Dragon's Daughters.

Capítulo cinco.

Mientras Bloom estaba en Magix, Daphne junto a Vanessa y Mike bajaron del avión, pasando por el equipaje y deteniéndose en los puntos de supervisión. Japón eran un país tradicionalista, fuertemente apegado a algunas prácticas milenarias, todo en combinación con la tecnología moderna, las prácticas de animación actual como el Anime y el Manga...

La ninfa estaba aseguran que su hermanita adoraría estar ahí, y mas cuando se dieran una vuelta por la calle Chūōdōri en el barrio Akihabara.

Decidió adelantar el viaje por dos motivos, uno de ellos era Vanessa, que parecía próxima a caer en una depresión y ella misma, para salir de la rutina.

El hotel tenia listas las dos habitaciones, la chica todavía en cabello oscuro pasó de la habitación asignada a sus buenos amigos, pasando la llave por la asignada a ella y dejó las maletas encima de la cama. La vista por la ventana era increíble, sacó su cámara y comenzó a tomar fotos que luego guardaría en una memoria.

— Daphne...

Vanessa entró, tomando las maletas de la ninfa y dejándolas en el diván, esperando que esta terminara de tomar fotos.

— Mañana a primera hora debo reportarme, necesito verificar las lentes, el parque Yoyogi os encantará... oh...por cierto, Bloom me envió un mensaje.

— Exactamente de eso quería hablar... ¿Crees que hice bien en dejarle ir?— la mujer mayor se removió con incomodidad, su aura estaba oscura, triste... no tenían ni dos días sin Bloom y ya pesaba la ausencia de la pelirroja hiperactiva, amante de la pizza.

— Tuvo toda una noche para decidir, Vanessa. Sé que vosotras las madres tenéis un extraño sentido desarrollado, pero también sé que si hubieras sentido que no podía hacerlo, no le hubieras alentado en seguir ese camino, y menos en acompañar a Stella de Solaria...

— Me pareció una buena chica... aún así no puedo dejar de cuestionar si hice bien, o no...

Daphne presionó el obturador, un flash iluminó el rostro de Vanessa — Preocupaciones maternas, primer día. Será una buena foto a mostrar a Bloom cuando regrese en Yule. Ahora, y aprovechando que Mike debe estar o dormido, o comiendo, deberíamos hacer unas compras, y conozco el lugar perfecto.

*****

En Magix, cierto trio de hechiceras gritaban decepcionadas ante la energía del anillo de Solaria, no había ni una condenada chispa dentro, nada del legendario e infinito poder del Gran Dragón. Icy estaba a punto de hacer de la habitación una caverna congelada, sus puños rodeados de energía fría, sus ojos tornándose blancos... tanto esfuerzo para nada, el anillo era inútil.

Un toque a la puerta interrumpió su deseo de convertir la habitación en una copia fiel del congelado planeta, Domino; Darcy abrió, dejando ver a la profesora Zarathustra con su típico ceño y brazos cruzados, diciendo que eran requeridas en el despacho de la directora Griffin.

Las tres se movieron como una, Stormy atormentando a alumnas de primer año a su paso, Darcy limpiando sus lentes y colocándolos nuevamente, Icy queriendo hacer pedazos el anillo... Griffin las saludó al entrar, su fría mirada como la de un ave de presa cayendo con fuerza en las tres mujeres...

— Al parecer, ayer tuvisteis algo de diversión — la hechicera pasó su mano por la bola de cristal —, y aunque no me molesta en absoluto el que molestéis a las hadas, no apruebo el hurto, así que, y si podéis brindar una explicación de por qué tomaron una posesión de familia.

— El hada era una estúpida, primero choca contra nosotras, y luego exige respeto y que no nos crucemos en su camino... no sé, pero ni mis hermanas, ni yo, vamos a soportar humillaciones de una estúpida hada.