En la noche

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Dimensión 2
2014

Subieron al helicarrier, y sin decir una palabra ambos se dirigieron a un pasillo dentro de él. Mucha gente pasaba de un lado a otro. Todos los habitantes de Sokovia habían sido evacuados y se encontraban allí en ese momento.
Victoria y Peter se sentaron en el piso, contra la pared, mientras veían a las personas pasar de un lado a otro, civiles, agentes, médicos y demás.
-Peter.
-¿Sí?- El muchacho miró a su amiga.
-Lo logramos.- Sonrió y dejó ver su hermosa sonrisa.-Por fin.
-Por fin...
La chica apoyó su cabeza contra el hombro de Peter. Así, sentados, y por primera vez sin hablar, se quedaron... Por un largo rato.
-Encontraremos a Francesca.- Dijo de pronto la chica.
-¿Cómo haremos eso?
-No lo sé. Pero lo haremos. No te preocupes.
-Está bien.- El chico movió el hombro para que Victoria se levantara, cuando lo hizo, la miró a los ojos y le dijo: -Vit... Gracias...
-¿Por qué?
-Por ser como eres, y por ser mi amiga.
La chica rió:
-Que sentimental eres... Pero no, gracias a ti, tu eras mi sueño, y ahora eres mi realidad... Por desgracia.
El chico rió.
-Tanta bipolaridad en una sola oración.
-Peter...
-¿Qué?
-Tengo sueño, y como sé que esto no es un hotel lleno de cómodas camas, dormiré aquí. Tal vez seas una buena almohada.
-O tal vez no.
-Da igual.- La chica se recostó en el suelo y apoyó si cabeza en las piernas de Peter.- De todas formas dormiré aquí.
-Está bien.
-Ráscame la cabeza.
-¿Tienes piojos?
-Claro que no. Me ayuda a dormir, es relajante. Mis padres solían hacerlo cuando no quería dormir, terminaba desmayada.
-De acuerdo.- Comenzó a rascar la cabeza de su amiga. Su mano pálida contrastaba mucho con el negro azabache del cabello de la chica.
    Victoria comenzó a cerrar los ojos. Luego de unos minutos, se quedó dormida.

1 mes después:

    Victoria se encontraba recostada en la cama de su habitación en el complejo de los Vengadores. Luego de lo de Sokovia, ella y Peter habían empezado a quedarse allí. La chica no podía evitar meterse en los entrenamientos, hablar con los Vengadores cada vez que tenía la oportunidad, espiarlos, entrar a escondidas a sus habitaciones, sí, todo lo que una loca fan de Marvel haría, y es que ella era eso.
    Peter, por su parte, era motivo de admiración de muchos, vengadores o no, todos se sorprendían al verlo correr. Pietro estaba vivo, y Peter no logró contenerse y lo retó a una carrera, la cual obviamente ganó, y por mucho. Pietro se sentía avergonzado y molesto, y Vit había hablado con él y lo había convencido de que Peter solo hacía eso porque era un agrandado, y de que él era el más veloz en realidad, ya que Peter no pertenecía a aquella dimensión y probablemente no respondía a las leyes de la realidad allí.

    Ya era de noche, Victoria estaba en su cama, viendo televisión, cuando sintió como la cama se movía y el colchón se hundía junto a ella. Miró a su derecha y vio a Peter, sentado junto a ell... Ahora recostado, en la misma posición que ella, con las manos por detrás de la nuca y las piernas cruzadas.
-Hola.- Le dijo él.
-Hola.
-Oye, vamos afuera.
-¿Ahora?
-Sí.
-Okey.- Dijo sin dar vueltas, apagó el televisor y se puso las zapatillas.
     Una vez en el patio, comenzaron a caminar y a hablar de todo tipo de cosas, y a hacer todo tipo de estupideces, como bailar hip hop en el césped, o jugar piedra papel o tijera, durante mucho tiempo. Mientras caminaban, en la oscuridad, por aquel patio, en un pequeño momento de silencio, fue Peter quien lo rompió:
-Vit.
-¿Mmm?- Ella volteó a verlo, pero cuando lo hizo notó en la expresión del muchacho algo muy extraño en él, nerviosismo, y no supo por qué lo hizo, pero lo hizo, instantánea e involuntariamente, sin poder ni querer evitarlo, sin pensar: Se acercó a él, se frenó a escasos centímetros de la cara del chico, lo miró a los ojos, y vio en ellos eso que tanto tiempo había ocultado, eso que desde la primera vez que lo vio sintió. Él se encontraba inmóvil, solo viéndola a los ojos, al igual que ella hacía con él. Victoria o Peter, alguno de los dos, o tal vez ambos, cortaron la distancia que los separaba rápidamente y unieron sus labios. Apasionado, tierno, desesperado, no se podría describir aquel beso de una sola forma, era un beso que representaba todo lo que, estúpidamente, se habían negado a sí mismos durante tanto tiempo, porque al unir sus labios en ese momento, ambos supieron que lo que sentían lo sentían desde el primer momento. ¿Por qué eso no había sucedido antes? ¿Por qué hasta entonces no se habían dado cuenta? Sea como sea, ninguno logró entender como era que nunca antes se habían dado cuenta de que eran el uno para el otro, la perfecta pareja, esa que no necesitaba a nadie más que a ellos dos para enfrentarse al mundo, porque así eran ellos, un equipo, solo ellos contra el resto.

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