Me remuevo en la cama, hace demasiada calor. Me quito las sábanas, me acomodo boca arriba y abro los ojos, el techo blanco de la habitación es lo que observo.
Volteo a mi izquierda y veo la ventana, por una pequeña abertura de las cortinas veo un rayo de sol entrar, me levanto y camino descalzo hacia ella, abro la cortina y la repentina luz del sol me hace cerrar los ojos. Suspiro, hoy es el día.
Me dirijo al baño, tomo una ducha y luego de eso escojo la ropa que usaré. Me termino de alistar y salgo del cuarto rumbo a la cocina. El silencio es raro en esta casa, observo el reloj y ya se está haciendo tarde. Cereal con leche será el desayuno.
Me dispongo a sacar los trastos a utilizar, la leche está en el refrigerador, sonrío al sentir como alguien me abraza por detrás.
-Buenos días pequeño, se está haciendo tarde -me doy la vuelta y cargo a mi bebé.
-Ya estoy listo, mami -le doy un beso en la mejilla y él igual a mi.
Me siento con él en brazos y nos disponemos a desayunar.
-¿A qué hora tenemos que llegar? -pregunta mi pequeño rubio, mientras tomo las llaves del auto.
-Tenemos que irnos ahora si queremos llegar antes que tu padre -sonrío y tomo su mano.
Conduzco con cuidado, mi pequeño mira impaciente la carretera, ha extrañado a su padre. Yo también lo he hecho.
Llegamos al aeropuerto, tomo a mi hijo en brazos para no perderle, hay muchas personas en este lugar, caminamos hacia la puerta que debía ser y tomo asiento, hay que esperar un poco más, solo un poco.
-Ya quiero que mi papi llegue -dice mi bebé, mientras sostiene un pequeño peluche, regalo de su padre, siempre lo anda consigo.
-Solo hay que esperar un poco más, Yura, tu padre está llegando -dijo con una sonrisa, tratando de tranquilizar a mi hijo, aunque por dentro yo también esté ansioso por su llegada.
Los altavoces nos hacen saber que el descenso está en proceso, las puertas se abren y gente comienza a salir. Busco con la mirada a aquella cabellera platina, pero no la encuentro. Me pongo de pie y tomo a Yuratchka en brazos, caminando hacia la puerta.
Entonces veo a Viktor salir de ella, con paso apresurado me dirijo a él y mi pequeño también lo ha visto.
-Papi -grita emocionado, estirando sus brazos para que este lo tome.
Viktor voltea a vernos, deja sus cosas a un lado y corre a nosotros.
Nos abraza a ambos, llena el rostro de besos a nuestro pequeños y luego me besa a mi, suave y profundo, con el deseo contenido de esos días en los que no pudimos estar juntos.
-Los extrañé tanto -susurra cuando nos separamos, nos vuelve a abrazar y sonrío por tenerlo cerca de mi.
-Yo también te extrañé mucho papá -susurra nuestro hijo mientras abraza a su padre.
Ha sido difícil no estar con él, Yura y yo necesitando de Viktor cuando al verle partir le habíamos dicho que estaríamos bien. Que gran mentira.
Abrazo fuertemente a los dos amores de mi vida y siento por fin eso que nos ha hecho falta todos estos días.
-Yuuri, te amo -me toma de la mano y nos disponemos a salir de ahí.
-Yo también te amo -aprieto su mano y sonrío.
Después de todo Viktor es el único en brindarnos eso que necesitamos.
Solo él es capaz de brindarnos Calidez y tanto Amor.
Yo sola fangirleo aquí mientras edito este OS, me los imagino y son tan lindos. Esta idea salio de una historia real, me encontraba en el aeropuerto esperando a mis primos, cuando una señora junto a su hijo y pareja protagonizaron esta bella escena justo enfrente de mi. Fue tan bello que tuve que plasmarlo y que mejor que con Vikturi, sabiendo que a ellos se les da tan bien los reencuentros en los aeropuertos.
Los quiero muchos, gracias por su constante apoyo, nos leemos pronto. ByeBye 💖