Camila Patton era una de las alumnas en la academia de policías de Nueva York. No se esperaba qué aquella mañana de clases cambiaría su vida para siempre pero ya ha tomado un decisión.
Ahora todo es totalmente diferente. Trabajo, casa propia, amigos...
Se necesitan todos los refuerzos posibles en el 41 de la avenida Ashland. Repito, todos los refuerzos posibles para Ashland, incendio en una nave.
Salimos corriendo para llegar rápidamente al coche y nos montamos en él. Mientras que mi compañero conduce por las calles a toda velocidad, pongo la sirena para que los coches se aparten de nuestro carril y así poder facilitarnos el trabajo.
Esta vez tampoco sé dónde se encuentra el sitio, según Roman es una antigua nave de plástico pero que al estar abandonado muchos sin techo se meten para dormir y no pasar frío en invierno.
Llegamos a la dichosa calle que por culpa de los curiosos que están amontonados en la carretera nos han hecho perder mucho tiempo en llegar a la nave. Deja el coche al lado de uno similar pero con el número de la comisaría cambiado, o sea que no son compañeros nuestros.
¡Vaya! Esto es horrible, da hasta miedo. La nave está ardiendo completamente y no deja de salir humo negro como el carbón, No sé como la gente no tiene miedo y eso que yo soy policía pero no sé cómo los bomberos tienen tanto valor de meterse ahí dentro.
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Por lo que veo les ha tocado a los bomberos del 51 y están al completo, señal de que este incendio es mucho más gordo que algún otro. Me acerco a Boden por si tienen alguna información sobre lo que ha podido pasar y Roman va al grupo de los policías para hacer lo mismo. También me extraña que el equipo de inteligencia haya venido cuando no tienen la obligación de hacerlo.
- ¿Cómo va? -pregunto al llegar junto al jefe de bomberos- ¿Estáis todos bien?
- Nosotros estamos bien, no pueden decir lo mismo tres personas que hemos encontrado calcinadas.
- ¡Jefe! -llamó Kelly mientras venía hacia nosotros- Combustible en una montaña de plástico, seguramente algún pirómano haya entrado hace poco tiempo. También hay huellas de zapatos del número 38, así que los tendrá sucios.
- Informaré a los equipos. -comento antes de marcharme- Gracias.
Voy hacia todos los policías que están agrupados cerca de los coches de patrulla. Hay por lo menos siete coches de policía y cuarto o cinco de paisano contando con los de inteligencia.
- ¡Chicos! -vocifero para que me escuchen- Informan de que el incendio ha sido provocado por una persona que tiene un 38 de pie y que posiblemente tiene los zapatos manchados de combustible. Prestad mucha atención porque puede que sea un pirómano y ahora mismo esté entre la multitud.
Nos dispersamos para ver si hay alguna actitud sospechosa entre las personas que hay mirando como los bomberos hacen su trabajo. Si por casualidad sigue aquí la persona que lo ha provocado debe de estar nerviosa por la presencia de la policía pero también disfrutando de haber conseguido lo que en principio quería.
Nosotros, hemos decidido acercarnos a la parte lateral de la nave porque allí también hay numerosos curiosos. Además, tenemos que poner la cinta de prohibido el paso a personal no autorizado para que la gente no entorpezca a los bomberos.
