezcla de emociones que representó con una lágrima.
-Kurt... gracias. Creo que salvaron mi vida.
-Por nada. Peter.- Miró al mismo y desapareció.
    Francesca miró a Peter y le dijo:
-Ya había estado aquí, siempre pensé que esta habitación estaba muy desordenada.- Sonrió.
-Nunca me ha gustado mucho ordenar. ¿Estás lista?
-Yo siempre.- Dijo una voz debajo de la cama. De ahí salió Victoria, quien se paró y corrió a abrazar a Francesca.
-Francesca- Dijo emocionada mientras la abrazaba fuertemente.- Estás viva. Sabía que funcionaría. Te lo explicaré todo.
    Se separaron, Victoria estaba más grande, como Peter.
    Victoria miró a Peter, quien tenía la mirada perdida, cuando salió de su ensimismamiento la miró a los ojos, se quedó petrificado y le dijo:
-Yo si te recuerdo...- Se abalanzó hacia ella, la abrazó por la cintura y la besó.

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