Dragon's Daughters.

Capítulo Doce.

Diaspro de Isis estaba impaciente por el día de la exhibición en Fuente Roja. El príncipe Sky sería uno de los participantes, y quería estar ahí, para verle ganar a todos aquellos plebeyos que creían que podían contra un príncipe.

La dulce princesa cumplía sus diferentes obligaciones con dedicación, las clases de idiomas, etiqueta, economía, política, diplomacia, cultura y manejo de poder llenaban su día, pero siempre se mantenía dispuesta a cumplir con todas y cada una, adoraba ese brillo de orgullo en los ojos de su padre, y las recompensas de parte de su madre...

Pero...jamas creyó que ese día, un día que por obligación tenía que ir a Magix, cinco días antes de la exhibición, a por un vestido nuevo para ese gran día, trajera consigo enormes revelaciones.

El vestido necesitaba algunos ajustes, pero podía esperar, ese era el vestido perfecto para una ocasión tan memorable, una ocasión en que para el público se revelaría su eterno compromiso con Sky de Eraklyon... amaba ese término, toda su vida había sido criada para aceptar esa idea, y aunque en un momento temió que el príncipe no fuera una vista agradable, se sorprendió al ver que era en verdad muy atractivo...

Diaspro observó una melena semi larga, rubia, melena que reconocería en cualquier rincón del universo, el cabello de su prometido... este estaba acompañado por el escudero. Ambos parecían hablar de algo, sin reparar en la presencia de la princesa y su acompañante. Este señalaba a un punto.

— Ahí está. ¿Crees que deba hacer un últi... Quién es ese?

En lo lejano, una chica de cabello rojo como las mismas llamas saludó a un chico de cabello corto de color negro, piel pálida y ojos azul oscuros. Ambos se encontraron tomando un helado de color verde con chispas de dulce azul en un puesto con sillas en el exterior, el día eran caluroso, así que la opción del helado era algo lógico.

Diaspro vio a su prometido cerrar las manos en puños, le escuchó decir varias palabras altisonantes, maldecir repetidas veces y reclamar en otras... ahí supo que su prometido tenia otros intereses... eso le afectó, no era posible, él debería respetarle, estaban comprometidos y él simplemente estaba en Magix, seduciendo a chicas tontas... .¿quizá para usarlas y desecharlas?

Sus padres no debían saber de ello, de ser así, no le permitirían un comportamiento tan impropio de un príncipe, que además estaba comprometido.

— Parecen llevarse bien— comentó el escudero —, lo siento viejo, al parecer no era para ti. En Alfea hay cientos de chicas, no puedes fijar tu insana obsesión en una que sólo te da calabazas.

— Me niego. No voy a darme por vencido tan pronto. Sé que me ignora pero hoy tendrá que hablarme, de una forma u otra, debo saber que piensa, porque lo hace...

— Eres un caso perdido.

— Como digas.

*****

Ajenos a la visión que las tres personas les daban desde un punto lejano, Bloom disfrutaba de su helado, aceptando las disculpas del chico frente a ella. Darko había hecho un desastre en el arcade dos días atrás, pero al menos había pedido disculpas, y había expresado los por qué de su comportamiento tan errático... Bloom no podía imaginar que sería el ser hija de un mafioso.

— He estado pensando en tu idea, linda... mi padre jamás va a dejar el negocio, y yo estoy cansado de ir y venir a todas partes.

— Es bueno escucharlo. Verás que no es lo mismo tener que ocultarte de la ley, que salir con libertad...

Así hablaron por un gran rato, Bloom relatando partes de la mentira memorizada, sobre una infancia en Isis, mientras Darko relataba la muerte de su madre, el estilo de vida que tenía, y el como las tres hechiceras conocidas cómo las Trix, le seguían cada vez que lo veían.