(21)La primera estrella

264 30 11
                                    


Terminé de cerrar la cremallera de la pequeña maleta negra que había llenado con ropa y la coloqué de pie junto al sofá. Un fin de semana en Gwangju nome emocionaba. Visitar la tumba de mi madre, volver al lugar de mi infancia, lejos de la ciudad. De seguro sería muy agradable.

Clavé la mirada en la enorme canasta con comida y frutas, envuelta en papel de regalo, junto a un moño rosa. JungMin lo había comprado todo para la ceremonia de mi madre pero no había tardado en salir corriendo, gritando que había olvidado algo.

HyunJoong no estaba en casa. No supe cuanto tiempo se quedó fuera de la casa y tampoco supe cuanto tiempo me mantuve despierta sobre el sofá. Dejando caer las lágrimas. En silencio.

Supongo que era lo mejor. Después de lo que había hecho con el vaso de agua, de sólo pensarlo, me sentía incómoda. No había estado bien, y por esa razón también me sentía molesta y frustrada. Había sido él quien había herido mi orgullo y aún así me sentía mal.

Suspiré abrumada por tantos pensamientos opuestos. Tomé la canasta y el mango de la maleta y la arrastré detrás de mí para esperar a JungMin afuera. Dejé todo sobre la acera y oculté las manos en los bolsillos de la chaqueta marrón que me cubría al tiempo que escruté el horizonte, esperando ver el auto plateado de JungMin en cualquier momento, sin embargo la imagen que se creaba en mi mente me traicionaba.
Miré detrás de mí, la acera que se desviaba hacia otra calle.
Me ví corriendo con tanto miedo, con los ojos desorbitados, siendo seguida por un aterrador auto, tan negro como la noche. Volteé por completo mi cuerpo, viendo con atención la calle fría y desierta. Me ví en el suelo, temblando, mientras HyunJoong y JungMin me observaban. Sonreí al recordar un esbozo del terror que sentí esa vez, al recordar la sonrisa de JungMin, cálida y amigable, y la mirada de HyunJoong, impenetrable. Pensé que moriría.

Ahora JungMin me protege como un hermano mayor y Hyun... él rompe mi corazón y juega sin cuidado alguno con mis sentimientos.

Sonreí tristemente. No había manera de saber que las cosas resultarían de esta forma...

Doblando la esquina y acabando con la tranquilidad de la mañana nublada, un auto blanco derrapó a lo largo de la carretera hasta que se detuvo justo a mi lado. La ventana polarizada fue bajando lentamente, dejando ver el rostro inexpresivo de Kai.

-¿A donde vas?- lo miré curiosa al ver que su preguntaba había sonado como un reclamo - ¿Ese idiota te ha echado?- escupió saliendo de su auto apresuradamente.

-Iré a ver a mi madre- Su mirada que se había clavado en la casa, se precipitó hasta mí.

-Es eso... ¿A donde irás?

- Gwangju

-¿Sola?- cuestionó mirando de reojo la canasta

-Si- Miré la hora en mi teléfono, preguntándome a donde iría JungMin. Mi bus saldría dentro de poco.

- Tienes teléfono- observó Kai al tiempo que lo tomó de mis manos y comenzó a teclear rápidamente, un segundo después sacó su celular y este comenzó a sonar - ya tengo tu número- sonrió, entregándome el teléfono nuevamente.

Un segundo motor se oyó detrás de mí. Mi cuerpo se tensó al instante, pero al voltear y ver el auto plateado de JungMin deteniéndose justo frente al de Kai volví a respirar con normalidad.

-¡Aquí están!- gritó mientras bajaba del auto con sumo cuidado, entonces cuando salió por completo, un enorme ramo de flores envueltas en un lindo papel traslúcido saltó a la vista. Eran margaritas. -Supe que eran sus favoritas - murmuró depositándolas en mis manos.

- A ella le gustarán.

- Andando entonces- ambos volteamos hacia Kai al oírlo hablar.

-Nadie te ha invitado- replicó Jungmin mirándolo de reojo.

Please be nice with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora