Capítulo Once.

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El frío calaba los huesos de las hermanas. El Roc, dentro de si mismo ocultaba una preciosa y pequeña biblioteca privada, y a palabras de Daphne, cada rincón gritaba un «Oritel estuvo aquí». Los colores monocromáticos de la entrada, el aroma a libro viejo, y madera de cedro, seguramente exportada desde Marigold...

Bloom dio una vuelta por todo el lugar, preguntándose si el Roc tendría cosquillas si rascaba alguna de las paredes de la biblioteca, o si ser terraneo le impedía sentir... sin detenerse comenzó a pasar los dedos sobre la superficie, el Roc parecía no sentir nada.

En el centro se encontraba un libro sobre otro invocador, la cubierta gruesa, cerrado con una especie de candado, molduras de oro en los lados, centro color carmesí. Daphne se mostraba temerosa en tocarlo, no estaba segura si existía alguna profecía, o si su vaga esperanza se haría añicos al estrellarse contra una realidad que por dieciséis años se había dedicado a negar.

— Daph... abre el libro...

— No sé si puedo. Quizá haya algo horrible entre sus páginas...

— Bueno, es irnos o morir de hipotermia mientras te decides. Yo optaría por abrirlo, sea algo bueno o sea algo malo, es mejor enfrentarlo, y entre mas pronto, mejor.

Bloom se sentó en un sillón cercano, tomando un libro de tapa verde, Daphne reconoció de inmediato el libro, se trataba sobre los tipos de dragones, el aliento ígneo conjurado en estos, y el como el dragón de fuego, lo único que compartía en similar a esas criaturas, era la forma de su cuerpo... si es que en algún momento tuvo uno.

Daphne colocó su mano sobre la portada del libro, este brilló por unos instantes y se abrió. Las hojas amarillentas, en perfecto estado comenzaron a moverse, letras antiguas, runas lunares, lenguajes extraños se entre mezclaron, y de pronto, una luz cegadora llenó la cámara.

Bloom parecía no haberse dado cuenta, tenia audífonos y la nariz metida en las figuras del libro, pero cuando alzó la vista, extendió una sonrisa.

— Hola, ¿Podría decirme quién es usted?

Daphne observó con asombro, reconociendo al hombre de inmediato, pero, al intentar alcanzarle, su mano le atravesó, cómo si de niebla se tratase. Gran tristeza embargó a la ninfa, el escribano de su padre ya no estaba en el plano físico, solo su espíritu quedaba...

— Mi nombre es Bartelby, milady — el escribano respondió, haciendo lo mas parecido a una reverencia—. ¿Cual es vuestro nombre?

— Me llamo Bl...

— Artemis — replicó Daphne, colocándose al lado de la pelirroja.

El escribano frunció las cejas, miró detenidamente a la chica que llevaba el mismo nombre con el que su majestad había nombrado a la menor de sus hijas y la reconoció.... esos ojos eran del color más extraño, un cían aditivo brillante, llenos de vida... el cabello rojo como llamas, la piel con un leve tono broncineo... pero, también reconoció a la mujer a su lado... ese rostro era idéntico al de la princesa coronada.

— Alteza...— dijo, saliendo de su estupor — ¿Como?

— Politea nos ayudó a escapar, mi lord— dejó de sostener a su hermana, esta se dirigió al libro—. Había logrado hacer retroceder a Belladona, pero Tharma apareció detrás y logró golpearme... Lysslis usó algún hechizo de oscuridad, pero logré bloquear su ataque, este rebotó en su contra... me dio tiempo de coger a Artemis y correr. En los pasillos subterráneos, cerca de la sala real de reliquias me acorralaron... estaba segura que moriríamos pero Politea apareció, junto a varios guardias de Isis, nos dieron el tiempo suficiente para ir a un lugar sin magia, un lugar donde las tres no podrían buscar a Artemis...

Dragon's Daughters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora