53. Hollywood.

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Abro la puerta de casa y está él ahí de pie. Aun causa esos nervios en mí, los cuales espero que nunca me abandonen de su lado. Es una sensación grandiosa saber que causa el mismo efecto en mí a pesar de los días. Sonrío y lo abrazo por la cintura, mientras que me pasa su brazo izquierdo por mis hombros.

-¿Lista para comer piratitas?

-¿Lista yo? Querrás decir, ¿Tú estás listo para conocer Hollywood y comer piratitas?

-Oh… Así que, ¿Usted será mí guía el día de hoy? –Asentí-. Vaya, interesante.

-Mucho, para empezar… Debes asegurarte de que llegarás sano y salvo hasta allá, porque está algo retirado.

-Eso es algo que sé manejar muy bien, no te preocupes –Me guiña un ojo.

-Que modesto –Ríe bajito.

-¿Ya quieres saber cuál es tu obsequio?

-¡Oh sí lo había olvidado!

-¿Lo olvidaste? –Se separa de mí, llevando una mano a su pecho con indignación-. ¡Lo olvidaste!

-Pero ya me hiciste recordar –Sonrío inofensivamente.

-Tramposa, no te daré nada ahora –Se cruza de brazos y hace un puchero… Dios, se ve tan adorable.

-No te enfades conmigo… -Me observa achicando sus ojos y luego una sonrisa aparece en sus labios-. ¿Qué?

Extiende sus labios y me señala con su dedo índice en ellos-. Solo así te perdonaré.

-Oh vaya, ¿Y qué si me opongo?

-¿Lo harías?

-Sip.

-¿Te doy asco? ¿Me odias? ¿Te aborrezco?

Reí-. Eres muy exagerado ¿Sabes?

Me acerco hacia él y lo abrazo rodeando su cuello. Sonrío levemente y me imita, mientras me sostiene por la cintura. Pego sus labios con los míos y puedo sentir como realmente me perdona.

-Quizás, pero así me quieres. Tonto y todo –Sonríe, mientras mira atentamente mi mano-. ¿Puedo?

-¿Qué cosa?

-¿Puedo tomar tu mano?

-Oh… -Me ruborizo totalmente-. Sí.

Volteo ligeramente hacia abajo, directamente hasta nuestra manos. Su mano temblorosa se acerca a la mía lentamente y analizo cada movimiento, la está entrelazando y el sentimiento en mi estómago es totalmente inexplicable.  Y ambos vamos así… Caminando con las manos entrelazadas, ¿Puede haber algo mejor?

(…)

-Ya no aguanto, quiero llegar –Se queja, mientras que trato de aparentar una mejor condición que la suya.

-Resiste, ya no falta mucho –Me observa con incredulidad en sus ojos-. ¿Qué? –Hago un puchero.

-¿Hablas en serio? Llevamos más de veinte minutos caminando.

-Yo te advertí que estaba algo retirado.

A medida que vamos avanzando, puedo notar aquellas letras que claramente dicen HOLLYWOOD.

I'm Just Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora