Capítulo Cuarenta y cuatro.

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— Necesitamos llegar a Llyr.

Stella, a bordo de la nave isiana que la había llevado hasta Solaria, había dado la orden de ir al lugar en que se sentía segura, en el que esperaba, estuviera su madre y pudiera aconsejarle que pasos seguir...el castillo de Lys en Llyr. Por inercia, rozaba lentamente el anillo que portaba, sintiendo la energía tan poderosa que emanaba de el.

Su mente se aisló del lugar en el que se encontraba, momentáneamente. Pensando en su padre, en su madre, esperando que ambos estuvieran con bien...

También recordó que Brandon estaba en el palacio, ahora la preocupación incrementaba.

— Llyr es la región de origen de Luna, si recuerdo bien...— Daphne por su parte frunció el ceño, al ver líneas ígneas, atravesar las lineas tecnomagicas de la rosa invocada por Flora.

— Y tiene la segunda base mas grande de la Armada, con tres de los ocho generales bajo su mando. Si logramos unirnos, quizás llamar la atención de los abanderados y aliados de Llyr, podemos invadir Starhill...

— ¿Un sólo hombre para mover un ejército en su contra? —Preguntó Gia, alzando una ceja, confusa, recibiendo un asentimiento en respuesta.

—Valtor no es un hombre común. Ni siquiera es un hombre, es la chispa corrupta de la llama que en tiempos antiguos cayó en la oscuridad, y fue moldeado por las Ancestrales. En Domino, fue capaz de aniquilar ciudades enteras.

Gia frunció el ceño, cruzando ambos brazos sobre su pecho. Miraba a la ninfa con cierto recelo. La sonrisa afable que portaba al impartir las clases de Historia de la magia, por el momento, para oyentes, difería de la expresión casi salvaje que portaba en este momento.

Incluso, su mirada había cambiado, el tono dorado mas oscuro, una línea, como la pupila de un gato al ser impactado por la luz, rodeados de una linea ígnea en el contorno...era intimidante, escalofriante...

—Espero que en Llyr podamos tener algo de descanso. Nos caerá bien antes de enfrentar a ese engendro.

Uno de los guardias isianos interrumpió a las solari y la domini, llamando la atención de la mayor. Daphne con un gesto le invitó a hablar.

—Alteza —dijo, dirigiéndose a Stella —. Se ha captado una señal desde la base naval en la región capital. Hay un golpe de estado en movimiento, encabezado por un hombre llamado Celsius Star.

Stella frunció el ceño, ya que aunque sí había escuchado menciones al nombre de Celsius, jamás había logrado entender quien era, o que importancia tenía. Portar el apellido Star, lo hacía miembro de la familia. ¿Por qué un familiar haría eso?

Volteó a ver a Daphne, pero esta parecía ausente. Una vena resaltando en su frente, y las manos cerradas en puño. ¿Acaso ella había conocido a Celsius?

Al preguntar, la ninfa negó.

—No, aunque su historia y lo que está cometiendo, es similar a lo que pasó hace veinte años, cuando Drac, una colonia domini que se independizó, se unió a las ancestrales, en un intento de derrocar a los Aedyn, y colocar a los Dynae en el trono.

Stella alzó una ceja —¿Y por qué querrían hacer eso?

—Es una larga historia —murmuró la ninfa, fijándose en las miradas curiosas que le enviaban caso todos los tripulantes. Soltando un suspiro, continuó —. De hecho, creo que es una historia que no ha sido escrita, ya que me tomé tiempo de investigar, y no había un sólo tomo sobre los eventos de la invasión Drac, y supongo, que es porque ninguno de los dos lados dejó testigos que pudieran escribir la historia y de paso, jalar los eventos para ensalzar al lado al que tenían mas afecto.

Dragon's Daughters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora