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      Jenna volvió a su casa luego de una semana, justo para comenzar a preparar sus cosas para la Universas, lo que pasó fue que su padre descubrió que ella estaba por ir a tomar el programa de aborto, y se volvió loca, la llamó zorra, la abofeteo y le dijo cuan decepcionado estaba. No por estar embarazada, sino por la decisión que había tomado. Ante esto Jenna había ido a beber y la situación se le salió de control y terminó en el hospital concluyendo con la perdida del bebé. 

— ¿Necesitas algo? Puedo bajar por algo de jugo si quieres. 

— En realidad, prefiero estar sola.— dice sin mirarme. Muerdo mi labio un poco incomoda y asiento. 

— Si es lo que quieres, está bien ¿Quieres que le diga a tu mamá que traiga algo, antes que me vaya?.— ella niega y camino hacia su puerta.

— ¿Has hablado con Brid?

— No, la verdad no, sólo sé que se va cuatro o cinco días. 

— Deberías hablar con ella...son amigas después de todo ¿No? no pueden romper todo sólo por malos entendidos, porque son malos entendidos ¿Cierto, Stella? 

— Da igual lo que sean, Jenna. Dejaré a Bridget ser feliz. 

    Ella me sonríe y me lanza un beso, hago lo mismo y me despido de su madre que se encuentra tejiendo frente al televisor. 

 Mis padres están en la sala viendo un Cake Boss y me informan que mis hermanos han ido a una fiesta de inicio de año, me invitan a quedarme con ellos, pero prefiero la comodidad de mi habitación. Me cambió a algo más cómodo; un pantalón de chandal junto a un poleron. Entro a mis redes sociales y no veo nada interesante. Reviso los mensajes de Ethan, pero no ha respondido y sí los a leído. No me molesto en leer mensajes de Brid, porque sé que no habrá ninguno, creo que Naomi la secuestró o le borró mi nombre de su cabeza. Prendó mi televisión y me concentro en ver Ex on the Beach de MTV. 

  Al rato mi teléfono vibra de forma corta, haciéndome saber que son mensajes, mensajes de Etha específicamente. 

 Miro sin entender el mensaje de Ethan, la forma en que me mensajes no es como siempre lo hace, incluso es grosero conmigo, y él no lo es, ni siquiera cuando de verdad se molesta. Me calzo las zapatillas que veo más cerca y tomo una chaqueta por si termino volviendo tarde. 

— ¿Donde vas?.— mamá despega la mirada del televisor.— Ya sé que eres mayor de edad, pero tienes caras de ver fantasmas. 

— Es el último Sábado antes de entrar a la Universidad, iré a una fiesta en la fraternidad de unos amigos de Ethan.

— ¿Te quedas con él? — mi papá quita la mirada del televisor y mi mamá se ríe.

— No es la primera vez que duermo con él.

— Nada de alcohol. O bueno, bebé lo suficiente como para que no puedan tener sexo.

— ¡Oh papá, no puedes decir éso!

    Salgo de casa entre las risas de ambos. Qué asco, él no puede hablar sobre mi actividad sexual, demonios no.

   El ambiente en la fiesta era... extremo ¿Así se comporta la gente en la Universidad? chicos vomitando, chicas besándose en medio de mil babosos, gente en piscinas, barriles de cerveza y más gente besándose. 

Quizás había llegado muy tarde y por éso todos están así de descontrolados, son casi las dos de la mañana y entre toda ésta gente no iba a encontrar a Ethan por lo menos hasta las dos y media o quizás más tarde, ya que no me contesta el teléfono. 

    Cabron de mierda.

    En medio de mi desesperación veo pasar a la hippie que quiere abrazar a Ethan con sus dreadlocks, camino hacia ella, porque si hay alguien que sabe donde está mi novio es ella, pero entonces un brazo me abraza por el cuello, Matt, el mejor amigo de Ethan me sonríe de lado, con suerte logra mantener los ojos abiertos y las piernas rectas. Lo que me faltaba, el amigo ebrio dándome qué hacer justo ahora. 

Hotline?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora