Capítulo Quince.

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Shadowhaunt, el reino de la oscuridad, donde el príncipe de las tinieblas reposaba, se estremeció.

Una sombra emergió de su encierro, despertando del sueño. Era el tiempo de actuar. Una cúpula de energía encerraba a pequeñas criaturas, capturadas por una criatura de sombras con forma de murciélago. Estas eran pequeñas, con alas en la espalda, cabellos de diferentes colores, y trajes alegres y llenos de vida.

El príncipe de las tinieblas, tenia una apariencia esquelética, con falanges expuestas, y un yelmo en el cráneo, donde solo dos puntos brillantes cómo brasas ardientes podían ser vistos. Este se acercó paso a paso hacia donde se encontraban las pequeñas criaturas, preguntando una única cosa...

— ¿Dónde está la Aldea Pixie?

*****

Daphne despertó sobresaltada... una ráfaga de energía negativa se había desplegado justo el día que iniciaba el segundo año de Bloom en Alfea, y eso no le gustaba nada. Era terriblemente familiar, un escalofrío ascendió por su espalda, Bloom podía estar en peligro.

Cogió el teléfono, y marcó, esperando con impaciencia que su pelirroja hermana se dignara a contestar.

— ¿Sabías que a pesar del peligro, la forma negativa de un hada es diez veces más poderosa que su estado pacifico ya sabes, lleno de conejitos rosa y elefantes arco iris?

Bloom respondió con una pregunta... Daphne estaba segura que estaba leyendo el libro de "La oscuridad interior"... lanzó un suspiro de alivio, su hermanita estaba a salvo, por el momento.

— Si.. también sé que la única que logró conciliar ambos lados, consiguiendo lo más parecido a un punto de neutralidad, fue mamá. ¿Como estás?

— Aburrida... Ms F, nos levantó temprano, tenemos que estar frente a todas las de primer ingreso, haciendo lo más parecido a un aburrido tour para las nuevas... claro, cómo castigo por nuestro comportamiento en Miss Magix... que la imagen de la academia, que las hadas se comportan así, asa, bla bla bla. Por la lanza de Valfreyja, una medalla nos tendrían que dar... la única que se salvó de eso fue Dia.

— ¿No has sentido algo extraño?

— Pues no. Con excepción de que volvió a pasar lo del cambio de color en los ojos, pero es que me he cabreado con la exigencia de Griselda, y sabemos que pasa cuando me enojo.

Daphne lanzó un suspiro, conocía muy bien cómo podían ser de peligrosas las pelirrojas de la familia... y Bloom definitivamente era peor que Marion. Miró a su ordenador, fotos que editar, fotos que tomar, y la propuesta de una sesión para una campaña de Stradivarius... tenía mucho que hacer, pero también, mucho que proteger, si tan sólo pudiera...

— Si pasa algo extraño, quiero un reporte inmediato.

— ¡Por supuesto, general!— replicó el hada por el otro lado — Esto... Faragonda quiere ver a mi... madre. Ya sabes el problema que tendríamos con err... Vanessa...siendo una humana y todo eso...

— Veré cómo solucionar eso... por el momento, y por amor del Gran Dragón, cuidate.

Cortó comunicación al escuchar a Griselda gritando del otro lado de la línea... esa mujer era estricta. Volvió su atención a la computadora, necesitaba terminar todo ese trabajo, quizá tendría que comenzar a rechazar otros... Bloom era su prioridad, su bienestar lo que más importaba, y si tenia que mudarse a Magix, lo haría... tendría que pedir un favor a su querida amiga Vesthia.

Al terminar, la ninfa desapareció en un destello, apareciendo frente a la puerta de la casa de Klaus y Roxy... las lecciones para la joven hada terrestre iniciarían ese mismo día, en el bosque de flores, junto a Selina y Eldora.

Dragon's Daughters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora