(2) 5 millones de dólares

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En medio de aquella luz cegadora, una sombra alta y definida se alzó, como si flotara en medio de la nada. Desde el suelo, mis ojos contemplaban horrorizados como esa sombra se acercaba en medio del silencio, se quedó de pie y pude ver sus zapatos polvorientos pero el resto de él seguía siendo un  aterrador misterio.

-Bien. Toma tu mercancía- le indicó la voz, rompiendo el silencio, entonces un grito creó el caos en un instante

- ¡La policía! ¡Viene la policía!

-¿Qué?!- gritó la voz pero podía escuchar como todos corrían y se alejaban- ¡Ella lo hizo!- escupió con rabia la voz, en ese momento sentí que palidecía- la mataré...- me apresuré a levantarme del suelo, asustada

-¡Jefe!- gritó alguien más con desespero, entonces escuché sus pasos alejándose a toda prisa.

Era mi oportunidad. Con el corazón en la garganta y aún cegada por el reflector frente a mí, estuve a punto de salir corriendo pero mi comprador se movió ágilmente frente a mí y sus dedos largos atraparon mi brazo como garras mientras intentaba escapar. Sin mucho esfuerzo me arrastró hasta la salida.

La bocina de los autos, la sirena de las patrullas, el bullicio de la ciudad y el viento gélido activaron mis cinco sentidos.

Comencé a asimilar la información rápidamente y jalé mi brazo sin pensarlo, su mano ya no me retenía, corrí tan rápido como las piernas me permitían mientras miraba a mi alrededor. No sabía hacia donde iba, sólo tenía claro qué debía alejarme.

Una oleada de adrenalina recorrió mi cuerpo en mi intento de escape pero él fué mas rápido. Como una sombra se halló justo detrás de mí y volvió a capturar mi antebrazo impidiendo así mi huida, el forcejeo hasta su auto solo postergó lo inevitable, antes de poder hacer algo en su contra, abrió la puerta del copiloto y me tiró en el asiento para luego cerrar de un portazo, al instante se activó el seguro de las puertas mientras aquel hombre rodeaba el auto para entrar en él, encendió el motor y se limitó a poner aquel auto negro en marcha.

El corazón me latía con tanta fuerza,que me sentía aturdida. Las calles y edificios se habían vuelto un borrón debido a la velocidad a la que iba. Mi cuerpo temblaba sin control. Aquel silencio solo me hacía pensar en que pronto dejaría de respirar.

Miré de reojo al pelinegro, su cabello algo desordenado, cubría parte de su rostro por lo cual no podía verlo muy bien, sus labios sobresalían aunque su nariz era mas discreta y perfilada, sus facciones eran suaves

-Deja de mirarme- murmuró sin siquiera apartar la vista del camino, provocando que diera un respingo sobre el asiento y corriera la vista hacia la ventana.

Poco a poco el camino fue haciéndose desconocido para mí, traté de concentrarme en calmar mi respiración aunque los nervios que crecían a medida que el auto seguía en marcha habían vuelto un caos mis pensamientos

"¿Aquel hombre abusaría de mi?"

"Me mataría luego?"

Mis preguntas solo lograban desesperarme más. Mi estómago se revolvió bruscamente cuando el motor dejó de rugir, me quedé quieta, sin atreverme a voltear, solo esperaba, deseando que todo fuera una pesadilla, una horrible pesadilla de la que pronto despertaría. Abrí los ojos asustada cuando la puerta se abrió y aquel hombre solo se quedó observándome, escudriñandome con una mirada fría y escalofriante. Entonces me dí cuenta de que no era tan viejo.

Me paralicé al mirarlo a los ojos.

Sólo un pequeño destello sobre el pecho un poco descubierto de ese muchacho llamó mi atención, era un collar, una fina cruz que colgaba justo sobre la franelilla negra que cubría su torso, oculta bajo su chaqueta gris mate. Me tomó nuevamente del brazo sin cuidado, entonces volví a sumirme en el miedo y los temblores que este me producía. Miré a mi alrededor y me preocupé al no reconocer aquella parte de la ciudad, no podría escapar tan fácilmente aunque tuviera la oportunidad, había pasado un buen tiempo antes de que el auto se hubiera detenido frente aquella casa tan intimidante e imponente como su dueño.

Please be nice with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora