Capítulo 40

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Este momento puede ser uno de los más especiales desde que vivo en Chicago. Cuando llegué vine centrada en crecer como policía y vivir la maravillosa experiencia de la independencia pero nunca pensé que volvería a estar tan ilusionada con alguien.

- ¿Y cuándo vas a volver a la unidad?

Nos encontrábamos sentados en un puente de piedra que hay sobre el río, ya llevábamos una hora andando y me apetecía sentarme un rato. Estoy encima de él a horcajadas y él me sostiene con las manos por dentro de mi chaleco para que no me caiga al agua.

- Ahora mismo estoy cómoda con Roman, pero supongo que cuando me necesitéis me llamareis.

- ¿Prefieres estar con él? -pregunta un poco dolido; niego- ¿Por qué tienes qué rodearte siempre con tíos?

- ¿Estás celoso? -levanto las cejas; niega- Me junto con tíos porque me siento protegida con ellos, y prefiero tenerte a ti de compañero pero no soy la que decide.

- ¿Y no crees que ellos pueden pensar otra cosa?

- Para que haya algo entre dos, tienen que querer los dos y yo sólo quiero estar contigo. -me pego a su boca y miro a sus ojos- Además, no voy a ser la primera en saltarse las normas de Hank, ¿verdad?

Para de acariciarme la espalda al momento de escucharme decir eso. Seguramente no se esperaba qué supiera eso una chica nueva, y menos le interesa contármelo porque no lo entendería. Es más, no entiendo como pudo hacer eso días después de que su  mujer se marchase de la casa junto con sus hijos.

- ¿Y tú como te has enterado de eso? -pregunta enfadado- ¿Quién te lo ha contado?

- He preguntado yo porque no quiero acabar como esa tía. -respondo poniéndome de pie; él me mira aún desde el suelo- ¿Cómo sabes que no sabía lo vuestro y por eso la quitó de en medio?

- Hank quería quitarla de en medio antes de que me acostara con ella, él sigue sin saber lo que ocurrió entre nosotros, eso ya es pasado Camila. -se levanta; saco el móvil y veo un mensaje- ¿Otro chico preguntándote si vas a la boda?

Lo veo caminando hacia mí con las cejas levantadas y sonriendo, otro chiste de los suyos.

- ¡Qué tonto eres! -bufo y le doy un puñetazo en el brazo- Es Platt, quiere que le cante mañana en la boda y todo porque tu angelito le ha dicho que canto.

- ¡Qué tonto eres! -bufo y le doy un puñetazo en el brazo- Es Platt, quiere que le cante mañana en la boda y todo porque tu angelito le ha dicho que canto

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- Eva... -pasa su brazo por mis hombros y empezamos a ir de vuelta a los coches- ¿Quieres que te recoja mañana antes de ir a la boda?

- Me he quedado sin pareja no sin coche. -río- Tengo un nuevo vestido perfecto y lo más importante, no necesito que me suban la cremallera.

- ¿Y qué te la bajen? -ríe él; me quedo en shock- Anda, súbete ya en el coche que te acerco al tuyo. -entramos dentro- ¿Me parezco a Kelly?

- ¡Ya te gustaría!

La Unidad De Inteligencia | Chicago PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora