-Veamos qué opina tu padre al respeto –Me dice mamá, mientras toma el teléfono y teclea unos cuantos dígitos. Me observa con el ceño fruncido, una mano en su cintura y una ceja levantada. Me paso una mano por mi cabello y haciéndolo hacia atrás, James me ve torciendo la boca. Yo sabía que esto podría pasar. ¿Eric por qué le está lavando el cerebro a mamá? A pesar de que quiero gritarle lo que me ha hecho no puedo y me muerdo la lengua.
-¿Quieres sentarte? –Me pregunta James, el cual puedo notar que está tratando de conservar la calma.
-No.
-Estoy nervioso, joder. ¿Qué tal si no dejan que te regreses conmigo?
-Me saldré de la universidad –Me mira con ojos bien abiertos y su boca se abre pero la cierra inmediatamente.
-¿Qué? No estaría… -Lo interrumpo.
-¿No estaría bien? No me quedaré aquí hundiéndome en la depresión extrañándote.
-Pero…
-No, no importa lo que digas tú, mi mamá o papá, no pienso quedarme aquí.
Los labios de James se hacen una delgada línea tensa. Mamá camina hacia nosotros con el ceño fruncido y el teléfono en mano. Cruzo mis brazos y espero a que hable.
-Ten –Me extiende el teléfono y lo tomo, llevándomelo rápidamente hacia la oreja.
-¿Papá? –Contesto y ya comienzo a ponerme nerviosa.
-Annet, ¿Cómo estás? –Me pregunta con un tono sereno en su voz, uno sin preocupaciones.
-Bien, supongo.
-Tu madre me ha dicho que quieres regresar a Sydney.
-Sí, realmente quiero irme.
-Bien, hazlo.
-¿Qué? –Mi mandíbula casi se sale de su lugar y mi subconsciente me ve ridículamente. ¿Esto es lo que tú querías, no? Me protesta.
-Eres mayor de edad, no tienes por qué pedirnos permiso.
-¡Papá muchas gracias! –Grito de la emoción y James forma una sonrisa rápidamente.
-Solamente te informo que tu madre no está muy contenta. El único detalle será que tendrás que salirte de estudiar, no te aceptarán una vez más, o tal vez sí, pero prefiero que entres en el próximo año, ¿Bien, Annet?
-Entendido, y… ¿Cómo pagaré todo?
-Deposité dinero en tu cuenta, el necesario. Ya después te enviaré cada día quince cuando llegues allá. ¿Tienes donde quedarte?
-Hmm, la verdad es que no. Un amigo muy cercano que conocí allá me ofrece su casa para hospedarme un tiempo, vive con sus tíos –James suelta una risita y yo entiendo el por qué, quizá sea por qué lo he tachado de “amigo”-. ¿Vas a querer que me quede ahí o volveré donde me quedaba? Ya sabes… Aquel departamento pequeño.
-¿Cuándo tienes planeado irte?
-En cuatro días más.
-No vayas a la escuela mañana, ya no asistas más. No tiene caso.
-¿Te he decepcionado?
-Algo, pero sé que si llegaste a tomar esa decisión fue por algo, confío en ti.
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I'm Just Like You
Подростковая литератураEl valor de la amistad en todos los sentidos.