Dragon's Daughters.

Capítulo Veintiuno.

El día de la invitación a Fuente Roja llegó.

Los jóvenes especialistas estaban preparados para la sorpresa que la academia tenía preparada para sus invitados de las otras dos academias en Magix.

Las primeras en llegar a Fuente Roja por medio de la teletransportación masiva fueron las hadas de Alfea, con la directora Faragonda a la cabeza, seguida de la inspectora de serio aspecto los miembros del profesorado y el séquito de hadas de tercer año, hadas que ya habían adquirido o estaban por adquirir el Enchantix. Las segundas eran las hadas del segundo año, hadas que perseguían el Charmix para avanzar en su afán de convertirse en hadas guardianas, y las últimas, hadas de primer año, que aprenderían a controlar mejor su nivel de magia.

Entre el grupo del segundo año iban cuatro hadas que eran parte del también llamado grupo rebelde de Alfea. Leona de Marigold charlaba de forma amena con Flora, mientras Grace y Musa hacían bromas basadas en antiguas leyendas de ambos planetas. Espero y Melodía eran casi planetas hermanos en cierta forma.

Sky de Eraklyon frunció el ceño, en el grupo de hadas no se encontraba Bloom. Casi deja caer la espada en un arranque de furia. ¿Por cuánto tiempo más debía rogar? Él no se lo explicaba. Incluso pensaba que la culpa era de Diaspro. Si ella no hubiera aparecido aquel día, Bloom no habría descubierto lo de su compromiso y él podría haber seguido intentándolo y luego anulado el compromiso. Era tan fácil.

Pero no... como si de una especie de maldición se tratase, no tan solo descubrió que la chica era una de las sobrevivientes de un mundo perdido, sino que Diaspro apareció y reveló su estatus... ahora su imagen había quedado manchada, con el colmo de la revelación de su padre... Sky estaba seguro que jamás volvería a ver a Erendor de la misma forma... ya ni siquiera sentía respeto...

Ahora no sólo él estaba en problemas. Su mejor amigo sufría el rechazo de la rubia, y cada día le miraba peor. Era algo raro en Brandon, pasar de ser un jugador a eso... necesitaba hablar con ambas, Stella tenía que perdonar a Brandon, él sólo cumplía órdenes.

 «Comprendo, sólo sois un mocoso que quiere vivir cómo tal. Puedo respetarlo y os doy mi palabra que de mi no saldrá información. Pero debéis tener en cuenta que una mentira no dura para siempre... Stella por alguna razón está ilusionada con convertirse en la novia del príncipe de Eraklyon... será una verdadera decepción cuando descubra que su amor es simplemente... un escudero.» 

Bloom había tenido razón, aun recordaba las crudas palabras que le dijo el día del baile interescolar en Alfea el año anterior.

El llamado de Codatorta sacó al príncipe de sus pensamientos, el llamado a presentarse en la arena de exhibición era más bien una orden, y con desgana se retiró. Las que estaban entrando ahora era el grupo de hechiceras de Torre de Nubes y no es que no les tuviera siquiera respeto, pero las hechiceras representaban maldad, eran criaturas oscuras y caóticas, con inclinación malvada. Eran aquello por lo que se hizo un especialista.

No logró ver que junto al grupo también entraban tres hechiceras graduadas. La mayor torció una sonrisa... todo sería muy fácil.

*****

Un grupo de cinco hadas bajaron del transporte colectivo que les dirigió desde Alfea hasta la zona central de Magix. Bloom fue la primera en divisar a su hermana mayor y con gran entusiasmo corrió hasta abrazar a la ninfa. Luego y de la misma forma saludó a las otras dos chicas.

—Bienvenidas— dijo Daphne, abriendo una carpeta, luego usando su reloj comunicador marcó el día. Veinte de Agosto, dos días después de el cumpleaños de la rubia de Solaria.— Podéis socializar un poco. Nos vamos en cinco minutos, espero que estéis preparadas.