17. Mi cumpleaños, el día más atento.

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Los nervios me estaban consumiendo por dentro cada vez más, ¿Dónde demonios estaba la cámara? Esto definitivamente tenía que ser una broma.  Él seguía ahí… esperando a que me hiciera a un lado para que pasara. Lo hice sin decir ninguna palabra.

-¿No lo aceptarás?  -dijo entregándome el oso, lo tomé-. Feliz cumpleaños.

-¿Qué haces aquí?

-¿Vine a verte?

-Sí pero… ¿Por qué? Tú no sabías que yo cumplía años.

-Lo sé pero tu amigo el chico que siempre está contigo con sonrisa de idiota me lo dijo.

-Se llama Logan.

-Cómo sea. ¿Qué tenías planeado hacer hoy?

-Nada, absolutamente nada.

-Que aburrida.

-James… ¿Te puedo pedir un regalo de cumpleaños?

-No me pidas otra cosa, ya te regale el oso ¿Qué más quieres niña?

-Yo quiero que todo este día seas… amable conmigo, no quiero que me insultes ni hagas malos comentarios.

-¿Me lo dices así de fácil? Eso no va conmigo…

-Sí, por que quisiera tener un día contigo sin pelear y sin insultos, como la vez que fuimos al taller de cocina ¿Lo recuerdas? Imagina que soy Elisa entonces.

-Bien, solo hoy.

-¡Gracias! –lo abracé, el por fin correspondió a mi abrazo-. Es extraño esto.

-Cállate, no me hagas arrepentirme –reí-.

-Ya vuelvo, me arreglaré y… llevaré a Pablito a mi habitación.

-¿Quién jodidos…?

-Eit… no malas palabras.

-¿Quién en Susano juicio es Pablito?

-Mucho mejor –reí-. Es el osito que me regalaste.

-Que nombre tan… -lo miré desafiante-. Lindo.

-Lo sé –sonreí-. Ya vuelvo, no tardaré mucho.

-Está bien esperaré viendo un poco de televisión y comiendo nieve.

-¡No te atrevas a tocar la de nuez!

-Compárteme tantito ¿Sí?

Maldición… Comenzaba a ser amable y yo ya estaba nerviosa.  Me quedé quieta y lo miré fijamente mientras que él hacía pucheros para que yo acceda a que comiera un poco de mi nieve de nuez. Suspiré y traté de calmarme dentro de mí. Él seguía con esa misma cara y yo miraba al suelo, no podía verme pero estoy segura que me veía ridícula. No sé qué me sucedía, yo quería decirle que sí pero la nieve de nuez es sagrada para mí…

-¿Y bien? –volvió a preguntar.

-Come toda la que quieras, ya vuelvo –dije retirándome nerviosa de ahí.

Corrí hacia mi habitación y coloqué a Pablito en mi cama. Me bañé rápidamente y no me maquillé, salí a ver qué estaba haciendo James pero él estaba en el sofá con los brazos cruzados, al salir me miró de arriba abajo.

I'm Just Like YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora