Capítulo 37

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Aquella era la cuarta vez en el transcurso de la tarde que cambiaba su atuendo. El primer vestido color blanco le resultaba cómodo, y sabía que le favorecía para resaltar su bien formado trasero, pero tenía un par de grandes arrugas que no iban a ser exterminadas por la plancha del hotel.

El segundo conjunto era demasiado casual según su gusto, a pesar de que recordaba que le había costado una cifra de tres dólares en la tienda que solía visitar. Simplemente no era lo que necesitaba, y no estaba dispuesta a incomodarse por ello.

Como última elección, se colocó aquel vestido azul con figuras blancas, que dejaba sus hombros al descubierto, sus clavículas resaltando de la sensual manera que lo hacían, y su bronceado perfecto a la vista, y lo combinó con unas sandalias sencillas de color oscuro que combinaban bien. No quería lucir demasiado sofisticada, pero por alguna extraña razón, deseaba que su imagen fuera memorable en aquella cena.

Durante la conferencia que servía como cierre de aquel congreso, había decidido centrar todas sus energías en establecer relaciones con los empresarios asistentes a la misma; muchos de ellos tenían una gran importancia en las inversiones de empresas que realmente tenían una conciencia social, y el objetivo de Camila fue inmediato: debía atraerlos para los futuros proyectos de las empresas Jauregui, incluso cuando el futuro estaba marcado de la forma en que lo hacía.

Por ello, sonrió de la mejor manera que pudo, puso especial atención en su pronunciación del inglés en cuanto al acento latino tan marcado que tenía, y en contraste, también habló en español cuando la ocasión lo ameritó, ganándose la simpatía de hombres y mujeres presentes. Como el área en que se desempeñaba Lauren era completamente diferente, no cruzaron demasiadas palabras en el transcurso del evento, y se limitaron a intercambiar miradas de aprobación, o incluso un par de sonrisas que mostraban que eran un verdadero equipo en ese momento. Al finalizar la última conferencia, salieron por separado de la sala y cada quien se dirigió hacia su habitación, confirmando por medio de un mensaje que su punto de encuentro sería a las 19:00 hrs en la habitación de Camila.

Faltaba sólo un minuto para que resultaran las 19:00, cuando la puerta de la habitación reflejó tres pequeños golpes que daban aviso de que Lauren se encontraba ahí. Camila comprobó su maquillaje natural por última vez, presionó "enviar" en el mensaje donde le avisaba a Verónica que iba a estar fuera durante la cena, y caminó hacia la entrada de la habitación. Al abrir la puerta, se encontró con Lauren, y su belleza la dejó simplemente impactada.

El cabello de Lauren lucía fabuloso, con coleta alta que lo había mantenido sujeto desde la mañana. Su ropa no era más que una vestido suelto, con las orillas en color blanco, y con un centro en tono en negro que se expandía en líneas horizontales. Tenía una abertura en las rodillas, descendiendo de manera vertical a modo de hacerse más largo de la parte trasera, todo combinado con zapatos bajos y un collar informal que mostraba la cruz que su abuelita le había regalado hacía tiempo. Su ropa y la forma casi imperceptible en que había maquillado sus ojos, le hacían parecer tan joven que Camila sintió un estremecimiento al notar que así lucía unos años antes, cuando era su novia.

Lauren le sonrió de una forma casi tímida, mientras saludaba con su mano sin decir palabras. La latina encontró adorable ese gesto, y le sonrió abiertamente mientras respondía de la misma manera. Tras unos segundos en silencio, la voz rasposa de Lauren comenzó la conversación.

- ¿Estás lista?...- preguntó, mientras alzaba las cejas en un gesto cómico que hizo que la sonrisa de Camila se ensanchara.

- Claro... ¿Nos vamos?...- preguntó, tomando su bolso sencillo que sólo contenía su teléfono celular y su cartera.

Divididas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora