(52) ¿Eso es lo que quieres?

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- Abre los ojos- tardé un momento en obedecer esa orden y un poco más en acostumbrar la vista debido a la oscuridad. El azul del acuario fué iluminando la sala. Los peces se movían lentamente en un mundo lejano, ajeno a todo. Me quedé frente al cristal un largo rato. Hasta que mi corazón logró calmarse y el miedo fue desvaneciéndose.

- Esas personas... por mi culpa...

- Déjalo- me interrumpió Hyun Joong a mis espaldas. Cerré los ojos nuevamente

- ¿Cuándo va a terminar esto?-murmuré cansada pero mi cuerpo se estremeció al recordar a Meari. Me volví hacia él con avidez- Préstame tu celular- él solo me lo dió sin hacer preguntas

- ¿Hola?- casi caí al suelo al escuchar su voz fuerte y clara

- ¿Dónde estas?

- ¿En casa y tú?

- ¿Estás bien?

- Tengo una especie de perro guardián aquí, estoy bien.

- Descansa, no me esperes despierta.

- Ten cuidado- colgué y marqué el número de Tao. Los pitidos me ponían nerviosa pero su voz no se escuchaba. Colgué y le devolví el teléfono- gracias- me dirigí a la salida pero él retuvo mi mano en el aire, girándome hacia él

- ¿A dónde vas?

- Debo ver a alguien

- ¿Eres estúpida? ¡Ellos están buscándote ahora mismo!

- Si algo llegara a pasarle a Tao, nunca me lo perdonaría.

- ¿Te funcionan las neuronas?- nos miramos a los ojos un momento. Nuestras pieles tenían un tono azulado y casi podía escuchar mis latidos. Nuestras palabras se mecieron en el silencio y mi mano finalmente se deslizó por la suya hasta liberarla. Lo miré por última vez antes de salir de la sala y dejarlo atrás, en la oscuridad.

Salí del taxi al llegar al Four Stations. Corrí al interior y subí al ascensor. Mis dedos golpeteaban mis piernas. El ascensor parecía ir más lento que nunca. Pequeñas luces amarillas en el techo apenas iluminaban el pasillo. Corrí hasta su habitación y golpeé con fuerza su puerta

- ¡Tao! ¿Estás ahí? ¡Abre!- mis manos se volvieron puños arremetiendo contra la puerta- ¡Tao responde! ¿Estás bien? Por favor, solo dí algo...- poco a poco perdía las energías. Apoyé la frente en la puerta- Hoy estuve a punto de morir... pero yo estoy aquí, preocupándome por ti. Solo quiero ver que estas bien... Puedes salir y decirme que me vaya y lo haré - las lágrimas cayeron impotentes- ¡¿Qué fué lo que hice mal?! ¿Por qué estas haciendo esto...? no me dejes así por favor... ¿Por qué estás siendo tan cruel? ¿Piensas desaparecer también? Sé que estas ahí, sé que me escuchas...-aparté las lágrimas y me enderecé para ver la mirilla de la puerta- Esta será la ultima vez que insista. No volveré. Si realmente quieres terminar con esto, no abras esa puerta. Te daré 3 segundos para que tomes tu decisión- respiré profundo- uno...- mis ojos se nublaron de más lagrimas -dos...- mi cuerpo se estremeció- tres...

Silencio.

Mi corazón se partió en dos.

- De acuerdo...- me volví sobre mis talones cuando un click hizo eco en mis oídos y un par de brazos me jalaron con fuerza. Me volteé a tiempo para caer en su pecho y golpearlo desesperadamente- ¡¿Por qué?!- lloré histérica mientras sus brazos me estrechaban con fuerza- ¿Qué está pasando? ¿Quieres volverme loca? ¡Te odio!- sentí sus labios en mi cuello, inhalando y exhalando aire agitado y apretándome contra él. Sus lágrimas caían sobre mi hombro mientras me conducía hasta su cama y me recostaba a su lado. Sus brazos envolvieron mi torso.

Quedé sin aliento al ver sus ojos rojos y de soslayo la habitación hecha un desastre.

- ¿Qué está pasando?- le pregunté angustiada pero él solo me miraba con una expresión oscura y escalofriante. Su mano se deslizó por el borde de mi cintura hasta tocar mi espalda mientras yo intentaba parar de llorar

- No quiero dejarte ir- su mano tomó mi barbilla, obligándome a verlo a los ojos- Lee Ieri...No te vayas, o te aseguro que me volveré loco- me acurruqué a su lado y lloré al escucharlo sollozar sobre mi cabeza mientras acariciaba mi espalda. Era desgarrador.

El miedo se apoderó de mí. Nada tenía sentido pero algo sabía: no podía dejar a Tao o perdería la cordura. Ya era lo suficientemente doloroso la forma en la que todo estaba ocurriendo.

Lentamente el sueño fue arrastrándome pero él continuó a mi lado.

- Te amo Ieri. Realmente lo hago...







Me removí perezosamente y apreté los dientes cuando los músculos de mi cuerpo dolieron. Mi mano se deslizó por la cama en busca de Tao pero no sentí nada más que sábanas. Desorientada, me senté en el borde la cama. Mis ojos ardieron al intentar ver así que tardé un poco en elevar la mirada.

Mi corazón dió un vuelco, y sentí que palidecí al notar la presencia de Hyun Joong sentado en una silla frente a mí. Lo miré atónita.


-¿Qué estás haciendo aquí?- balbuceé asustada al ver su expresión iracunda- ¿Cómo...?

-¿Por qué estás en su habitación?- lo miré con una horrible sensación en mi estomago ante su tono hostil- ¡Por qué!- mi cuerpo tembló por su grito. Se levantó de la silla y se acercó con el movimiento de un feroz depredador, jalando mi mano con fuerza, haciéndome salir de la cama de un salto

- ¿Qué haces?- tropezaba con mis propios pies al tratar de equilibrarme

- Sacarte de aquí. No te quedarás- masculló yendo directamente hacia la puerta

- Hyun Joong cálmate y escúchame...- sus pasos se detuvieron de pronto, haciéndome chocar con él. Sus ojos se clavaron con intensidad en los míos

- Dime, si yo desaparezco... ¿Eso es lo que quieres?- su expresión helada tensó todo mi cuerpo y un nudo se instaló en mi garganta- ¿Crees que ese desgraciado se acercó por motivos nobles? ¿Crees que actúa de puro corazón?- me liberé inmediatamente de su agarre

- ¿Qué quieres decir?- su mirada tembló como si su rabia fuera en aumento, y sus dientes apretados parecían estar a punto de rechinar en cualquier momento. Su debate interno era evidente. Su respiración se volvió forzosa mientras desviaba la mirada de mí y resoplaba, entonces tomó mi mano de nuevo y me sacó de la habitación tan rápido como pudo- Maldición... por qué eres tan ingenua...- noté que me había dejado de resistir y me dejaba llevar por él.

¿Por qué Tao no estaba?

¿Que me estaba ocultando Hyun Joong con tanto esfuerzo?

Esto se sentía como una aterradora cuenta regresiva.

Please be nice with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora