Camila Patton era una de las alumnas en la academia de policías de Nueva York. No se esperaba qué aquella mañana de clases cambiaría su vida para siempre pero ya ha tomado un decisión.
Ahora todo es totalmente diferente. Trabajo, casa propia, amigos...
¡Joder! Tengo que estar dentro de media hora en la comisaría y aún no he terminado de ducharme. Anoche, nada más que se fue Antonio me quedé completamente dormida y se me olvidó poner la alarma para el día siguiente. Anda que empieza bien mi vuelta a la inteligencia, vuelvo a la unidad y encima llegando tarde. Muy bien Camila, te estás superando.
Me marcho del baño con una toalla reliada en mi cuerpo y otra en la cabeza para el pelo, busco algo adecuado para ponerme en el armario de mi habitación y me voy vistiendo a ritmo de Jason Derulo. ¡Camila, no es el momento de ponerse a bailar!¡Vístete qué tienes prisa, joder..!
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Salgo corriendo de mi casa y me meto rápidamente en el coche para poner la sirena y acelerar todo lo que pueda, me quedan diez minutos para llegar.¡Diez malditos minutos!
- Llegas tarde... -me canturrea Erin al verme pasar por la puerta trasera de puntillas- ¡Camila paga una ronda en el Molly's por llegar tarde!
- ¡Vamos! -celebra Adam- Me libré de pagarlas yo.
- ¿Por dos minutos? -asienten- ¡Vale, pago yo! -me siento sobre mi mesa y veo que Hank está reunido con dos personas en su despacho- ¿Nos hemos metido en algún lío?
- Pues ahora veremos, en cuanto salgan de ahí. -bebe Jay de su vaso de café- ¿Vuelves?
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- Si. -asiento sonriente- Sólo estaba suplantando a Platt mientras que se tomaba un placentero descanso antes de la boda. -me quita la gorra de la cabeza y se la pone- Claro Jay, te dejo mi gorra. -comento con ironía- Te tengo un asco tío, te queda todo bien.
Todos los que estamos allí reímos mientras que él asiente con la cabeza burlándose de mí. Ahora que me fijo faltan Antonio y Olinsky, qué raro... Sé que ya están aquí porque me han dejado bastante claro los demás que me toca pagar una ronda en el Molly's por llegar tarde pero aún no los he visto.
- Tíos, salen.
Adam nos da la voz de alarma e intentamos parecer personas normales y corrientes. Lo repito, intentamos parecer personas normales y corrientes. Es bastante complicado contando con que la mayoría de nosotros somos unos animales pero ponemos de nuestra parte por lo menos.
- Chicos, os presento a Steve Brown y a Freddie Cox, especialistas en narcóticos. -habló Hank; carraspeo enfadada- Vienen desde Nueva York porque necesitan nuestra ayuda para resolver un caso. -los mira; respiro pesadamente- Bienvenidos y os escuchamos.
- Ante todo os damos las gracias por ayudarnos en este caso. -me remuevo en mi silla al escuchar su voz- Es muy importante para nosotros resolverlo ya que las familias de las víctimas necesitan saber que los culpables están dónde deben estar. -río incrédula- Hace unos meses una chica ingresó con una sobredosis de narcóticos, creíamos que era un simple hecho pero volvieron a repetirse en distintas chicas y lo único que tenían en común era una empresa de modelaje. Se marcharon de la ciudad de un momento a otro y nos dieron la información de que aquí también había ocurrido lo mismo, lo que creemos que se han podido venir aquí.
Me acerco hacia Nadia que me está llamando con la mano. No sé que puede querer de mí ahora, yo casi nunca le pido nada y normalmente ella a mí tampoco.
- Me acaba de llamar Platt, dice que hay una carta para ti y un sobre para Antonio. -asiento- ¿Bajas tú o voy yo?
- Voy yo, gracias Nadia.
Debe de ser otra carta del supuesto padre que tengo y el sobre será de las cartas que me mandaron, las que Antonio llevó a criminología.
- Durante el tiempo que tardemos en cerrar el caso estaremos por aquí la mayoría del tiempo, así que supongo que no tendremos ningún problema. -me mira; niego y voy hacia las escaleras- Camila. -me llama delante de todos; me giro antes de bajar el primer escalón para bajar a la recepción- ¿Cómo están tus padres?
Lo miro con los brazos en jarra y riendo incrédula, ¿pero cómo es capaz de hacer como si no hubiese ocurrido nada entre nosotros?
- ¡Qué te den Freddie! -le saco el dedo corazón- ¡Ah, bienvenido!
Burgess sube las escaleras con prisas y completamente seria. Bajo un par de escalones y al tercero me lleva por delante.
- Vaya como estamos hoy, ¿no? -río irónica; ella pasa de mi- ¿Qué pasa hoy?
Me quedo intrigada por como se está comportando Burgess, por eso me quedo parada en el tercer escalón y miro lo que hace. Va hacia la mesa de Jay y se planta delante de Adam. Él la mira extrañado por su comportamiento, le pone la mano en el brazo y ella se lo quita bruscamente.
- Por eso te fuiste en la boda y nadie te encontraba, ¿no? -le grita delante de todos- Estabas con ella, ¿pero cómo eres capaz? -le pega un puñetazo y le tira sobre la mesa; voy hacia ella y la separo- No vuelvas a hablarme en tu vida, ¿me oyes?
- Para, puedo explicártelo. -le dice él frotándose la mejilla- Por favor.
- No quiero volver a escucharte, ya no sé si lo que me dices es verdad o mentira.
- ¡Marcharos, las dos de aquí! -nos grita Hank- ¡No os quiero ver hasta dentro de dos horas!
Primero miro a Burgess, luego a Hank y finalmente cojo aire para marcharnos de allí completamente abochornadas. Bajamos las escaleras hasta la parte principal, recojo los sobres y me marcho de allí sin hablar con nadie.
Monto de nuevo en el coche que aún está caliente porque hace menos de media hora que acabo de llegar y conduzco en silencio por la carretera. No sé a dónde ir, supongo que aprovecharé para desayunar y después intentaré hablar con Kelly o al menos intentarlo porque no sé si va a querer verme.
Entro en Simmon's, justo la misma pastelería de donde me trajo Antonio las galletas con trozos de chocolate el primer día que entró en mi casa. Le pido al señor un café con leche y unas rosquillas para mí mientras que para los chicos de la estación les pido unos donuts con muy buena pinta. Le pago la hombre y me marcho de allí, esta vez a la estación.