Capítulo 22.

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(Sería todo más bonito si pusieran de soundtrack Half a heart ;-;) <3.

Nuevamente ya era lunes y yo iba en silencio mirando el rutinario paisaje mientras Niall me iba a dejar al trabajo. Todo había sido tan plano la última semana que apenas podía mantenerme en pie. Todo lo que sabía era que Liam había logrado librarse de la policía, pero no supe de qué manera, pues ni siquiera lo había visto. A Calum lo despidieron del trabajo, y en su lugar contrataron a una chica con la que Ashton ha coquetado mucho últimamente, por lo que tampoco he tenido mucho contacto con él.
El fin de semana recién pasado estuve en casa de mis padres, pues necesitaba alejarme de todo y aclarar mi mente, claro que sin resultados, porque la sonrisa, los ojos y la gran capacidad de hacerme sentir maripositas en el estómago de Liam seguía presente, y sabía que no pensaba esfumarse por un largo tiempo.
Me la pasaba distraída la mayor parte del tiempo y parecía como si mi vida pasara en blanco y negro; vacía de emociones, escasa de sentimientos y sin nada de Liam.
Me despedí de Niall una vez que tomé mi bolso y bajé del auto. Entré a la cafetería casi arrastrando los pies; ya no tenía ganas de nada y estaba pensando seriamente en renunciar. Quizás sonaba estúpido, pero sólo entrar en este lugar era como tener un flashback completamente claro del lunes pasado, sobre todo si me la pasaba aquí ocho horas diarias, por cinco días a la semana. Saludé a Jackie y  Ashton para luego ir a cambiarme a los casilleros. Y aquí iniciaba nuevamente mi día, mi semana y mi vida entera.
¿Era esto lo que quería? ¿Estar libre de los acontecimientos que Liam me traía? Pues lo obtuve. Sólo que no me gustaba en absoluto.

***

8:30 p.m. Me puse el pijama y me acosté. Era muy temprano, pero ¿qué más podría hacer en pie? Además, el día se había puesto nublado desde un momento a otro. De la misma forma en que mis ojos lo hicieron antes de que una pequeña lágrima cayera por mi mejilla, seguida de muchas más que se descontrolaban sobre mi piel.
Lo extrañaba. Lo necesitaba. Quería acariciarlo, apreciar sus ojos, sentir sus brazos sosteniéndome fuerte. Anhelaba besarle nuevamente. Y estaba actuando como una idiota al llorar justo después de haber sido yo quien lo alejara. Y me estaba odiando por haberlo hecho, sin embargo no sabía si él querría verme una vez más. Fui una perra con él; ni siquiera me di el tiempo para comprenderlo. Estaba siendo una maldita egoísta y quizás merecía estar aquí, sola, extrañándole inmensamente. Pero lo seguía amando.
Aquel fue mi último pensamiento antes de que mis ojos cayeran rendidos al sueño.

Sentí una mano acariciar mi mejilla, lo que ocasionó que me despertara lentamente. Abrí los ojos y vi a Niall recostado a mi lado, con los ojos cerrados y su respiración tranquila. Lo contemplé un instante antes de acurrucarme más cerca suyo y luchar internamente por no romper en llanto una vez más.
—¿Cómo ha sido tu día? —preguntó.
—Normal —dije con voz ronca.
—¿Normal? —rió despacio—. ¿Qué es eso? ¿Dónde está mi mejor amiga que solía quejarse por algo nuevo cada día?
Sabía que pretendía hacerme sonreír, pero realmente eso era lo que menos podía hacer en este momento. Solté un suspiro y froté mis ojos.
—¿Qué hora es?
—Casi las once. Han venido los chicos, pero no quise despertarte.
—¿Los chicos? —me incorporé rápidamente, mirándole alarmada.
—En realidad, todos... menos Liam.
—Oh.
—Pero Zayn ha traído una carta de su parte para ti.
Nuevamente le miré con alarma al instante en que mi corazón comenzó a batirse fuerte dentro de mi pecho, tal como lo hacía cada vez que pensaba en aquel chico de ojos color avellana.
—¿Qué cosa?
Niall se levantó rápidamente y desapareció fuera de mi vista cuando salió de mi habitación. Momentos después volvió a entrar, sólo que esta vez traía un sobre en sus manos. Me lo tendió y, con algo de miedo, lo recibí.
—Estaré abajo por si necesitas algo —avisó antes de salir y cerrar la puerta a sus espaldas.
Encendí la lámpara de mi velador y luego, con dedos temblorosos, saqué cuidadosamente una hoja doblaba en cuatro del sobre. Suspiré, temiendo por lo que ésta contuviera.

 "Queridísima Abigail Jones:

Tus amigos me han dicho que no has estado siendo la misma de antes y que, a pesar de que te cueste admitirlo, me has extrañado. Yo, sinceramente, no he estado mucho mejor, pues he perdido una mitad de mi ser.
Y estar aquí, sin ti, es como si estuviera despertando con sólo la mitad de un cielo azul; un poco allí, pero no del todo. Como si estuviera caminando con un solo zapato, porque soy apenas la mitad de un hombre, con la mitad de una flecha en el pecho.
Pero, a pesar de que he intentando sacarte de mi cabeza, Abbie, la verdad es que me he perdido, y desde entonces sólo soy la mitad de un corazón sin ti.

Con todo el amor que jamás creí que podría llegar a sentir, se despide Liam Payne".


Aferré la carta con fuerza sobre mi pecho una vez que la leí y releí todas las veces necesarias como para comprenderla sin que las lágrimas se filtraran en mi visión. Comencé a preguntarme cómo podía estar privándome de la oportunidad de verlo. ¡Estaba siendo una idiota egoísta! Él se acababa de abrir ante mí y ahora me sentía un poco más culpable, si es que cabía algo más dentro de mi pecho.
Guardé la carta nuevamente en el sobre y lo dejé debajo de mi almohada, en la cual volví a apoyar la cabeza, mirando hacia la nada, perdiéndome entre todas las palabras que alguna vez Liam me había dicho; en todas las miradas íntimas que nos regalábamos; en cada tacto, y en todas las veces en que se lo prohibí por ser una maldita orgullosa.
Y de repente lo comprendí: yo también estaba perdida con la ausencia de su presencia. También era la mitad de un corazón sin él.

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¿Quién me ayuda a matar a Abbie? :) :) :)

Quiero dedicar este capítulo @somethingreatx porque, ay dksj. Ella saber por qué <3. GRACIAS POR LAS PALABRAS DEL OTRO DÍA, JIJI <3.

Troublemaker |payne|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora