(36)Hermosas Margaritas

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-Ha perdido algo de sangre pero la herida no es muy profunda...- sentí un punto de dolor taladrarme la cabeza. Dolía mucho pero mientras ese dolor inrrumpía a través de la oscuridad, otros muchos más fuertes acudían a distintas partes de mi cuerpo, reteniendome.

Una brillante luz blanca se abrió paso entre las tinieblas, tan intensa,que incluso a la distancia que había de por medio,comenzaba a cegarme pero eso no borraba ni por atisbo la desesperación que sentía por salir de ese extraño y aterrador lugar.

Intenté abrir los ojos mientras intentaba emerger de golpe de aquel agujero oscuro.

-Me temo que hay algunas costillas rotas -sentí una punzada en el costado al intentar inspirar aire. A pesar de que flotaba bajo aguas negras, habían demasiados dolores para soportarlo,pero eso fué suficiente para salir al fin de la oscuridad.

Pestañeé sin poder detenerme. No podía ver con claridad a las altas figuras que me observaban porque mis ojos estaban empañados.

-Ieri... - me llamó Tao. Sabía que era él.

-Lo mejor será dejarla descansar. Aún no está fuera de peligro,su recuperación será lenta debido a los golpes así que debe estar sintiendo mucho dolor ahora- Mientras el doctor hablaba, podía sentir como aumentaba la presión en mi cabeza.

- Estás... Estás...-intenté hablar pero no conseguí escuchar mi propia voz aunque ellos parecieron oirme

-No se esfuerce, ya tendrá tiempo para hablar, ahora sólo concentrece en recuperarse, pelee- añadió con voz suave y una sonrisa perfectamente alineada que ví con claridad. Su rostro fué volviéndose nítido así como el del hombre a su lado. Mi corazón se aceleró al ver a Tao junto a la camilla con una expresión ausente.

Una serie de pitidos veloces, casi continuos, sonaron en alguna parte de la habitación-Le administraré anestesia,las emociones fuertes no le harán bien.Ya tendrá tiempo para hablar con su novio - el doctor, increíblemente joven en contraste con la gravedad de su voz,me miró atentamente, casi con compresión.

Quise decirle que no lo hiciera, que me dejara hablarle. Me aterraba volver a aquellas aguas negras y perderme de nuevo en la oscuridad, pero mientras el dolor desaparecía sentí como perdía la conciencia, deslizandome hacia alguna parte...

















La habitación antes luminosa ahora sólo estaba sumida en el silencio y la oscuridad.

Me removí incómoda a causa de la camilla dura y los escalofríos que la aguja en el dorso de mi mano enviaba a mi cuerpo a través de mis venas.

Mi rostro se sintió pesado de pronto. Entonces los golpes, los gritos, la silla partiéndose contra mí torso y Tao... Todo bombardeaba mi cabeza de forma desgarradora y dolorosa.

De refilón mis ojos captaron una figura negra sobre el sofá, a un costado. Respiré con dificultad al reconocer esos cabellos cortos y lacios de un amarillo brillante.

Recordaba perfectamente como había sido golpeado. De una forma tan inhumana y salvaje que mis ojos difuminaron la silueta de aquella figura por las lágrimas.

-Lo siento...-susurré con voz ahogada y herida al verlo dormir sobre el mueble duro en lugar de una cómoda cama. Un nudo se formó en mi garganta- ha sido mi culpa... no debió llegar ¿Cómo podré mirarlo a la cara ahora?- un dolor insoportable se extendió rápidamente por mi pecho, oprimiendolo cuando las lágrimas corrieron sin consuelo por mis mejillas- supongo que deberé alejarme de usted también...- mis pulmones comenzaron a chocar contra las costillas cuando intenté calmarme y regular mi respiración pero mis ojos fijos en él lo hicieron imposible.

Please be nice with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora