La exigencia para sí misma que se presentaba en casi todos los momentos y aspectos de su vida, en ese instante la tenían casi al borde de un ataque, mientras caminaba de un lado a otro supervisando hasta el mínimo detalle de aquella reunión en que se encontraría con personas que tenía tiempo de no ver, al igual que con quienes se habían quedado a su lado a lo largo de esos cinco años.
Revisó en su móvil al momento en que sintió que este vibraba de manera insistente, y tras comprobar el nombre que estaba esperando, respondió la llamada con entusiasmo y nerviosismo. Tenía tanto tiempo de no escuchar aquella voz que no estaba segura de cómo reaccionaría, pero luego de soltar un suspiro ansioso, colocó naturalidad en su propia voz.
- Hola...- dijo con la gravedad encontrada en su timbre profundo. – En la entrada te indicarán, sólo menciona que vienes al evento del piso 9.... Sí, Vero, aquí te esperamos- terminó, para finalizar la llamada y correr hacia el cuarto de baño con la finalidad de comprobar su maquillaje, pues quería lucir perfecta. Saliendo de aquella estrecha y limpia habitación, caminó hasta la recepción, donde se encontraban algunas mesas dispersas, con niñas entre los 5 y los 18 años de edad, acomodadas de en la forma libre que ellas mismas seleccionaron al iniciar.
La de ojos verdes llevaba una vestimenta sencilla que constaba de unos jeans, zapatillas deportivas y una playera tipo polo en color negro, que tenía un estampado con el nombre "Vives" justo por encima de un par de rosas amarillas. Caminó rápidamente por toda la habitación, buscando a alguien en particular, y cuando la encontró su corazón se detuvo: Lucy se veía hermosa, a pesar de que su vestimenta era igual de sencilla, con la clara diferencia de que en ella las prendas quedaban completamente holgadas a causa de su atlética delgadez y gusto para vestir, y su cabello, contrario al de Lauren, estaba completamente suelto, casi enmarañado por los movimientos que realizaba, a pesar de lo lacio que era por naturaleza.
El corazón de Lauren dio un vuelco cuando notó que Lucy alzaba en sus brazos a la pequeña niña de cabello oscuro y ojos verdes que no pasaba de los tres años de edad, y le colocaba un beso en la frente, seguido de varios que aterrizaban en toda su cara. La respuesta de la pequeña fue reír abiertamente mientras se dejaba llevar por la dulzura de la latina.
Aquella niña tenía por nombre Katherine, y era la más pequeña de todos los presentes. La presencia en la vida de Lauren era tan importante que había terminado por aceptarla como si fuera su propia hija, a pesar de que ella y Lucy siempre se habían mantenido con la idea de ser una de esas parejas que envejecía sin hijos. Era cierto que seguían firmes en ello, pero el cariño que sentían por aquella pequeña que conocieron casi desde que acababa de nacer era más grande que lo que sentían por los demás. Sin embargo, sabían que no estaban en condiciones para llevarla a vivir con ellas a casa, por lo que renunciando a su egoísmo, simplemente se encargaron de que no le faltara nada durante su estancia en la Fundación Vives.
Lauren se apresuró a correr hacia donde se encontraban, abrazándolas por sorpresa mientras ambas sonreían. Con una ternura y respeto incomparables, colocó un beso en la mejilla de Lucy y otro en la de la pequeña, quien amplió su sonrisa al ver a la de ojos verdes, abrazándola con cariño mientras repetía su nombre seguido de risas infantiles. En momentos como aquel, Lauren se replanteaba la manera en que ella y Lucy habían elegido vivir, viajando de un lado a otro, conociendo y viviendo en diferentes países de acuerdo a sus agendas respecto a las sedes de su fundación o alguno de los otros negocios que habían hecho prosperar juntas; Lauren añoraba, en esos momentos, contar con un hogar fijo en el que simplemente vieran la vida pasar lentamente, pero estaba consciente de que aquella no era su forma de vivir; tanto ella como Lucy necesitaban sentirse libres, conocer países de los que antes de emprender sus proyectos ni siquiera conocían su existencia, probar los platillos que la gastronomía local les ofreciera, y conocer a la gente que se quedaba a cargo del trabajo en determinadas ciudades. Aquella era la vida que había elegido, y mientras la sonrisa de Lucy la acompañara, no había nada más que pudiera pedir o desear.
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Divididas (COMPLETA)
FanficHay amistades eternas , amores para siempre y todo lo que suceda entre ambos. Dividir: Establecer una separación o servir de separación entre dos o más personas o cosas. NO SE PERMITEN ADAPTACIONES/MODIFICACIONES/COPIAS