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— Quiero decirte algo, Brid.

— Es tarde para declarar tu amor por mi, dulce Stella. El barco a zarpado y con otra capitana.— dice mientras muele unas oreos.

    Ruedo los ojos ante su comentario. Bridger siempre estaba bromeando sobre éso, siempre lo tenía presente.

— ¿Acaso nunca superaras que solo te quiero como amiga?.— lleva su mano a su pecho y finge estar ofendida.

— Oye, necesito creer que es así para tener mi ego más algo.

— ¿Como reaccionarias si Naomi te engaña?

— Me rompería el corazón.— dice sin pestañar, sé por su tono de voz que no bromea.

— ¿Y si es con una amiga?.— su mirada pasa de mi hacia otro punto fijo, como si recordara algo.

— Estaría devastada, supongo. Ya sabes, la tradición de un amigo duele más que nada.— se limpia las manos y se cruza de brazos.— ¿Te enteraste de algo?

— No, solo…pensaba en que, siempre está la posibilidad.

— Sí, hay veces que ésas cosas sólo pasan.— dice como si supiese de qué hablo.— ¿Cómo reaccionarias tú?

— Mal, no tengo más amigas que tú y Jenna.— su mirada refleja incomodidad.— ¿Follaste con Ethan y no me lo dijiste?

    Bridget no me responde por un momento y luego ambas comenzamos a reír de forma histérica. Ella no tocaría a Ethan ni con una rama.

— No tocaría a ése cabezs de pipi aunque éso me significara mil orgasmos.

— ¡Bridget!

— Somos mejores amigas. No me apostaría con quien fuera tu pareja.

— ¿Y si aún no lo es?

— No lo sé, depende qué tanto le quieras ¿Por qué me preguntas esto? Es muy extraño.

— Solo quiero saber ¿Y Naomi, están ambas bien?

— La noche del Viernes quedó en ir a buscame a casa, pero su abuela enfermo y ya sabes, no podía exigir que fuera por mi.

    La culpa me sube hasta la garganta, incluso siento como quiero vomitar las palabras, pero me las trago. Es un secreto minúsculo, nada tan malo, si no se lo cuento, ella no sufrirá.

— ¿Me estás escuchando Stella, o fantaseas con mi cuerpo?.— apago la licuadora y le saco la lengua.

— Tu cuerpo ya no es objeto de mis fantasías, no si ya lo probé.

    Luedo de unas horas de trabajo mi turno termina, no pasan de ser las seite de la tarde cuando llego a casa. Sidney aparece frente a mi con una sonrisa en su rostro.

— ¡Mira como me a pintado las uñas, son perfectas!.— dice mientras pone sus manos frente mis ojos, se las aparto y me muevo para mirar tras ella.

— ¿Con quién estás?

— Con Naomi, tu amiga. Es maravillosa, Steffan se fue con papá y mamá al centro comercial. ¡Stella, pon atención a mis uñas!

     Evidentemente no le presto atención a sus uñas, camino a la cocina de mi casa y Naomi está sentada en mesa pintando sus uñas.

— Debe ser una jodida broma.

— Oh llegaste. Sidney me dijo que te tardabas menos en llegar, por éso mebquede. Seguro te demoraste por estar con Bridget.— se levanta sonriendo y camina hacia mi, besa mi mejilla.

— ¿Qué haces aquí?

— ¡Claro vamos arriba!.— dice alto para que Sidney escuche. Ambas subimos a mi cuarto y cierro con llave, me demoro en girarme a verla. No puede venir a mi casa así como si nada.

— ¿Qué haces aquí? ¡Pude haber llegado con Bridget!

— No acostumbras mentir ¿No?

— ¿Es acaso relevante?

— Acabas de traicionar a tu mejor amiga conmigo. Así es que yo creo que sí.

— Y tu la traicionaste conmigo, no veo mucha diferencia.

— Hay una muy grande. Si ella lo descubre, yo sólo pierdo un intento fallido de relación. En cambio tú, pierdes a una de tus mejores amigas. No lo sé, pero creo que la balanza está a mi favor.

     Me agradaba más cuando estaba con su cabeza entre tus piernas.

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