Mi mente estaba en total shock. Tenía que tomar una decisión que sea buena para mí. Comenzaba a imaginarme en cómo sería mi vida si yo accediera a querer estar con él a pesar de que siga con Elisa. Quizás tenga mucho más celos, quizás me sienta aún mejor, quizás podría hacer que James… sienta algo por mí. Sí yo le contara a Logan lo que estaba pasando, estoy segura que me recomendaría mandarlo justo por donde llegó, o sea… no hacerle caso en lo absoluto. Pero lo importante aquí era… ¿Qué es lo que yo quiero? Y no sé qué es lo que yo quiero en realidad. Me acerqué al teléfono, el reloj marcaba las once de la noche y llamé a casa de mamá sin siquiera importarme la diferencia de horario, estaba siendo egoísta. Timbro un par de veces, pero no contestaban. Seguí insistiendo, tenía que hablar con mamá.
-¿Ho… hola? –contestó ella, más dormida que despierta.
-¡Mamá! Lamento llamarte a esta hora es que…
-¡¿Te pasó algo?!
-No…
-¡¿Te duele algo?!
-Mamá…
-¡Dime la verdad Annet!
-¡Mamá estoy bien, necesito un consejo! Oh y por cierto, te perdono por no haberme llamado en mi cumpleaños.
-No tenemos llamadas, pequeña. Se ha acabado el crédito, no creas que nos olvidamos de ti… Bien, ahora… cuéntame de James.
-¿Ah?
-Necesitas un consejo amoroso ¿No?
-Sí, pero…
-Sé que es él, señorita.
Reí bajito, totalmente apenada-. Creo que tú ganaste esta vez –susurré.
-Lo sabía, quiero conocerlo.
-Luego te mandaré una foto de él por correo, ¿Bien? Ahora… ayúdame, necesito saber tu opinión.
-Dime, cuéntamelo todo. Aprovecha que tu papá no está despierto –rio-. Es muy celoso, anda.
-Él y yo… nos gustamos, me lo dijo hoy en la tarde.
-¡Oh por Dios tienes novio!
-¡No mamá! Escucha.
-Oh…
-Él me ha dicho… que no está listo para tener una relación en estos momentos, por la escuela –susurré, deseando que eso fuera verdad-. Y… lo dudo mucho, ¿Recuerdas que te había dicho que a él le gustaba alguien? Días antes lo había visto muy apegado a ella y ahora resulta que yo le gusto. ¿Tú que piensas?
-Pienso… que el niño no sabe lo que quiere y quiere refugiarse en ti en caso de que la chica lo bote. Eso es lo que pienso.
La verdad duele.
-A mí me gusta de verdad y… solo estas cosas me pasan a mí. Bien, gracias por escucharme… ¿Hablamos después?
-Cuando lo desees, y sígueme contando de ese muchacho. ¡Oh casi se me olvidaba! Adivina quien preguntó por ti ayer.
-¿Quién?