Capítulo 41

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Tuvimos que separarnos para no llegar juntos a la comisaría. Lo último que tienen que pensar es que hemos estado juntos todo este tiempo. Por eso, Antonio llegó minutos antes que yo y aparcó en la entrada mientras que yo lo hice en el aparcamiento.

- ¡Hey! -me saluda Roman escribiendo sobre unos papeles; entro dentro de la recepción sin el uniforme, con la pistola en la funda y la placa en el pecho- ¿Ya estás bien?

- ¡Hey! -me saluda Roman escribiendo sobre unos papeles; entro dentro de la recepción sin el uniforme, con la pistola en la funda y la placa en el pecho- ¿Ya estás bien?

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- Gracias por cubrirme, necesitaba desconectar por un rato. -golpeo su hombro en forma de agradecimiento; sonríe de lado- ¿Mucho trabajo?

- Pues no, un par de denuncias y poco más. -cierra la carpeta- Los de Nueva York han encontrado coincidencias, deben de estar apunto de bajar los de inteligencia para marcharse.

Me alegra haberles podido ayudar en algo. Pensar que solo estaba allí por casualidad y he acabado ayudándoles con algo que ni siquiera ellos sabían resolver ha sido genial. Eso me hace darme cuenta que no importa los años que lleves en el cuerpo, lo único que importa es tener la suficiente capacidad para resolver los problemas.

- ¡Jay! -le llamo al verlo pasar; él se gira extrañado y se acerca- Creo que deberías escuchar una disculpa de mi parte, me he pasado mucho contigo pero te aprecio y no me esperaba eso de ti.

- Yo también quiero pedirte perdón, tenía que haberme asegurado de que sabías el plan. -sonríe de lado- Me tengo que ir, ¿te lo explico a la hora de comer?

- ¡Vale!

¿Qué plan tendría que saber?¿Todo esto a sido un plan de él?¿Para qué?¡Oh, Dios! No me puedo creer que Jay sepa lo que hay entre Antonio y yo...

Me llega un mensaje nuevo al móvil y para mi sorpresa es mi policía favorito, Antonio.

¿En qué momento me hizo esta foto? Debió de hacerla cuando estaba con el móvil porque antes de la llamada no vi que lo utilizara

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¿En qué momento me hizo esta foto? Debió de hacerla cuando estaba con el móvil porque antes de la llamada no vi que lo utilizara. Me encanta la foto, no sé por qué pero me vuelve loca.

Guardo rápidamente el móvil dentro de mi pantalón y me pongo a echarle un vistazo a todas las carpetas de Roman mientras que veo como Hank baja por las escaleras junto a Antonio. Se paran los dos delante de la recepción y voy a ver lo que necesitan.

- Buenas tardes. -les saludo cordialmente; Antonio sonríe- ¿Necesitáis algo?

- ¿Estás mejor? -pregunta Hank; sonrío y asiento- Me alegro. ¿Os podéis encargar de Roman y tú de recoger nuestra comida?

- Claro, vamos dentro de un rato. -responde mi compañero; le miro con las cejas levantadas- ¡Yo también necesito cambiar de aires un poco!

- Gracias.

Se dan la vuelta y van hacia la puerta de salida principal.

- ¡Adiós electricista! -grito antes de que salgan; se gira disimuladamente y me guiña el ojo- Esto es un poco coñazo, ¿no?

- Pues tú llevas veinte minutos, imagínate yo que llevo tres horas.

A los largos diez minutos llegan Atwater y Burgess por la puerta, Roman y yo vemos nuestra salvación. Le decimos que se tienen que quedar aquí porque nos han mandado ha hacer un recado y nos marchamos sin esperar una respuesta. Cogemos mi coche para no utilizar uno de la policía y así poder evitar que no lo pueda utilizar un compañero que tenga un aviso.

Vamos a la dirección que nos han dado, lo peor es que no me he acordado de que hoy tengo turno doble y no me he preparado nada para comer. Bueno, espero que donde vayamos a recoger la comida haya algo que me apetezca.

- Buenas tardes, vengo a recoger la comida que está a nombre de Erin Lindsay. -le pido a la camarera en la barra; ella asiente- Y a parte quiero pollo con verduras, también para llevar.

La mujer se marcha al interior de la cocina y al rato vuelve con toda la comida, pago y nos vamos de nuevo al coche. ¿Los policías de aquí sólo comen hamburguesas y patatas fritas? Otra vez van a comerlo, si los llega a ver mi padre...

- Camila, creo que una furgoneta negra nos está siguiendo. -miro por el retrovisor y lo veo- Métete por el callejón y vemos si de verdad lo hace.

Le hago caso y mientras que conduzco me saco el móvil para llamar a Jay, creo que él va a podernos ayudar si de verdad ese tío nos está siguiendo. Vuelvo a fijarme en el retrovisor cuando voy por la mitad del callejón y veo que nos sigue, pongo el altavoz después de apretar el botón de llamar.

- Escúchame Jay, ¿estás con alguien?

- Con Antonio en el coche, te pongo en el altavoz. -Roman mira hacia atrás y asiente; acelero- Dime, Camila.

- Hay un coche que nos está siguiendo desde hace un buen rato. Nos hemos metido en un callejón y aún sigue pegado a nuestro culo. ¿Qué hacemos?

- ¿Furgoneta negra?

- Si, ¿por qué?

- Esa furgoneta te sigue desde hace unos días, de eso quería hablarte en la comida. -Roman y yo nos miramos; vuelvo a la carretera- Pon la sirena y date prisa en llegar al 21, te esperamos allí.

- Vale.

- Camila, ten cuidado. -me pide Antonio; me muerdo el labio- Por favor.

- Tranquilo, puedo con esto.

Le hago una señal a Roman para que se agarre fuerte y enciendo la sirena. Los coches se apartan de mi carril y poco a poco voy quitándome de encima la furgoneta. Sinceramente, no sé coger las curvas cuando voy tan rápido por eso casi pillo a un pobre perro.

Llego a la parte de atrás y veo que todos los de inteligencia acaban de llegar. Respiro hondo cuando quito la llave y me tiro sobre el volante totalmente cansada y asfixiada. La adrenalina que llevaba encima apenas me ha dejado respirar en todo el trayecto y creo que el pobre de Roman se ha visto muerto por unos largos minutos de su vida. Claramente le diré a otro que conduzca cuando tengamos que quitarnos a alguien de encima.

Salimos del coche con la comida en las manos y la dejamos en la mesa de descanso de inteligencia. Entramos a la zona informática que está justo al lado y seguramente estén ahí porque se les escucha hablar.

- ¿No tenéis hambre? -pregunto apoyada en la pared- Creo que aún está caliente.

- ¡Camila! -dicen Jay y Antonio a la vez- ¿Estás bien?

Se acercan ambos a mí y me abrazan a la vez.

- Un poco nerviosa pero bien.

Salimos todos de allí y nos vamos a la mesa para empezar a comer. Creo que poco a poco me estoy un hueco en la plantilla tanto de trabajo como en la familia. Me gusta pertenecer a algo tan importante como la familia y creo que yo también los considero la mía.

La Unidad De Inteligencia | Chicago PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora