Magix.
Un joven paladín de la academia de Linphea era prácticamente arrastrado por una joven hada por las calles de la ciudad capital del planeta Magix, mientras detrás, dos hadas de cabello rubio conversaban de manera despreocupada sobre temas varios, girando constantemente en los deberes que como princesas coronadas de sus respectivos planetas, tenían.
El grupo había aparecido a las primeras horas del día, detrás del templo a las ninfas, luego de pasar una noche de pijamas en casa de la linpheana del grupo. El té servido por Alyssa les envió a dormir casi instantáneamente. Diaspro ya estaba pensando en cómo, de amable manera comprar un lote de ese té. Le serviría mucho en esas noches de insomnio.
El grupo siguió su camino en medio de las calles de la ciudad, el objetivo de la pelirroja era cierta tienda de cómics y videojuegos llamada simplemente Arcade. Varios dibujos en gran tamaño se mostraba en los grandes ventanales, diferentes motivos, héroes y heroínas en trajes ajustados, resaltando la musculatura excesiva en los varones, los atributos femeninos súper dimensionados en las mujeres... el que llamaba más la atención claramente, era el de un sujeto en traje spandex azul y rojo con una araña en el pecho, seguido por una rubia de aspecto adolescente con traje azul, faldilla roja combinando con una capa y una enorme S en un hexágono en forma de diamante.
Bloom abrió la puerta principal de vidrio oscuro por el exterior, transparente en el interior, mientras el hada de Solaria hacía un comentario sobre el maravilloso día, y el sol, y cómo el día anterior se habían librado de la forzada actividad interescolar y las patéticas excusas que quizá, su primo y su escudero habían preparado. Aún no sabía mucho del tema, pero algo le decía que ese grupo ocultaba algo.
Diaspro tras entrar, cogió un tomo de los tantos que estaban en exhibición, sonriendo ligeramente a la joven detrás del mostrador y al joven que se encargaba de llevar la contabilidad.
Stella empezó a quejarse de no usar el tiempo en algo productivo. Tiendas con descuentos, o nueva mercadería era lo que daba vueltas en la mente de la joven de Solaria y Thoren no pudo evitar pensar que tenía algún problema obsesivo-compulsivo y una insana obsesión por las compras.
Bloom sólo se puso a reír cuando en voz baja, preguntó. Al final la rubia desapareció del local y se le pudo ver entrando a una tienda cercana.
—Este es Thor. Según los cómics obviamente...— la pelirroja extendió una especie de revista dibujada.
Thoren tomó el tomo entre manos frunciendo un poco el ceño. Ese Thor no era a cómo la mitología lo caracterizaba... Era rubio, no pelirrojo. ¿Y qué diablos pasó con la barba? ¿Y las cabras? Las eddas eran específicas, ese aspecto sería el propio de un ergi. Ningún vikingo que se preciara tendría ese aspecto... a menos que fuera un practicante de magia seiðr. Abrió las páginas mientras la pelirroja se unía a Joey, sacando lápiz y papel.
Luego entabló conversación con la princesa de Isis, quién le explicó de manera vaga cómo descubrió el engaño de Sky, sorprendido de ver cómo había cambiado en esos años. Algo le decía que la chica ocultaba algo. Quizá era su forma de lidiar con el orgullo herido.
Diaspro o al menos la Diaspro inmadura e infantil que conoció cuando él tenía trece años, su primo nueve y ella ocho, había desaparecido. No había otra explicación. No todas las muertes son literales, en ocasiones son filosóficas y ese era el caso. Era en parte bueno, tener a una mocosa caprichosa y egoísta de reina de un planeta qué, aunque no muy poderoso si era influyente, habría sido catastrófico, sin mencionar que en el papel de fanática que tenía en aquel tiempo, le habría echado la culpa directamente a la pelirroja en lugar de Sky.
ESTÁS LEYENDO
Dragon's Daughters.
FanfictionDomino, el reino mas poderoso de la Dimensión mágica, ha caído, gracias a la oscuridad de algunos seres de sombras, y la cobardía de un amigo. Pero, en medio de la desolación, resplandece la esperanza, gracias al sacrificio de una ninfa. Las hijas d...