Camila Patton era una de las alumnas en la academia de policías de Nueva York. No se esperaba qué aquella mañana de clases cambiaría su vida para siempre pero ya ha tomado un decisión.
Ahora todo es totalmente diferente. Trabajo, casa propia, amigos...
No pensé en quedarme mucho rato allí porque tenía que recoger la casa y arreglarme para ir al Molly's con Jay, por eso, nada más terminar la partida de baloncesto me marché. Por suerte acabé la segunda y me libré de invitarlos a todos a una cena, esta vez le toca pagarla a Kelly que es el que ha quedado último.
Los que no vieron que traje chocolatinas y golosinas me lo agradecieron en grande, se dedicaron a echarle la culpa a Boden por no dejarles comprarlas. Seguramente Boden mira por la salud de sus hombres pero un poco de azúcar al día tampoco está mal, así te puedes librar de las bajadas de tensión en el trabajo.
Para cuando quiero darme cuenta son las ocho de la tarde, pues muy bien Camila, hace una hora que te tendrías que estar preparando y todavía sigues con el pijama y con el moño recogido. Subo a mi cuarto después de haber bajado de allí hace menos de cinco minutos pero bueno, empezaré con el dilema de la ropa. Abro el armario y me pongo a ver que me pongo, tengo muchísimas ropa y luego no sé qué ponerme. Bueno, me pondré un vestido de los que me ha comprado mi madre en Nueva York y unos tacones negros. Total, vamos a tomarnos unas copas y no a cenar ni nada importante.
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Justo las nueve y media de la noche, una hora y media preparándome tiempo récord para mí. Al final, he optado por un vestido rojo oscuro por encima de las rodillas y unos tacones negros, mientras que el pelo me lo he planchado y solo me he maquillado para iluminarme la vista un poco.
Antes de encender el motor del coche le pongo un mensaje a Jay para que sepa que voy de camino y no tardaré mucho. Espero que no haya llegado todavía porque si me pierdo de mi casa al Molly's voy a tardar mucho más. Por suerte ha visto mi mensaje rápidamente porque me acaba de llegar su respuesta y por suerte él también va de camino y no está ya allí.
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Pongo la dirección en el GPS, no quiero perderme y dejar a Jay tirado en el bar. Ahora que lo pienso, él me ha dicho que ha quedado con gente en el Mollys pero la mayoría del equipo va a estar con Erin en otro sitio y los bomberos no me han dicho que van a pasarse por el bar. Me parece un poco extraño pero confío en Jay y no creo que me haya montado una encerrona para quedarse a solas conmigo.
Aparco el coche cerca del bar y voy de camino mientras que miro si algún coche que está aparcado en la calle me suena. La verdad es que puedo ver los coches a la perfección porque los focos de luces alumbran muchísimo, parece que es hasta de día.
