Capítulo 28 {Parte I}

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El reloj marcó las seis en punto de la tarde del día lunes y seguía sin saber de Liam, pues esta vez había preferido no llamarle; era demasiado orgullosa cuando me lo proponía. No le iba a rogar a nadie, ni menos a Liam, quien ni siquiera me había dejado un mensaje para saber cómo me encontraba.
Ashton y yo caminamos fuera de Jackie's con nuestros bolsos, dispuestos a despedirnos, sin embargo un auto que reconocí de inmediato se estacionó frente a nosotros. De éste bajaron Luke, Mike y -¿cómo no?- Calum. Caminaron los cuantos metros hacia nosotros como si tuvieran el protagonismo de alguna película de bandidos.
—Oh, no —murmuré sólo a Ashton, quien en seguida pasó uno de sus brazos sobre mis hombros, lo que no logró reconfortarme.
Una vez que los tres chicos llegaron hacia nosotros, me fijé en las miradas inocentes y simpáticas de Luke y Mike, los cuales simplemente me sonrieron, y luego noté la tan marcada antipatía en los oscuros ojos de Calum que me recorría de pies a cabeza.
—Bien, eh, adiós...
Intenté pasar cabizbaja por un lado de Calum, pero sus reflejos fueron más veloces y con un sólo paso volvió a obstruir mi camino. Resoplé incluso un poco más incómoda que antes y aún con la mirada en el piso.
—¡Hey, Abbie! —rió Calum levantando mi mirada con su índice bajo mi mentón; me alejé rápidamente de su toque, sin embargo—. ¿Por qué ya no hablamos tanto como antes?
—No tengo nada que decirte —escupí mientras lo desafiaba con la mirada.
Soltó una carcajada que nadie más siguió y se cruzó de brazos al momento en que erguía su postura. Puse los ojos en blanco al pensar que sólo intentaba intimidarme, sólo que con nulos resultados.
—Pero antes éramos tan buenos amigos —dijo—. ¿Ya lo olvidaste?
—No lo éramos —hice una mueca de asco.
—Y aún así me besaste.
Iba a responder, pero Ashton se me adelantó casi con impaciencia.
—Cállate, Calum. ¿Por qué no la dejas en paz de una maldita vez?
—¡Oh, que no estoy haciendo nada! —rió una vez más—. Sólo quiero saber por qué ahora la princesa me odia.
—¡Me llamaste zorra y golpeaste a Liam! —le expliqué en un grito exasperado.
Sus ojos se oscurecieron aún más y la forma en que su mandíbula se tensó con sus labios apretados sí logró asustarme un poco, aunque intenté no demostrarlo. Tomé la correa de mi bolso con fuerza para intentar calmarme ante la furia que era todo su rostro, pero cada vez me costaba más trabajo. Y, para más mala suerte, ninguno de sus amigos parecía preocuparse sobre lo que Calum fuera capaz de hacer.
Pero en seguida oí el cláxon de una moto bastante familiar. Todos nos giramos automáticamente. Liam sacó su casco y sentí un alivio tan inmenso que casi me largo a llorar ahí mismo. Hice el intento nuevamente de pasar por un lado de Calum, no obstante sus dedos se cerraron con bastante fuerza alrededor de mi muñeca, lo que sólo me dio el tiempo para impulsar mi rodilla contra su entrepierna con una fuerza que hasta a mí me impresionó. Juro que casi escuché a los chicos gemir al ver a Calum encogerse del dolor con sus manos sobre la zona afectada. Me incliné hacia su oído y dije:
—Jamás. Vuelvas. A. Tocarme. Puto.
Corrí hacia Liam, tomé su casco que me estaba tendiendo y, en dos segundos o menos, ya estaban mis brazos rodeando su torso y perdiéndonos en la carretera. De inmediato me sentí en una calma tremenda con simplemente verme cerca de su cuerpo y salvándome de todo lo que era capaz de lastimarme.

***

En veinte minutos yo ya me estaba bajando de la moto y entregándole el casco a Liam. Todo lo hacía con lentitud, pues, a pesar de todo, aquellos minutos de cercanía eran todo para mí, aun más cuando sabía que seguía sin hablarme y se iría apenas tocara el pomo de la puerta principal.
Lo miré sinceramente, esperando a que comprendiera lo que tanto quería, pero 1) o era demasiado despistado, o 2) lo hacía a propósito. No sabía cuál respuesta era la mejor en este momento. Inhalé, exhalé y pregunté:
—¿No quieres entrar?
Desvió rápidamente sus ojos de mí, gesto que en serio sentí que me partía el alma, y luego bajó sus ojos hacia sus dedos, los cuales tamborileaban en la parte superior del casco que aún tenía apoyado en el manubrio.
—Liam —lo llamé otra vez—. ¿Podemos hablar ahora, por favor?
—Está bien —suspiró finalmente.
Yo también suspiré, sólo que de alivio mezclado con cansancio y frustración, y lo guié dentro de la casa una vez que había estacionado la moto en el jardín delantero. Entramos a casa y se sentó en el sillón, con el casco a su lado. Todo seguía en silencio debido a que Niall seguía en el trabajo y Liam y yo no hacíamos más que mirar en todas las direcciones con tal de no atrapar nuestras miradas.
—¿Qué mierda hizo Calum ahora? —habló serio.
—Me estaba molestado, lo de siempre.
—¿Estás consciente de las terribles ganas que tengo de sacarle toda la mierda con un sólo golpe?
—Lo sé, pero no es eso de lo que quiero que hablemos.
Liam resopló de nuevo y me miró de soslayo, penetrando su mirada en la mía, examinando cada lugar visible, causando que una terrible ola de calor, nerviosismo y timidez se apoderara de mí. Luché fatalmente para no terminar sonrojada.
—¿Por qué decidiste llevar a mi prima a su casa? —intenté hacer el énfasis en "mi prima".
—¿Querías que se fuera sola, acaso?
—Sí... quiero decir, ¡no! Pero... te fuiste sin despedirte, no querías hablarme y el sábado estabas con alguien totalmente anónimo para mí. ¿Qué te ocurre?
—Ugh... —gimió tapando su rostro con ambas manos—. Me sentía... ¿incómodo? No lo sé. Abbie, ¿cómo te hubieras sentido tú si te enteraras de que perdí mi castidad con mi mejor amiga que, para peor, está en la misma habitación?
—No me hubiera molestado —¡pero qué mentirosa!
—Yo lo hice. Abbie, eres mi novia y fue tan malditamente incómodo pensar en Niall y tú... ya sabes. Sólo quería desaparecer.
Perdí todo lo llamado conocimiento cuando la palabra con N salió de los labios de Liam. Quedé, prácticamente, babeando internamente, con los ojos dando vueltas y repitiendo "novia, novia, novia" unas cien veces por segundo.
Pero luego volví a reaccionar al darme cuenta de que Liam y Niall tenían razón y que quizás jamás debí decir que había perdido mi virginidad con mi mejor amigo, porque, después de todo, no creía que Liam quisiera imaginarse a Niall y a mí teniendo sexo. ¿Cómo hacía Liam para que yo siempre terminara siendo la culpable? O peor, ¿cómo es que siempre era yo la capaz de encontrar una forma de retroceder dos pasos cada vez avanzábamos uno?
—Ok, bien —resoplé sentándome en otro sillón de la sala.
—Sí —masculló él.
Nos quedamos en silencio por unos cinco minutos que parecieron cinco años, pero cuando el silencio ya estaba empezando a molestarme, aclaré mi garganta e hice la pregunta que realmente quería hacer.
—¿No me dirás qué hiciste el sábado?
—Bah, no es importante.
—Pero yo quiero saber.
—No quiero decirte.
—¿Por qué eres tan complicado? —bufé ya molesta.
—¿Yo soy complicado? —rió falsamente.
—¡Sí!
—Deja de actuar como si yo tuviera la culpa de todo, Abigail.
—¡Es que siempre la tienes! —grité poniéndome de pie con voracidad.
Obviamente, aquello era una total mentira: yo era siempre la culpable de todo, pero no era el momento de ser sincera; yo estaba malditamente furiosa y no dejaría que mi cerebro se interpusiera en lo zorra que llegaba a ser mi lengua. Así que corrí veloz hacia el segundo piso y cerré la puerta de mi habitación a mis espaldas, pero no alcancé a poner el seguro cuando Liam entró y nos dejó adentro de un portazo.
—Lamento no ser perfecto, ¿ok? —dijo con sarcasmo—. Podrías muy bien correr a los brazos de Niall o Calum.
Bien, se había pasado. ¿Estaba en serio diciendo aquello? Él sabía más que nadie que eso era la cosa más estúpida y falsa que había dicho en su vida, pero, si quiere jugar con fuego, yo no sería la que curara las quemaduras. Me giré hacia él, sintiendo mi rostro ardiendo en pura ira.
—¡Pues quizás debería! ¡Seguramente son mucho menos idiotas que tú!
—Sabes que es falso —su voz parecía totalmente calma ahora.
—O quizás no —me crucé de brazos—. ¿Lo ves? Si fueras lo bastante inteligente y en serio me quisieras, quizás te darías cuenta de lo que estoy pensando en este momento.
—Entonces tal vez no te quiero, porque realmente jamás sé qué mierda pasa por tu cabeza.
No me esperaba aquella respuesta. En absoluto. ¿Esto iba como en serio, muy serio? Fruncí el ceño en confusión, mirando a Liam como si fuera la primera vez que en serio lo viera. Sentí mis ojos humedeciéndose, pero aun así, a través de la fina capa de lágrimas, pude ver a Liam despojándose de su camiseta y dejando al descubierto su torso y tatuajes, acción que tampoco me esperaba. 
—Pero sí sé qué pasa por mi cabeza —dijo—, y eso es que te amo demasiado y me enciendes mucho cuando estás así de enfadada conmigo.
Dos segundos después yo ya estaba envuelta en sus brazos y mi boca era prisionera de la suya. Mi corazón se expandió salvajemente y su toque cálido causó un efecto inmediato en mí que me prohibía volver a separarme de su boca por otro segundo más.

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Hola, gente :) Primero que todo, debo pedirles unas gigantormes disculpas por la tardanza, y la verdad es que no he tenido ganas de escribir y mi ánimo se ha ido apagando poco a poco. Segundo que todo, tuve que dividir el capítulo en 2 partes porque me están mandando a hacer tareas sdkfj.
Y tercero que todo (?, como ya algunas saben, Troublemaker es la última fanfic que espero hacer en mi vida, porque estoy en serio sumida en la idea de escribir una novela completamente seria, lo que significa que no habrá ni punk horan, ni hemmings ni styles/malik. Espero que lo comprendan y gracias por todo su apoyo a lo largo de esta semana xx

Troublemaker |payne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora