Capítulo 57

1K 53 9
                                    

Ya habíamos llegado de nuevo a la comisaría después de haber dejado el book, hacerme los dos tatuajes y comprar un par de cosas en el supermercado que a Jay le hacían falta.

- ¿Alguna novedad? -nos pregunta Olinsky al vernos llegar- ¿Os han dicho algo?

- Me han dicho que cuando llegase el jefe le daría las fotos. -respondo sentándome sobre mi mesa- No hemos pasado de la recepción.

- ¡Jay, Antonio, Adam, Burgess y Camila! -nos llama Hank- A mi despacho.

- ¿Ya se ha enterado de lo que acabamos de hacer? -le pregunto a Jay mientras que caminamos todos hacia el despacho.

Voy detrás de Adam junto a Jay y Antonio, después Burgess que subía las escaleras con nosotros.

- ¿Qué acabáis de hacer? -nos pregunta Antonio; nos miramos y sonreímos cómplices- Mejor no quiero saber nada.

- Se ha tatuado en los brazos. -le contesta Jay; entramos al despacho; cierro la puerta- ¿Qué pasa jefe?

Ahora es cuando nos grita por todo lo que hemos hecho durante estas últimas horas en la comisaría. Burgess y yo teníamos claro que iba a hablar con nosotras por nuestro comportamiento pero no sé qué pintan los demás. Que yo sepa no se han metido en ningún lío, son demasiado buenos.

- Por mucho que pienso no sé qué coño pasa últimamente aquí. -niega con la cabeza- Os peleáis en medio de todos, sois maleducados con las visitas y encima tengo que aguantar las agresiones entre compañeros.

Todos nos quedamos callados ante la riña de Hank. Sabemos lo que le molesta que lo interrumpan por eso estamos más callados que en misa.

- Burgess, desde hoy tenéis la entrada prohibida en inteligencia todos los que no lo sois. Jay y Camila, la última vez que habláis de la forma en la que lo habéis hecho con las visitas. Os lo digo a todos, aquel desencuentro que tengáis con quien sea y no lo resolváis fuera de aquí conllevará a la expulsión inmediata del centro. -asentimos- Antonio tú aún tienes que quedarte, los demás podéis iros a casa.

Salgo lo más pronto posible de allí seguida de Burgess que suspira aliviada por poder hacer lo mismo que yo.

- ¿Te vas ya a casa? -me pregunta antes de irse- Podemos comer juntas.

- Otro día, aún tengo que terminar unos informes. -sonríe apenada- Nos cansaremos de vernos todos los días, vamos a vivir juntas.

Se le va a hacer las horas eternas sin Adam, ahora es cuando se va a dar cuenta si de verdad le quiere o no. Aún así se marcha sin mirarle y sin despedirse, creo que se está haciendo la dura porque ella no es así.

Me siento en la silla para terminar los informes que me quedan por terminar. De vez en cuando miro hacia el despacho para cotillear un poco pero como está la puerta abierta tampoco me hace falta mirar cada minuto, puedo escucharlos si suben más el volumen.

- ¡Antonio, no me mientas! -escucho gritar a Hank.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Unidad De Inteligencia | Chicago PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora