Los Ángeles, California. Hogar el cual deje hace no más de una semana. Ahora me encuentro en Sídney, Australia. Ciudad nueva, país nuevo, universidad nueva, casa nueva, se podría decir… vida nueva. Todo es tan diferente en este lugar, tanto que puedes sentir algún cierto tipo de incomodidad. Hacer amigos nuevamente es algo que nunca se me ha dado con facilidad, difícilmente logro hablarle a alguien en todo el ciclo escolar, así que no me encariño con las personas lo suficiente como para llorar por ellas. Estaba harta de todas esas personas que lograron hablarme y después de un tiempo me dieron una puñalada por la espalda, es por eso que decidí alejarme de ese lugar probando por venir al otro lado del mundo. Quizás aquí encuentre al amor de mi vida como en las películas o quizás aquí sea aún peor que lo que pasé en Los Ángeles. Absolutamente nadie de mi familia se encontraba aquí, mi padre pagaba mi universidad y las necesidades que ocuparía aquí desde Los Estados Unidos. Mi primer día de escuela debo decirles… el más vergonzoso de todos, los nervios me carcomían y un odioso chico me acompañaría durante todo el repugnante ciclo escolar y claramente… paciencia no es su segundo nombre, por lo tanto era obvio que no nos llevaríamos bien. Sin embargo trato de ser una persona amable y comprensible para ver si el accede a querer ser un poco más amable pero la verdad es que lo dudo mucho.
