Capítulo 23.

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Habían pasado dos semanas de aquella carta, pero no tuve el valor suficiente como para responderla, y quizás ahora ya no valdría la pena. Cada día se volvía más gris y a cada segundo me odiaba un poco más. Una vocecita en mi cabeza me decía cuán equivocada estaba mientras que otras dos más me repetían que lo volviera intentar. Aquellas voces tenían dueños, y ellos eran Sasha y Niall, quienes ahora estaban sentados en la barra de Jackie's haciéndome compañía desde las doce del mediodía; ahora ya eran las cinco de la tarde. Apreciaba demasiado el no perderlos a ellos, pues me sentiría aún más perdida. Aunque, después de todo, dudaba si podría estar más perdida en este momento.

—Tu rostro se ve pésimo —dijo Sasha cruzando los brazos por encima de la barra, escrutándome con esa mirada que sólo ella podía darme.

—Gracias —le di una ojeada asesina—: es así.

—No, no, idiota. Me refiero a que te ves deprimida.

—Claro que lo estoy —golpé mis manos en mis muslos—, no lo negaré. Y no me gusta sentirme así. Estoy como, de alguna forma..., vacía, ¿me entiendes?

—Es por Liam —afirmó Niall con toda la seguridad que podía poseer, la cual era mucha.

Puse los ojos en blanco al mismo tiempo en que tomaba el jarrón con café y me iba a una de las mesas a servir a un señor. Sabía que era por Liam, claro, pero me costaba afirmarlo delante de ellos. Había pasado tiempo suficiente como para olvidarlo. Sin embargo, con tan sólo pensarle, todas esas sensaciones placenteras reaparecían en mi estómago. Era un hecho: olvidar a Liam era simplemente imposible.

Cuando llegué nuevamente a la barra, apoyé los codos en ésta.

—Es una locura —resoplé.

—¿El qué? —preguntó Sasha.

—Seguir pensando en él cuando debe estar odiándome.

—Abbie, no te odia —dijo Niall con la misma seguridad de antes.

Me encogí de hombros mientras cerraba los ojos y dejaba escapar otra exhalación. Estaba comenzando a marearme por tantos pensamientos que se hacían cada vez más innecesarios con el tiempo.

—Pero quizás ya no quiere verme —musité desganada—-. Han pasado tres semanas desde la última vez que lo vi. Es imposible que quiera hablarme a estas alturas... ¡Soy una idiota!

Llevé mis manos a mi rostro y apreté los ojos con fuerza para impedir el paso de las tontas lágrimas que últimamente habían dejado de avisar cuándo se aproximaban.

—¿Te das cuenta? —Niall alzó la voz y yo lo miré—. Estás realmente haciéndome pensar que eres una idiota. ¡Una completa y bastarda idiota!

—Gracias... —murmuré.

—No, cállate y escucha —alzó su índice hacia mí, así que le hice caso—. Si realmente estás enamorada de Liam, ¿qué importa lo demás? Si te ocultó su pasado debió haber tenido una razón y tú, como su amiga, debiste haberlo comprendido. Lo has alejado de ti en la primera oportunidad que tuviste y, siendo sincero, aquello me hace pensar que Liam simplemente estaba siéndote un dolor en el culo. Llámalo, dile que se junten o alguna mierda, pero quiero que me digas con alguna razón válida que él no te quiere ver. Porque si estás aquí, mirándome como una moribunda, difícilmente sabrás qué es lo que pasa por la mente de Liam... y lo vas a perder en serio —su rostro se suavizó y ahora no representaba más que tristeza—. ¿En serio quieres perder a Liam, Abbie Jones?

—No —mi voz salió apenas, pero lo decía con sinceridad.

—¡Entonces deja de perder el jodido tiempo y haz algo, ¿quieres?! Esta vez él no dará el primer paso porque piensa que tú no lo quieres así. Es tu momento para tomar las riendas y arreglar este asunto... —hizo una pausa—. Tienes la oportunidad. Deja de actuar como una tonta y no la desperdicies.

***

 No podía dejar de dar vueltas de un lado al otro en mi habitación. Las palabras de Niall resonaban en mi cabeza con tanta fuerza que ni siquiera me permitían quedarme quieta. Comprobé la hora en mi celular una vez más: las nueve con treinta de la noche. Estaba sola, pensando en toda la razón que Niall tenía en cada una de sus palabras y pensando qué hacer al respecto. Ni siquiera podría pedirle algún otro consejo, pues estaba en alguna especie de cita con Sasha.

Fui al baño, luego a la cocina, volví a mi habitación y nuevamente me encerré en el baño, intentando conseguir alguna respuesta, pero todo estaba ahí; simplemente era cosa de armar valor. Miré mi reflejo del espejo: mi cabello estaba desordenado, me veía más pálida que de costumbre y habían unas pequeñas ojeras por debajo de mis marrones ojos. Miré mi celular una vez más: veinte para las diez. Inhalé profundamente y, de forma lenta, volví a exhalar. Abrí la opción de mensajería sobre el contacto de Liam y, antes de arrepentirme, tecleé:

"¿10 pm frente a Jackie's?"

Treinta indecisos segundos después, pinché a "enviar". Apagué mi celular en caso de que me insultara de vuelta. Prefería humillarme una vez que notara que ya no llegaría. Comencé a peinarme, lavar mis dientes, ponerme otra ropa y maquillarme un poco, y todo lo hacía con mi cuerpo casi al borde de convulsionar y a punto de morir de un ataque al corazón.

Salí de casa unos momentos después y, caminando, emprendí mi viaje hacia el lugar indicado.

Llegué alrededor de las diez con cinco minutos, tomando en cuenta de que estuve a punto de correr en varias oportunidades, ya que me estaba impacientando. Jackie's últimamente había estado cerrando temprano por causa de falta de clientela, así que estaba totalmente oscura aquella esquina. Resoplé mientras miraba en todas las direcciones, pero no había rastro alguno de Liam. Lo comprendía; no era como si quisiera que llegara arrodillándose a mis pies. Después de todo, era yo quien había reaccionado mal. No merecía que Liam siquiera considerara venir.

Pero, no obstante, veinte minutos después, vi el foco de una moto apagarse justo frente a mí. Aun cuando venía con el casco puesto, pude reconocer las manos y el cuerpo de Liam en seguida. Mi corazón se saltó unos latidos y de inmediato se duplicaron, ocasionando que me pusiera incluso un poco más nerviosa. Me erguí en mi posición y froté mis repentinas sudorosas manos entre sí. Mordí mi labio, preparándome para recibir un par de insultos o esperando una humillación, al momento en que Liam bajó de la moto. En el momento en que se sacó el casco, estuve a punto de desfallecer. Su rostro estaba perfecto. Era como si en aquellas tres semanas se hubiera vuelto el triple de guapo de lo que ya era. Su fuerte mandíbula estaba cubierta por una fina barba, su cabello había crecido un poco y sus ojos brillaban como dos diamantes. Dejó el casco en el asiento de su moto y comenzó a caminar hacia mí.

—Abbie —comenzó a hablar rápidamente—, por favor, perdóname, sé que actué como un tonto y la verdad es que no te merezco, pero....

—Te amo —le interrumpí con una media sonrisa.

No aguardé otro segundo más antes de rodear su cuello con mis brazos y besarlo. El calor de sus labios se acopló con el mío y nuestras bocas bailaban en desesperación pidiendo por el otro. Por fin lo tenía aquí conmigo. Y le dije que lo amaba finalmente. El cosquilleo de mi cuerpo y la sensación de tener hormiguitas en mis mejillas por producto de sus manos acariciándolas me hizo sentir aún más como una estúpida y cuestionarme por qué tardé tanto en volver a probar esos labios y esa pasión con la que tanto besaba.

Cuando el aire comenzaba a faltar y nos vimos obligados a alejarnos, él sonrió.

—Yo también te amo, Abbie.

Nos besamos una vez más, sintiéndome tremendamente feliz debido a ver cómo todas aquellas incertidumbres quedaban de lado por la única razón de tener a quien realmente amaba junto a mí.

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FIN.

NO, MENTIRA DKLSHFKSHFKDJS XDDD

AÚN QUEDAN VARIOS CAPÍTULOS, ASÍ QUE NO SE ASUSTEN.

Uf, le costó a esta Abbie, pero al fin el Nayal la hizo entrar en razón -.-

No olviden comentar y votar :D Besotes, las quiero muchísimo <3 <3 <3

Troublemaker |payne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora